
Comprar el uniforme escolar. Padres, tíos y abuelos conocen muy bien la experiencia, incluso, hasta los niños pudieran hablar del tema, luego de que año tras año tuvieran que probarse una prenda, y otra más, y otra, hasta encontrar la medida correcta.
Sin embargo, desde que el Centro de Investigación y Desarrollo del Comercio Interior (Cidci) emprendiera en el 2015 un análisis, con vistas a definir las curvaturas por prendas de cada nivel de enseñanza y sus posibles variaciones por regiones geográficas, ha empezado a quedar atrás aquella imagen de largas colas en las tiendas, aun cuando la gestión de administradores y trabajadores del sector sigue siendo clave para mitigar las incidencias.
«Con frecuencia sucedía que no teníamos una correlación exacta entre las tallas que decían los informes de ventas y aquellas que en la práctica los niños necesitaban. Y ese fue precisamente uno de los logros del estudio, que permitió rectificar la demanda», comentó a Granma Andrés Torres Villenas, especialista principal del Grupo de Productos No Alimenticios de la dirección de ventas minoristas del Mincin.
Durante el pasado año hicimos las primeras modificaciones, como lo fue la vinculación de las escuelas con los locales de la red minorista según los consejos populares, además de iniciar la comercialización de forma progresiva, agregó.
Para este curso, con los resultados positivos y negativos que obtuvimos del periodo 2016-2017, se le pidió a la industria la producción de piezas textiles según las nuevas medidas y de acuerdo con la proyección de matrícula que entregó el Ministerio de Educación, puntualizó el especialista.
Asimismo, desde que iniciaron las ventas el pasado mayo, se incorporó la posibilidad de realizar el cambio de prenda.
«Ahora, el padre o el adulto puede hacer la compra, llevar el uniforme para la casa y si al estudiante no le sirve, regresa a la tienda y hace el cambio, ya sea del pantalón, la camisa o la saya, por la pieza con la talla correcta. Este servicio es válido hasta los siete días hábiles posteriores a la compra, siempre y cuando el uniforme mantenga los parámetros de calidad».
Según indicó Torres, para el curso 2017-2018, se ha previsto un plan nacional de 3 856 485 prendas que la industria aseguró, y se mantuvo además la diferenciación de los bonos por provincias y colores según la enseñanza.
En el caso de la capital, Jeisa Saborit Vergara, especialista principal de la subdirección comercial de Productos No Alimenticios en la provincia, indicó a Granma que la venta de uniformes escolares arrancó el 5 de junio y hasta la fecha el plan de comercialización proyectado se ha cumplido en un 68,4 %. No obstante, precisó, el proceso en todo el país no culmina hasta el 31 de diciembre.
Respecto a las distribuciones y redistribuciones de completamiento de prendas, Saborit comentó que es responsabilidad de los trabajadores del comercio hacer los movimientos necesarios, a nivel de municipio o en la provincia, en caso de que exista algún déficit.
Diariamente, tenemos implementado un sistema informativo que nos permite evaluar los inventarios existentes, lo cual facilita conocer de antemano qué pieza puede estar agotándose y hacer llegar el pedido oportunamente a la unidad. «Las tallas más afectadas en años anteriores eran las pequeñas, y a partir de la rectificación de las curvaturas, hemos ido supliendo esa dificultad».
Sin embargo, esto no quiere decir que todo sea perfecto o que en un momento determinado pueda escasear una talla en particular. Por ejemplo, en días anteriores hubo un déficit en una tienda del municipio Diez de Octubre y enseguida hicimos los ajustes para suplir esa demanda en menos de 72 horas, añadió la especialista.
Cuando el equipo de prensa arribó a la unidad Roxana, enclavada en La Habana Vieja, pudo constatar que los estantes estaban bien surtidos y con todas las piezas, por enseñanza y talla correspondiente. «Si miramos atrás, hay un cambio positivo. Otros años, en esta misma fecha, la cola llegaba a la puerta y realmente uno pasaba un poco de trabajo para conseguir el uniforme. En esta ocasión, todo fue rápido y sin inconvenientes», aseguró a nuestro diario Kirenia Escalona mientras le probaba la saya de secundaria a su hija.
Asimismo, Mercedes Pupo, administradora de la unidad El Bebé, en el capitalino Cerro, refirió que las ventas este año se han comportado favorablemente pues se ha implementado un sistema muy organizado, en función de que las tallas –incluso las que más se dificultan como la 4, 6 y 8 en camisas y blusas de primaria– están presentes en la red comercial.
Por otra parte, se mantiene el servicio de los atelieres como otra opción para que los padres puedan ajustar mejor el uniforme a las necesidades del niño, y con precios que van de cinco a 16 CUP, en dependencia del tipo de arreglo.



















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juan carlos dijo:
1
4 de agosto de 2017
08:27:43
Rosa dijo:
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4 de agosto de 2017
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4 de agosto de 2017
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JHS dijo:
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7 de agosto de 2017
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danilo santiesteban mayor dijo:
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11 de agosto de 2017
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Ivon dijo:
10
21 de agosto de 2017
10:03:18
Miriam Leyva dijo:
11
28 de noviembre de 2020
17:39:14
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