REMEDIOS, Villa Clara.–Muy contento estaban el joven Noel Rolando Benítez Fernández, los entrenadores y sus familiares con la actuación que él venía rindiendo como esgrimista, lo cual los llevó a soñar más de una vez con la gloria panamericana, y quién sabe si alguna que otra sorpresa de mayor rango, en especial después de haber conquistado el sexto lugar en el mundial por equipo de Torino, Italia, y el título en el Centroamericano de Cartagena de Indias.
Su progreso era tal, que el muchacho de Tahón, pequeño poblado del municipio de Remedios, fue captado como atleta de alto rendimiento, razón por la cual debió radicarse en La Habana atendiendo a las enormes perspectivas que mostraba en cada una de las competencias a las que asistía. Más, la inoportuna lesión del menisco en una de las rodillas, acabó un día con sus sueños de deportista y lo hizo cambiar el sable por la guataca y la cuchilla de cortar tabaco.
Lloré mucho, la esgrima era mi vida. Pensé por un momento que el mundo se acababa para mí, porque tenía muchas habilidades en el manejo de la espada, y según mis entrenadores, era un atleta muy técnico, con posibilidades reales de aportar medallas para Cuba, reconoce Noelito.
Con la aparición de la enfermedad, ahora el mozuelo de Tahón no tendría delante a un oponente enmascarado que porta un sable en la mano, sino una extensa área de tierra que esperaba por el concurso de sus manos, y a su papá, Pablo Miguel Benítez, deseoso de la ayuda del hijo varón que tanto ama.
«El cambio fue difícil, no crea. Trabajar en el campo resulta muy duro y no es lo mismo practicar deporte que ponerse a sembrar o cultivar a pleno sol. Pero nada, poco a poco he ido aprendiendo del viejo y ya lo supero en muchas cosas. Si lo duda, pregúntele a él quién es la persona que más tabaco corta en toda esta comarca», dice con orgullo Noel Rolando.
A esa afirmación responde orgulloso su padre: «Mi hijo es el campeón en el corte en la CCS Rodolfo León Perlacia y un poquito más allá. Oiga, el muchacho me ha salido bueno, bueno de verdad. Yo pensaba que no se adaptaría tan fácil a estas labores y me ha sorprendido. Imagínate que ya logra cortar 40 cujes en una jornada, cuando otros cortan diez o 12 y se sienten cansados. Es una máquina para el trabajo», dice Pablo.
Al respecto el exesgrimista expresa que mucha gente recela de los jóvenes. Yo creo que deben darnos confianza y no estar regañándonos tanto. Este es un trabajo igual que otro cualquiera, del cual se puede vivir de manera honrada.
Algunos me dicen, Noelito has hecho plata con tanto tabaco que has sembrado, y yo solo les respondo, sí, pero es dinero salido de mis manos y bien sudado sabes, refiere el veguero.
Con sus 30 años, a Noel Rolando Benítez Fernández le acompaña una lozanía pujante. Habla con el acento característico de la gente de campo, sin verborrea ni altisonancia, poniéndole a cada palabra una gracia que denota la espontaneidad singular de quienes residen más allá de la agitación citadina. Su lenguaje es el del trabajo.
«Yo invito a otros jóvenes a que prueben laborar en la tierra. Esto no es nada sobrenatural. Se trata de escoger entre hacer o no hacer. Claro, también me gusta divertirme y salir cuando sea posible con mi esposa, pero repito, el trabajo no mata a nadie», acota uno de los mejores vegueros que tiene Villa Clara hoy por hoy.



















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Oscar Ramos Isla dijo:
1
27 de junio de 2017
09:39:32
Maritza Respondió:
4 de julio de 2017
11:42:01
Leandra dijo:
2
27 de junio de 2017
10:57:03
Maritza Respondió:
4 de julio de 2017
11:43:12
Lázaro Tito valdés León dijo:
3
27 de junio de 2017
13:18:11
eloina porven dijo:
4
27 de junio de 2017
16:43:10
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