ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA

La constancia y la dedicación al progreso son cualidades que el «Instituto Nacional de Higiene, Epidemiología y Microbiología (INHEM) que todos conocemos hoy, y el cual ha sabido adaptarse y dar las respuestas higiénico-epidemiológicas que cada etapa y sus prioridades sanitarias han demandado de esa institución y de sus trabajadores,» ha heredado del pensamiento científico del más insigne de los salubristas cubanos, el doctor Carlos J. Finlay.

Así expresó en la actividad central por la celebración del 115 aniversario de este centro, el viceministro primero de salud pública, doctor José Ángel Portal Miranda, quien subrayó además que esta institución constituye una piedra angular del sistema sanitario del país.

«Como instituto, su misión es clara: aportar evidencias científicas que nos permitan enfrentar con inteligencia el impacto que ocasionan en la situación sanitaria nacional, los cambios internacionales y las nuevas amenazas globales a la salud», subrayó Portal Miranda.

El constante fortalecimiento de la higiene, la epidemiología y la microbiología es, dijo, uno de los reto del INHEM para lograr este empeño, ante la responsabilidad del instituto de continuar contribuyendo científicamente a garantizar la estabilidad de la situación epidemiológica del país e incidir en elevar los indicadores de salud de la población cubana, acorde al desarrollo alcanzado por nuestro sistema de salud.

Al respecto, el viceministro primero sostuvo que la participación social e intersectorial basada en un enfoque de determinantes sociales resulta esencial.

«Ahí tienen ustedes un rol insustituible. Ya sabemos que la única forma de tener buena salud, es continuar perfeccionando nuestra sociedad; y es la ciencia cotidiana, sus resultados investigativos, la guía y alerta oportuna que se desarrolle desde este centro; la que también contribuirá al desarrollo de los servicios de salud. No olvidemos que son más importantes los factores que permiten mejorar o mantener la salud, que los servicios a los cuales hay que acudir cuando se está enfermo».

Por su parte, el doctor Disnardo Raúl Pérez González, director general del INHEM aseguró que este centro es hoy una institución renovada y fortalecida, con numerosos retos inmediatos y futuros en medio de las transformaciones necesarias del sistema de salud.

Entre los objetivos actuales del instituto, enumeró el de coordinar el Programa Nacional de Investigaciones en determinantes sociales de la salud, desarrollar programas docentes de postgrado, realizar proyectos de investigación y desarrollo, brindar servicios científico técnicos de alto valor añadido, proveer servicios de regulación y registro sanitario, asesorar al Ministerio de Salud Pública y contribuir a la mejora del cuadro de salud de la población cubana.

La Máster en Ciencias Virginia Leyva Castillo, a nombre de los trabajadores del INHEM, destacó el desarrollo del capital humano de este centro y el sentido de pertenencia, valores que, dijo, han permitido enfrentar las misiones que el sistema de salud cubano les ha encomendado.

La jornada de celebración contó con el merecido homenaje a profesores, investigadores y trabajadores en general que han dedicado más de 20 años de labor a las disciplinas de higiene, epidemiología, microbiología y nutrición, y a los cuales se les hizo entrega del Sello conmemorativo 115 aniversario del INHEM, así como instituciones que han contribuido con el INHEM en el desarrollo de su trabajo.
Asimismo, el Ministerio de Salud Pública hizo entrega de un reconocimiento al INHEM por sus aportes en este más de medio siglo de existencia.

Los homenajeados fueron los doctores Pablo Resik Habib, Héctor Terry Molinert, Pedro Mas Bermejo, Manuel Romero Placeres, Fernando Acebo Figueroa, Antonio Granda Ibarra, Helenio Ferrer Gracia, Santa Jiménez Acosta, Armando Rodríguez, Carlos Barceló Pérez, Enrique Molina Esquivel, Juan Aguilar Valdés; las máster en ciencias Virginia Leyva Castillo, maría Victoria Luna Castillo, así como la técnica Denia Reyes Fernández y el chofer Armando Pérez Lugo.

Entre las organizaciones distinguidas resaltaron el Ministerio de Educación, el Instituto de Investigaciones de la Industria Alimenticia, la Oficina Nacional de Normalización, el Programa Mundial de Alimentos (PMA), la Unicef, la FAO, la Organización Panamericana de la Salud, y el Organismo Internacional de Energía Atómica.

«Fue el descubrimiento de Finlay lo que permitió erradicar la fiebre amarilla en este hemisferio y en otros muchos lugares del mundo (…)  Hombres como Finlay pueden ser un inspirador y un ejemplo para los investigadores cubanos y para los médicos cubanos.

Y si a fines del siglo pasado hubo ya hombres que fueron capaces de prestarle a la humanidad los servicios que le prestó Finlay, cuando no tenían recursos, no tenían laboratorios, no tenían nada, qué no podrá lograr nuestra Revolución, qué metas no podrán proponerse nuestros científicos y nuestros médicos», dijo Fidel en 1981, palabras que recordó el director del instituto.

El INHEM, desde su historia, mira entonces al futuro y apuesta por seguir siendo una garantía para la salud de nuestro pueblo.

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Dr. José Luis Aparicio Suárez dijo:

1

30 de mayo de 2017

03:37:51


Vale destacar el extraordinario legado de nuestro Finlay, eminente epidemiólogo, que demostró el modo de transmisión de la fiebre amarilla y debió merecer el Premio Nobel de Medicina. No fueron pocos sus aportes científicos, incluyendo la solución del tétanos infantil y la forma de propagación de epidemias como el Cólera en Cuba. Describió el primer caso de filaria en sangre observado en América (1882) y practicó la Oftalmología. El 14 de agosto de 1881, presentó ante la Real Academia habanera su trabajo El mosquito hipotéticamente considerado como agente de transmisión de la fiebre amarilla. En 1902 fue nombrado Jefe Superior de Sanidad, y estructuró el sistema de sanidad del país sobre bases nuevas; le tocó encarar la última epidemia de fiebre amarilla que se registró en La Habana, en 1905, y que fue eliminada en tres meses. En memoria del Dr. Finlay, el 3 de diciembre fue instituido como Día del Médico en varios países de América. Por continuar la obra de Finlay, y enriquecer la cotidianidad, valen las ¡Felicidades al colectivo del Instituto de Higiene, Epidemiología y Microbiología! Higiene es Salud, y esa verdad confiere connotación a la institución que rebasa un siglo de contribuciones; mientras que la epidemiología, con énfasis en los determinantes de estados o eventos, dígase enfermedades u otros daños relacionados con la salud, así como el control de los problemas de salud en sentido general, realza el rol del Instituto. A sus 115 primeros años seguramente se ratificará el compromiso de influir decisivamente para reducir las principales causas de morbilidad y defunción, como la cardiopatía isquémica, el cáncer y el accidente cerebrovascular, entre otras. Si un desafío tenemos todos es procurar conciencia social de la necesidad de reducir los accidentes, que cobran muchas vidas y producen discapacidad; sin dudas, algo más de lo hecho hasta ahora, en materia de prevención, es preciso hacer de inmediato y sostenidamente, pues los hechos no son tan accidentales, y han de adoptarse medidas más enérgicas y oportunas para evitar pérdidas de vidas y daños materiales. Los accidentes del tránsito no debían estar entre las principales causas de muerte y lesionados en nuestro país; es hora de erradicar la imprudencia e insensibilidad. También se debe priorizar, a nuestro juicio, el tema de los “patógenos resistentes a los antibióticos”, específicamente las familias de bacterias más peligrosas para la salud humana, entre ellas las bacterias gramnegativas resistentes a múltiples antibióticos, las bacterias multirresistentes (Acinetobacter, Pseudomonas y varias enterobacteriáceas como Klebsiella, E. coli, Serratia, y Proteus), que son especialmente peligrosas en hospitales, en ancianos y entre los pacientes que necesitan ser atendidos con dispositivos como ventiladores y catéteres intravenosos.