MATANZAS.–En 1967 Félix Duque Guelmes todavía vestía el uniforme de verde olivo. A pesar de su corta edad exhibía las estrellas de comandante y lo acompañaban varias leyendas de guerrillero en la lucha contra la tiranía de Batista.
Un hombre emprendedor, de baja estatura, pero de gran corazón, iniciativa y valor.
En mayo de ese año Fidel lo citó para encontrarse en un punto ubicado al sur de la provincia de Matanzas. Al llegar al sitio indicado el líder de la Revolución lo invitó a subir al jeep y de inmediato comenzó a hablar de cítricos. Al término del recorrido, le puso la mano en el hombro y le dijo: «Esto es tuyo Duque, aquí tienes combate de nuevo para largo rato».
El pasaje se recoge en un libro de testimonios compilado por el investigador Horacio Medero Acosta, especialista de la Estación Experimental de Cítricos, y en el que trasciende la épica hazaña de transformar terrenos hasta entonces considerados improductivos en una floreciente empresa que es hoy referente de la agricultura cubana.
Fiel discípulo de Fidel, durante los años que estuvo al frente del proyecto Duque fue un celoso e intransigente cumplidor de sus instrucciones, supo aplicar consecuentemente los avances científicos y tecnológicos y contagió con su optimismo peculiar a un amplio grupo de profesionales, investigadores, ingenieros y técnicos de distintos lugares del país para materializar la obra del Comandante en Jefe, recalca Medero Acosta.
El 14 de junio de 1967 es la fecha que marca el inicio de la aventura productiva y humana del cítrico en esta comarca sureña de la provincia de Matanzas. Hacer producir la tierra en una zona plagada de piedras parecía una tarea imposible.
De ahí en lo adelante no hubo descanso.
DINAMITA PARA SEMBRAR
Cuenta Adolfo Abreu López, fundador de la entidad, que para sembrar en aquella agreste naturaleza fue necesario el uso de grandes buldóceres. Dice que era la única manera de desbrozar los campos ríspidos donde afloraban en toda su extensión rocas de formación marina. Recuerda que también hubo que recurrir al uso de compresores y las cargas de dinamita para eliminar las piedras y facilitar la plantación.
Cuando esta historia comenzó muchos pensaron que se trataba de una obra de la locura. Pocos imaginarían que unos años después se asentaría aquí el mayor plan citrícola de Cuba, un programa caracterizado por su integralidad y su repercusión en el ámbito económico, social y cultural, comenta otro de los fundadores, Juan Alfonso Álvarez.
En poco tiempo la naturaleza cedió y se transformó el paisaje. La región se llenó de plantaciones de cítricos con su simetría perfecta, se construyeron 64 escuelas donde estudiaron decenas de miles de jóvenes bajo el principio martiano y marxista de estudio y trabajo, surgieron comunidades, industrias, carreteras, viveros, redes eléctricas y de teléfono, construyeron 428 estaciones de bombeo de agua, y se creó toda una inmensa infraestructura que transformó por completo el horizonte del territorio, sostiene Armando Perdomo García, director general de la Empresa Agroindustrial Victoria de Girón.
Recapitula el directivo que el primer gran volumen de frutas lo alcanzaron en 1977, cuando cosecharon un millón de quintales (46 566 toneladas), fecha en la que Fidel visitó la Empresa para festejar el éxito junto a los estudiantes, trabajadores y directivos. En el 2001 conseguirían 500 000 toneladas, récord productivo.
Subraya que la idea de Fidel de convertir a Jagüey Grande en un emporio citrícola no era un hecho aislado, sino la consecución de otros proyectos similares emprendidos desde 1964 en todo el país, y que para concebir ese proyecto agrícola se auxilió de la experiencia que en ese cultivo tenían numerosas familias campesinas asentadas en la zona desde hacía muchos años.
«Esto lo hizo Fidel y siempre estuvo muy al tanto de su suerte», resumió Perdomo García.
Luego de su despegue, desarrollo y consolidación la producción citrícola tuvo que sortear no pocos obstáculos. En los años 90 perdió su principal mercado y sufrió el corte en el suministro de los insumos necesarios para el cultivo y la industria. El difícil panorama de las plantaciones se revirtió gracias a la acción de varios miles de efectivos del Ejército Juvenil del Trabajo y un cuerpo de oficiales.
Ante el asedio constante de los ciclones y sobre todo ante la compleja situación fitosanitaria que acecha a los agrios en los últimos tiempos, los citricultores matanceros apostaron por la diversificación productiva e industrial y hoy la Empresa contempla ambiciosos programas en otras frutas tropicales como mango, guayaba, aguacate y frutabomba, explica el director.
A ello se suma el desarrollo de la ganadería, así como la producción de hortalizas en las llamadas casas de cultivos protegidos. Esa multiplicidad, comentó, amplió el objeto social y el espectro comercial y financiero del quehacer de la empresa y permite además rediseñar mejor la atención a los trabajadores.
«En el futuro habrá que hablar de dos etapas bien definidas en la vida del cítrico: antes y después de la diversificación».
PRESENTE Y FUTURO
Armando Perdomo García explicó que como parte del programa de recuperación del cítrico ya se han plantado más de 8 000 nuevas hectáreas para reponer las áreas más viejas y dañadas. Calcula que en el 2030 la empresa dispondrá de unas 18 000 hectáreas con capacidad para producir alrededor de 300 000 toneladas de agrios al año.
Dijo que un propósito firme es cerrar los ciclos productivos, mantener los ritmos de exportación, auxiliarse de mini industrias para sobrellevar los picos de cosechas, y hacer un rediseño del Combinado Industrial Héroes de Girón, centro con la responsabilidad de moler unas 80 000 toneladas de productos anualmente y donde urge diversificar la línea de llenado para extender los formatos de envase.
En una reciente visita a esta entidad el miembro del Buró Político Miguel Díaz-Canel, primer vicepresidente de los Consejos de Estado y de Ministros, elogió el desempeño y la eficiencia de los citricultores matanceros y dijo que había motivos suficientes para alegrarse del impulso de una empresa situada en las cercanías de importantes polos turísticos.
Quien transite por la Autopista Nacional podrá observar a lo largo de casi 60 kilómetros, como una carta de presentación, la imagen parcial del plan citrícola soñado por Fidel hace 50 años, que dicho con las palabras de su primer director, Félix Duque, no era solo plantar cítricos sino sembrar y cultivar en grande una Revolución.
De eso debieron hablar aquel día de mayo de 1967 cuando el Comandante en Jefe lo citó para verse en un punto ubicado al sur de Matanzas y le confió la tarea más difícil, y más hermosa, que hasta ese momento le habían encomendado.
RECONOCEN PAPEL DE FIDEL EN LA CREACIÓN Y DESARROLLO DEL PLAN CITRÍCOLA
JAGÜEY GRANDE.–Trabajadores en representación de la empresa y pobladores de esa localidad matancera reconocieron el papel determinante de Fidel en la creación y desarrollo del plan citrícola, considerado toda una proeza en la historia de la agricultura.
Así trascendió en el acto conmemorativo por el aniversario 50 de la fundación de lo que es hoy la Empresa Agroindustrial Victoria de Girón, que por sus resultados en la producción, eficiencia y nivel de organización sintetiza los mejores valores de la empresa estatal socialista.
En la ceremonia se hizo un balance de los momentos más señalados de la entidad, se entregaron reconocimientos a los trabajadores y colectivos destacados y le concedieron el sello 75 Aniversario de la Central de Trabajadores de Cuba (CTC) a la empresa matancera.
También recordaron a los distintos directores y particularmente a Félix Duque Guelmes, en quien Fidel Castro confió para emprender aquella aventura que parecía tan descabellada y en la cual, más que a la tierra, el hombre hizo parir a la mismísima piedra.



















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Oscar Ramos Isla dijo:
1
15 de junio de 2017
09:01:25
Bárbaro dijo:
2
15 de junio de 2017
09:36:40
michel dijo:
3
15 de junio de 2017
10:19:03
Pablo Navarro Valdés dijo:
4
15 de junio de 2017
11:09:01
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