De acuerdo con datos oficiales de la Aduana Aeropuerto Internacional «José Martí» (AAIJM), en el 2016 alrededor del 91 % de los 2 444 501 pasajeros que entraron a Cuba por sus terminales escogieron el canal verde, es decir, no tuvieron que declarar nada ante la Aduana.
Recordemos que, ubicada entre los puntos más populares del Caribe, La Habana es el principal puerto de entrada al país. Por el aeropuerto capitalino arriba a Cuba el 47 % del total de visitantes, que en el 2015 ascendió a más de 1 680 000, provenientes fundamentalmente de Estados Unidos, Francia, Italia, México, España, Reino Unido y Alemania. Dicha cifra se incrementó casi en un millón de viajeros de un calendario a otro.

En un análisis exhaustivo con Granma Internacional la jefa del Departamento de Asuntos Legales de la AAIJM, Maydel Tarré Cala, resalta que, aunque el empleo del canal verde, que en el 2015 representaba un 87 %, se ha ido elevando, resulta una prioridad incrementarlo todavía más, «en aras de lograr la facilitación en el tránsito de los pasajeros por la frontera al realizar el despacho y control requeridos. Eso demanda una mayor profesionalidad y cultura jurídica en la prestación del servicio aduanero y que la población conozca mejor las regulaciones establecidas».

La especialista explica que la acrecentada entrada de pasajeros al país ha derivado en un aumento de la actividad de los oficiales de aduana en las terminales aéreas. Específicamente el pasado año se produjeron 21 371 actuaciones primarias, 2 700 más que en el 2015.
Vale aclarar que por «actuaciones» se entiende la acción del funcionario de aduana sobre determinado artículo o mercancía que conlleva el llenado de documentación, es decir, un Acta de Retención y Notificación y en algunos casos una resolución que ampara el decomiso.
Por otro lado, no siempre que el pasajero deba declarar ante aduana implica que se produzca una retención o decomiso. Eso sucede cuando se ha infringido una normativa vigente o cuando se debe cumplir un requisito determinado para el despacho o liberación del artículo (medida que implica la retención).
En cada caso se custodian la mercancía y los bienes del pasajero y se le hace saber los derechos que le asisten para establecer o interponer reclamación en el término legal. Si bien el incremento sostenido de esas actuaciones primarias se traduce en una mayor cantidad de reclamaciones, hay que destacar que en el 2016 (487) solo hubo 19 apelaciones más que en el 2015 (468).
Informa la funcionaria que, en los dos últimos años, los de mayor incidencia han sido los pasajeros nacionales residentes y no residentes.

Del total de reclamaciones, 89 fueron declaradas con lugar. Según Tarré Cala, ese número responde muchas veces a que el pasajero pide reembarcar la mercancía o que se le despache a un familiar que viajó con él, o presenta una factura con la que no contaba el día del arribo.
«Aunque estamos velando por la aplicación de regulaciones preestablecidas, que a veces exigen el decomiso, hay situaciones que, de manera excepcional y con mucha humanidad, se evalúan profundamente. Por ejemplo, cuando se trata de menores de edad o personas enfermas», asegura la licenciada en Derecho.

Tal como plantea la experta, a cargo de reseñar los datos internos de cada Terminal, las infracciones se materializan cuando se vulnera o viola una disposición legal vigente que la aduana, en el ejercicio del control, debe hacer cumplir y deriva en el decomiso administrativo de las mercancías.

Normalmente los decomisos se relacionan con la tenencia de artículos cuya importación está prohibida, las cantidades repetidas de un mismo artículo que indican el carácter comercial de la misma, el exceso de equipaje, entre otras.
A pesar de que todavía la población no alcanza a comprender y dominar la normativa aduanera, es un principio el trato profesional y cortés a todos los viajeros en frontera, independientemente de su status, categoría migratoria y ciudadanía. En palabras de Tarré Cala, todos los pasajeros son iguales. «Si un visitante foráneo comete alguna trasgresión, se actúa con él», asegura.
Los turistas también se someten al control aduanal cuando viajan al país, sin embargo, son menos incidentes en infracciones administrativas aduaneras pues en la mayoría de los casos, lo hacen solo acompañados de escasos efectos personales, considera la joven.
«Nuestro deber es asesorar a las personas y es deber del usuario o del destinatario, cumplir las normas. Somos funcionarios del Estado, investidos de una autoridad que encierra gran responsabilidad. A veces se nos asocia más al decomiso de misceláneas y pertenencias de los pasajeros que a la vigilancia que impide que entre droga al país, o una bomba. Todo lo que hacemos es por asegurar la tranquilidad ciudadana», acota.
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Lo que pocos saben seguramente es que detrás del perenne esfuerzo por optimizar el funcionamiento profesional de la AAIJM, se encuentran los dinámicos caracteres de seis profesionales abogadas.
Aunque la práctica internacional reconoce en muchos países el Derecho Aduanero como especialidad, no sucede así en la Isla. No obstante, en los últimos años el trabajo de la Dirección de la Aduana General de la República (AGR) ha hecho que la sociedad reconozca mejor esa labor.
De ahí que sea una tarea sui generis la que realizan las mujeres al mando de Tarré Cala que, como defensoras de la AAIJM, hacen las veces de asesoras y representan a la entidad como personas jurídicas en contrataciones económicas, controversias con otros organismos o demandas ante tribunales.
A la vez, son responsables de velar por la legalidad de los procesos laborales: desde las disposiciones de la AGR o medidas disciplinarias, hasta los nombramientos, promociones y demociones.
Para la misma jefa, que llegó a la AAIJM en el 2001 tras graduarse de Derecho en la Universidad de La Habana, la materia aduanera es muy compleja y hay que estar actualizando constantemente cuanto se sabe, no solo en temas nacionales, sino internacionales.
Con acceso a Internet, reconoce, han podido mantenerse a tono con los convenios internacionales y todo en cuanto a la aduana se emite en el mundo. Asimismo, refiere: «Ha sido difícil asumir la maternidad y simultanear las tareas domésticas con las de un trabajo amplio y diverso, que nunca concluye».
A través de la Unión de Juristas de Cuba, a la cual pertenecen todas sus integrantes, el equipo legal extiende su asesoramiento a la confección y divulgación de boletines y otros materiales instructivos, la participación en eventos científicos y la impartición de clases y cursos, centrados en las técnicas y regímenes aduaneros, y el enfrentamiento a los ilícitos, así como a la preparación y superación en temas legales de los oficiales de aduana y dirigentes de la AAIJM.

Conocida por un sólido quehacer, Niusha Suárez Eizméndiz, con 17 años de experiencia en la AAIJM, opina que el abogado de aduana debe dominar muchos conocimientos específicos. «Exige una cultura general, que permita saber lo mismo de patrimonio, que, de medios técnicos, psicología o informática, sin descuidar el punto de vista legal. Demanda mucha documentación para ejercer el control e incidir en la formación profesional de la fuerza fundamental de la Aduana, que son los oficiales en marinas, puertos, aeropuertos o en el canal postal».
Afirma Suárez Eizméndiz que en la Aduana está todo legislado y existe una base sólida para hacerlo cumplir. Increíblemente, con pocos recursos, tratan de superar profesionalmente a todos los trabajadores.
Al respecto, Tarré Cala dice: «Amén de que no hemos logrado la especialización que queremos en los supervisores del Departamento de Atención a la Población, integrado por expertos en materia de aduana, nos unimos a ellos en la atención y tramitación de todas las reclamaciones e inconformidades que surjan de la aplicación de la normativa aduanera, sobre todo aquellas cuestiones puramente técnico-legales, como una declaratoria de herederos o un poder notarial».
Para Laimy Yi León, abogada de la AAIJM desde hace una década, es vital la labor de asesoramiento legal tanto a la población como al funcionario aduanero, cuyo desempeño no se limita a saber actuar delante del pasajero, sino a explicarle la normativa con claridad y aplicar lo que sea correcto», concluye.
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La responsable del área legal revela que hoy tramitan el expediente para responder a quejas, reclamaciones, recursos de apelación contra actos administrativos como son los decomisos y las multas que se imponen a personas naturales o jurídicas; y presentan el resultado ante la Comisión de Legalidad, órgano colegiado y asesor que, presidido por el Jefe de la Aduana y otros miembros, evalúa cada reclamación o inconformidad presentada por la población y los viajeros, así como la normativa infringida, lo que alega el reclamante y las decisiones tomadas.
Dicha comisión sesiona con una frecuencia semanal y el fallo o decisión se comunica por escrito a la persona por el Departamento de Atención a la Población.
Otras funciones muy particulares del Derecho dentro de la AAIJM es el ser parte de los requerimientos a pasajeros que evadieron el pago de importaciones y sostienen una deuda tributaria con la administración aduanera o de los controles aduaneros que se realizan a determinados recintos que se encuentran en las terminales, como el Departamento de Objetos Perdidos y Encontrados, que recoge hallazgos de las aeronaves u artículos que quedan en el salón, o los llamados cuartos de decomisos o retenciones.
En otro sentido, la abogada admite que actualmente se nutren de una cantera joven, que requiere continuar preparándose. La Aduana cuenta con la Escuela de Formación Aduanera que, en constante perfeccionamiento de sus métodos de enseñanza y plan de estudios, prevé incluso convertir el curso básico de oficiales de aduana en una especialidad.
Desde la visión de Tarré Cala: «El abogado es esencial. No puede haber un Jefe de Aduana que no tenga en su asesor jurídico una fortaleza. En los últimos tiempos se nos ha dado más protagonismo y participación en otras esferas de competencia de la aduana, pero seguimos aspirando a llegar a nuevos niveles en la actividad de asesoramiento legal, especialmente en momentos en que se trabaja en la institucionalización del país.
«Tenemos influencias de lo que es en Cuba el derecho administrativo, el mercantil, el económico. Ameritamos un espacio propio. Todo lo que nos haga más competentes, incluso a nivel del Derecho Internacional, es significativo.
«El trabajar por ser más profesionales y competentes como especialistas del derecho nos hace ser mejores servidores públicos, en función de velar por la legalidad en todos los procesos aduaneros y garantizar que se respeten los derechos de la población».
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