ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA

En Cuba cada día son más las personas que peinan canas. Esto se evidencia en las estadísticas demográficas, pues la población por encima de 60 años es el 19,8 % del total de habitantes de la Isla, según datos recientes de la Oficina Nacional de Estadísticas e Información.

Las proyecciones de estas cifras indican incluso que para el 2050 estaremos entre las primeras naciones con más números de longevos del mundo. Entonces, uno de los retos de nuestra sociedad está relacionado con el cuidado de estos ciudadanos.

Pero, lamentablemente, cuando pensamos en las atenciones que deben recibir, casi siempre reducimos los análisis a escenarios del sistema de Salud. Pero ¿y en otros espacios tan cotidianos, las personas de la tercera edad son tratados como tal? Por ejemplo, ¿en los ómnibus los ancianos tienen garantizada una atención
diferenciada? Pudiera parecer que actualmente sufrimos, en ciertos espacios, del síndrome de la individualidad: cada quien lucha y aboga por sus intereses, dejando atrás el deber de convivir en colectivo.

Para la mayoría, en nuestros días solo se consideran actos irrespetuosos las agresiones verbales y físicas, y no se repara en otro tipo de maltratos más sutiles y dolorosos también. ¿Acaso no notamos con mucha frecuencia, individuos que se hacen «los despistados» para mantener su «privilegiado asiento» en la guagua y se olvidan que a su lado un anciano o anciana necesita reposar su cuerpo?

Otros se anotan puntos con una muchacha bonita cediéndole su lugar e ignoran que, en algunos años, también solicitarán ese puesto. ¿Acaso ignorar a un anciano no es también una forma de maltrato? Si los adultos crean indisciplinas en este sentido, ¿qué quedará para los niños formados bajo esa conducta?

Cuando las personas llegan a la tercera edad se nos convierten en símbolos de fortaleza, de ejemplo. Nuestros mayores no son solo «los abuelos de la casa», son los fundadores de la nueva generación, portadores de la historia y la sabiduría, la que solo se alcanza con el pasar de los años. Por eso, a decir de José Martí, «no hay cosa más bella que amar a los ancianos; el respeto es un dulcísimo placer… Los ancianos son los patriarcas».

La sensibilidad, la cortesía y la educación formal constituyen valores que deben inculcarse desde edades tempranas. A través de la formación de estos conceptos, la familia influye en quienes actuarán en un futuro en la sociedad. Reforzarlos y consolidarlos sigue siendo tarea de las instituciones educativas, pero la casa debe ser el lugar donde se forjen estas raíces.

No basta con repudiar a quienes mantienen actitudes negativas o achacar los males de hoy a la pérdida de ciertos valores. Se trata de educar y concientizar a la mayoría. No responsabilicemos de tomar acciones ante lo que acontece, únicamente, a las autoridades pertinentes, en definitiva, somos nosotros mismos los únicos seres capaces de cambiar el mundo donde vivimos.

Fomentar la consideración hacia los adultos mayores, verlos con admiración, comprenderlos como reflejo de lo que algún día seremos y extenderles una mano, una ayuda y hasta un asiento en el ómnibus, no deben seguir siendo asignaturas pendientes, pues el cambio en las conductas sociales nos involucra a todos. La labor no depende de cuántas veces nos reiteren esas ideas, sino de lo que sintamos en situaciones así y finalmente lo llevemos a la práctica. Nunca es demasiado tarde para comenzar.

COMENTAR
  • Mostrar respeto a los criterios en sus comentarios.

  • No ofender, ni usar frases vulgares y/o palabras obscenas.

  • Nos reservaremos el derecho de moderar aquellos comentarios que no cumplan con las reglas de uso.

Dr. José Luis Aparicio Suárez dijo:

1

6 de septiembre de 2017

03:55:13


Sembrar cortesía, en el ánimo de los niños y jóvenes, es un deleite que necesitamos multiplicar. Tanto o más que inculcar, vale sostener y desarrollar los valores humanos durante toda la vida. Asumo que educar es la virtud del alma y que la mejor instrucción es aquella que acompaña a una esmerada educación. Eduquémonos siempre en el hábito de de estar bien instruidos, mientras enseñamos la doctrina de la cortesía y el buen comportamiento. No luce ni vale lo mismo la instrucción si falta la educación. No podemos permitir que la insensibilidad se enquiste en padres, maestros y profesores. Creánme, es indigno instruir sin educar. Comparto mi convicción sobre el sagrado deber de desarrollar las facultades y actitudes de los seres humanos. Educar, a mi juicio, es influir con pertinente orientación. Y, lo pienso porque influir es ejercer fuerza moral; pertinente es acción que viene a propósito; y orientar es guiar con certeza. Educar es la virtud del alma generosa; hagámoslo todos y cada día de nuestas vidas.

jany dijo:

2

6 de septiembre de 2017

08:35:25


No creo que solamente sea con los ancianos, detesto verlos en las guaguas y que LOS HOMBRES que tanto quieren mantener su suprema ley machista, vean a las embarazadas y hagan lo mismo cuando los asientos de ellas están ocupados, las he visto llegar hasta el fondo el omnibus, o mujeres con niños, y no solo en el rango de edades que la ley estipula para otorgarles un asiento, no, es con un niño de cualquier edad y me pregunto ¿por qué???,si supuestamente somos una población llena de valores pasan estas cosas, la verdad que cada día me decepciono más de la HUMANIDAD.

liliane dijo:

3

6 de septiembre de 2017

08:36:15


estoy de acuerdo con todo lo planteado

Eddy dijo:

4

6 de septiembre de 2017

08:55:53


En ocaciones hasta las personas mayores faltan al respeto de los demás, cuantas veces yo no he cedido el asiento no a una persona mayor a cualquier mujer o niño, y ni las gracias recibo. Solemos oir que la juventud está perdida que no tiene educación, pero las personas mayores tampoco. Pero bueno seguimos adelante.

luis dijo:

5

6 de septiembre de 2017

08:55:51


Coincido con usted , pero la educacion es para todos y no solo para los hombres, he visto muchisimas criticas cuando un hombre no da el asiento pero ninguna cuando lo hace una fémina creo que en ese aspecto hay discriminacion de género. Yo siempre cedo el asiento pero veo que casi ninguna mujer le cede al asiento a un anciano o anciana o a una mujer embarazada. Se debe combatir estas actitudes también.

jose eduardo dijo:

6

6 de septiembre de 2017

09:03:52


Coincido contigo Liannet, pero hay algo que todos olvidamos y es que de nada vale inculcar valores de todo tipo si no se educa a las familias de esos infantes pues cuando el niño(a) salen del marco de la escuela o de cualquier otra institución revolucionaria que a lo largo de los años tienen la noble misión de formar bajos los principios de nuestro Socialismo, y llegan a sus casas y se encuentran con unos padres, mal educados, irrespetuosos, sin modales, y carentes de toda sensibilidad humana: entonces no prende en ellos la humilde semilla sembrada con tanto esfuerzo. Hay que dedicar tiempo al trabajo con las familias, se debe educar a esas familias desordenadas y aplicar sanciones u otras medidas a esos padres que cuando el infante llega al seno familiar prende en más él, la formación familiar que la de la escuela. Si ya está demostrado que la mayoría de los ciudadanos de este país quiere vivir con este sistema escogido por el pueblo desde el 1ero de enero de1959: entonces el estado debe hacer algo para evitar que las familias desordenadas e inescrupulosas crezcan con el nivel que lo están haciendo en la actualida poniendo en peligro los logros sociales

jorge dijo:

7

6 de septiembre de 2017

10:48:36


este tema no solo debiera ser fomentado por la familia sino tambien en la escuela, que los maestros eduquen a sus alumnos en esta forma de proceder con las personas de mas edad, si un muchacho no le da el asiento a una persona mayor, que piense q esa persona puede ser su abuelo, su tia, y no solo a personas de mas edad sino tambien a embarazadas e impedidos.

IMR dijo:

8

6 de septiembre de 2017

11:02:06


Muchas Gracias por el artículo, coincido con usted en los datos que expone realcionados con el envejecimiento poblacional, pienso que además de abogar por el rescate de valores, también los organismos e instituciones con facultades para ello deben priorizar dentro de los medios de transporte un espacio para ellos, identificandolos como corresponde, porque ahora tienen ese espacio los niños menores de 2 años, los impedidos y embarazadas, pero yo que me traslado en muchas guaguas sé que no todo es como se expresa, ay quien en acto de cortesía cede del asiento y luego al bajarse la persona lo da a alguien más y en ocasiones ni te llevan el equipaje, y en otras te estrujan con tal de llegar a la puerta. Sólo algunos puntos de vistas, un pequeño aporte...

Tamakun dijo:

9

6 de septiembre de 2017

11:08:43


Cuando yo era chiquito, fui chiquito hasta cumplir los 12 años, mis papas me cargaban en sus piernas en la guagua para que "una persona mayor" pudieran ocupar el asiento. Ahora yo soy ya "una persona mayor" pero sigo yendo de pie en la guagua mientras que los niños chiquitos van en la guagua, al lado de sus papas, paraditos en sus asientos, ensuciando con sus zapaticos el asiento que despues ocupará, quizas, una persona mayor. ! Y así las cosas !

apolinario dijo:

10

6 de septiembre de 2017

11:11:34


Muy buen artículo Liannet! Magnífico! Felicidades! Cuánto me alegra leer los trabajos de nuestros jóvenes! Gracias.

Tamakun dijo:

11

6 de septiembre de 2017

11:14:15


Los valores no se han perdido, solo se han cambiado, ahora los que predominan solo los de la gente marginal, de los que vivian en barrios marginales, sin medios de vida, sin educacion, que ademas se han regado por toda la ciudad imponiendo sus costumbres, su guaperia, su incultura. La Revolucion les dio derechos de gente pero no fue capaz de educarlos antes para que supieran vivir en sociedad. Antes no podian ni transitar siquiera por el Vedado o Miramar, ahora viven en el Vedado y en Miramar.

alfredo dijo:

12

6 de septiembre de 2017

13:11:06


URBANIDAD, que palabra tan bonita y que poco se usa.

Andrés R dijo:

13

6 de septiembre de 2017

13:34:45


Muy buen tema, los cubanos hemos perdido tantos valores que no nos damos cuenta que estas preferencias existen para estas personas y que deben ser inviolables, he visto en otros lugares que las personas los asientos de los ómnibus y el espacio de los coches para niños no lo tocan nunca aunque vayan de pié, lo másimportante es la disciplina con que se educa.

Reynaldo dijo:

14

6 de septiembre de 2017

15:56:38


Muy bueno el articulo .coincido en que debemos inculcar esos valores desde el hogar ,lo sufro diariamente en mi centro de trabajo donde da pena que seamos tan poco sensibles co este tema

sachiel dijo:

15

6 de septiembre de 2017

17:00:43


Deseo agregar, que en los flamantes P, que ya traen todos los asientos completos, en especial los amarillos(6) se dan casos de estar ocupados casi todos por mujeres, y solamente un hombre, y cuando monta un desvalido discapacitado, o mujer embarazada o con niño menor de tres años (de brazos) o ancianos, todas al unisono miran al hombre, aunque este sentado en el último asiento pegado a la ventana. Eso deja mucho que decir tambien. Personas que suben en la cola y ocupan esos asientos, y se niegan despues a darlos, con el argumento que "hicieron la cola de sentados". Guaguas sin los referidos asientos amarillos, donde nadie es capaz de levantarse "porque no son de impedidos o de niños", personas con niños zangaletones reclamando a viva voz "sus derechos", falsos discapacitados, falsas embarazadas, asientos amarillos situados despues de la segunda puerta, etc, etc. Hay de todo en estas villas cubanas. Yo siempre he estado a favor de no discriminar dichos asientos, para que todos se sientan en la obligación de cederlos a quien de veras los necesite, o, velar por que se cumpla lo establecido y se reprima a quien no lo haga.

Dr. José Luis Aparicio Suárez dijo:

16

6 de septiembre de 2017

18:05:50


Sembrar cortesía, en el ánimo de los niños y jóvenes, es un deleite que necesitamos multiplicar. Tanto o más que inculcar, vale sostener y desarrollar los valores humanos durante toda la vida. Asumo que educar es la virtud del alma y que la mejor instrucción es aquella que acompaña a una esmerada educación. Eduquémonos siempre en el hábito de estar bien instruidos, mientras enseñamos la doctrina de la cortesía y el buen comportamiento. No luce ni vale lo mismo la instrucción si falta la educación. No podemos permitir que la insensibilidad se enquiste en padres, maestros y profesores. Créanme, es indigno instruir sin educar. Comparto mi convicción sobre el sagrado deber de desarrollar las facultades y actitudes de los seres humanos. Educar, a mi juicio, es influir con pertinente orientación. Y, lo pienso porque influir es ejercer fuerza moral; pertinente es acción que viene a propósito; y orientar es guiar con certeza. Educar es la virtud del alma generosa; hagámoslo todos y cada día de nuestras vidas.

Nadia dijo:

17

8 de septiembre de 2017

15:43:48


Coincido con todo el que ha expresado que la educacion viene de la cuna. A mi. mi madre me inculco a darle elasiento a ancianos, mujeres con bebes, impedidos, etc. EStoy embarazada ahora y tengo una barrigota bien visible,he vivido la indiferencia tanto de hombres como de mujeres al subir al omnibus, como el gesto de ofrecerme rapido un asiento, pero el que me conmovio fue un nino,quizas de 10 anos que bajo rapido del omnibus para darme la mano.....le di las gracias y hasta un beso en la frente.