CAMAGÜEY.–«Como está trabajando esta provincia es la única manera de poder salir adelante en medio de la compleja situación internacional que tiene un impacto negativo sobre el país», declaró Salvador Valdés Mesa, miembro del Buró Político del Partido y vicepresidente del Consejo de Estado, al término de un amplio recorrido por cuatro municipios del territorio.
«Tenemos muchas limitaciones de carácter financiero, pero la gran obra social de la Revolución hay que preservarla y mejorarla sobre la base de la calidad de los servicios al pueblo y que estos se presten en condiciones adecuadas», aseguró el dirigente, quien ponderó el avance integral de la provincia en las esferas de la producción y los servicios con un uso racional de los recursos.
Acompañado por Jorge Luis Tapia Fonseca e Isabel González Cárdenas, máximas autoridades del Partido y del gobierno en Camagüey, Valdés Mesa apreció la marcha de las obras que se ejecutan en Santa Cruz del Sur, Vertientes, Jimaguayú y la ciudad cabecera en saludo al aniversario 64 del asalto a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes.
En Vertientes, sede de la celebración provincial del Día de la Rebeldía Nacional, el miembro del Buró Político del Partido compartió con los trabajadores que reconstruyen la principal arteria comercial de la localidad, donde se concentran mercados, tiendas, combinados de servicios, cafeterías, pizzerías, restaurantes, farmacias y otros servicios básicos para la población.
En las afueras del poblado, Valdés Mesa constató el cambio radical que se observa en grandes extensiones agrícolas anteriormente perdidas en marabú y malezas, como Guayabito, Santa Justa y Las Vegas, convertidas en poco más de un año de arduo trabajo en polos productivos donde se fomenta el cultivo de plátano, yuca, boniato, maíz y malanga.
Durante su recorrido por la provincia, el dirigente político visitó varias de las unidades que conforman el proyecto cárnico de Camagüey, encaminado a aprovechar la cultura del territorio en la atención del ganado vacuno, ovino-caprino y porcino para impulsar un sistema de producción a ciclo cerrado, desde la cría y ceba de los animales hasta su sacrificio, industrialización y comercialización.
«Lo importante después de tanto esfuerzo, comentó, es consolidar y hacer sostenibles estos programas agropecuarios dirigidos, en lo fundamental, a mejorar la alimentación del pueblo, algo que resulta estratégico y decisivo resolver por su impacto en la factura que cada año debe invertir el país en la importación de buena parte de esos recursos».
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