La escultura del Alma Mater es una de las más famosas del mundo
La doctora en Gestión y Conservación del Patrimonio, Claudia Felipe Torres, resalta la vocación ecuménica y formativa de la Universidad de La Habana, así los proyectos de investigación sobre temas patrimoniales y la participación en ellos de los estudiantes.Foto: Jose M. Correa
La Universidad de La Habana (UH) es la más antigua de Cuba y por más de 200 años fue la única en el país. En una trayectoria de casi tres siglos ha pasado por varias denominaciones. En 1728 (momento fundacional) era Real y Pontificia Universidad de San Jerónimo. En 1842 cambia a Real y Literaria, pero es durante de la pseudo república (después de la ocupación norteamericana) que adopta el nombre de Nacional o de La Habana.
La afamada institución no nació en el Vedado, sino en el centro histórico de La Habana Vieja, en el Convento de San Juan de Letrán, edificio que desafortunadamente no llegó hasta nuestros días.
El sitio que ocupa ahora la casa de altos estudios es a todas luces privilegiado, pues conecta el corazón de la urbe moderna (el Vedado) con Centro Habana, una de las zonas más vetustas de la ciudad.
La UH excede La Colina, como se le conoce al área donde está enclavada. Son las demás facultades que se construyeron por encargo, el estadio universitario y los edificios que la institución ha ido adoptando.
Tomando como pretexto la proximidad del aniversario 290, conversamos con Claudia Felipe Torres, doctora en Gestión y Conservación del Patrimonio, sobre los valores patrimoniales de este colegio.
ANTES DE LA COLINA
La universidad se traslada al espacio que ocupa actualmente en 1902, al final de la ocupación militar estadounidense. Hasta aquel momento en esa elevación estaban emplazados edificios coloniales de uso militar. Esas construcciones se adaptaron para laboratorios, bibliotecas y oficinas. Los estudiantes se mudan en no muy buenas condiciones y comienzan a reutilizar los edificios, explicó la especialista.
Lasa escuelas y facultades empezaron a construirse en dependencia tanto del presupuesto como del interés de la máxima dirección universitaria. Pasaron casi 30 años desde la terminación del primero hasta concluir el conjunto que conocemos en nuestros días. •
LA IMAGEN DE HOY
La doctora comentó que la Universidad como la conocemos en la actualidad se terminó de construir en 1940. Con gran tino la dirección de entonces decidió que los nuevos edificios iban a estar fuera de La Colina para conservar la coherencia y la armonía del campus.
Después que se termina el Aula Magna se edifican casi al unísono el Rectorado, las antiguas escuelas de Física y de Química. Más adelante se erige Derecho. Luego aparecen la Facultad de Ciencias, la Biblioteca Central, el Edificio Varona. Concluyen el diseño de La Colina la antigua Escuela de Ciencias Comerciales y la Escuela de Farmacia, los dos primeros edificios que encuentra quien asciende por La Escalinata.
La doctora Felipe Torres agrego que la triada de la Universidad es el Alma Mater, la Escalinata y el edificio del Rectorado, pero aunque nos cueste imaginarlas por separado, la famosa escultura existió antes que La Escalinata. Esta última se hizo con muchísima calidad en menos de tres meses y con material traído de Estados Unidos. En buena medida es un anfiteatro natural que comunica todas estas zonas de La Habana. Además es un sitio con valores históricos que excede con creces valores universitarios. Desde aquí parte la Marcha de las Antorchas cada 27 de enero en homenaje al Héroe Nacional José Martí.Foto: Jose M. Correa
La colina universitaria es majestuosa, monumental, transparente y a la vez muy íntima. Tiene espacios muy poderosos en su interior que se conjugan con otros muy amables para la vida cotidiana. Una de sus áreas más transitadas es la Plaza Agramonte (en la imagen), pero también posee pequeños sitios a cielo abierto como los parques Hugo Chávez, Martí, Lídice y de Los Ilustres. En La Colina está alojada menos de la mitad de las 18 facultades que tiene la UH, especificó la entrevistada.Foto: Jose M. Correa
Esta escultura del Alma Mater es una de las más famosas del mundo. A diferencia de la inmensa mayoría de las obras de La Colina, que fueron hechas por ingenieros y arquitectos cubanos, pertenece a Mario Korbel, un checo nacionalizado estadounidense. Korbel utilizó dos modelos para hacer la figura: una muchacha muy joven para el rostro y una mujer de unos 30 años para el resto del cuerpo. En buena medida el Alma Mater organiza espacialmente todo el campus universitario. Hay una línea imaginaria que la conecta con el Aula Magna. Se puede transitar sin ninguna interferencia entre la escultura y el lugar donde se sienta el rector. Este eje permite atravesar el edificio del Rectorado, la Plaza Ignacio Agramonte (otrora Plaza Cadenas), la Biblioteca Central e ingresar al Aula Magna, añadió Felipe Torres.Foto: Jose M. Correa
Este es otro de los lugares más queridos por estudiantes y profesores: el Aula Magna, dijo la doctora. Se terminó de construir en octubre de 1911 y es el primer edificio de la universidad. Su fisonomía ha cambiado muy poco desde entonces. Es un edificio cuyo exterior es bastante simple, todo lo contrario a su interior que es extremadamente majestuoso. El primer acto solemne que tuvo lugar tras estas paredes fue develar el monumento sepulcral que guarda los restos de Félix Varela. El Aula Magna es un sitio especial por su historia. Aquí han sido recibidos muchos de los grandes líderes nacionales e internacionales y personalidades como el Papa Juan Pablo II. Es un lugar al que Fidel acudía con muchísima sistematicidad. En los últimos dos años la han visitado los presidentes de Francia, Portugal y el primer ministro de Canadá.Foto: Jose M. Correa
Además de la arquitectura, el patrimonio universitario se enriquece con documentos, archivos y bibliotecas. La universidad cuenta con museos de Historia Natural y Antropología, un observatorio astronómico, así como colecciones de Arqueología y Arte. En aras de inculcar en los estudiantes el aprecio por el valor de la institución, se han incluido en los programas de estudio asignaturas optativas y electivas sobre patrimonio. Desde 2013 la universidad se incorporó al proyecto Rutas y Andares de la Oficina del Historiador de la Ciudad con gran aceptación de público, añadió la especialista.Foto: Jose M. Correa
El conjunto de este campus es una gran evocación del espíritu clásico, pero fundamentalmente una reinterpretación de los códigos de la antigüedad. La idea de la sabiduría y el amor al saber son constantemente evocados en edificios, esculturas, cuadros, denominaciones y personalidades exaltadas. Este es el caso del profesor cubano Felipe Poey Aloy, cuyos restos se custodian en el edificio que lleva su nombre y que hoy acoge a la Facultad de Matemática y Computación, concluyó felipe Torres.Foto: Jose M. Correa
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