LAS TUNAS.—Los embalses al 36 % de llenado y precipitaciones que no superan los 25 milímetros, son síntomas inequívocos de la sequía que afecta hoy al territorio tunero y que, según pronósticos, debe acrecentarse en el transcurso del 2017.
Desde hace varios años, este oriental territorio se ha convertido en uno de los más afectados por la escasez de lluvias, pues los acumulados registrados están muy por debajo de la media histórica, lo que provoca afectaciones considerables a la mayoría de los sectores sociales y esencialmente a la población.
De acuerdo con Mirtha García Rojas, delegada en la provincia del Instituto Nacional de Recursos Hidráulicos, Las Tunas dispone hoy de 124 millones 641 000 metros cúbicos de agua embalsada, muy por debajo de su capacidad total. Sin embargo, también las fuentes subterráneas muestran una situación compleja, señaló.
«La principal es la cuenca La Cana, que se encuentra hoy en un estado desfavorable con un nivel de 14,2 metros. En el caso de las otras fuentes de este tipo, existen 26 afectadas por sequía parcial, por lo que hemos reducido el horario de bombeo a las comunidades que se sirven de ellas», sostuvo.
El territorio tunero cuenta con 206 fuentes de abasto que en su mayoría, disminuyen drásticamente su volumen durante el periodo seco. Lo mismo sucede con fuentes propias, como los pozos, lo que deja a un número importante de comunidades sin más alternativa que el abasto por medio de pipas o carros cisterna, a cargo de Comunales y Acueducto.
El primero de estos organismos, abastece de este modo a 228 comunidades de forma permanente. En lo que va de año, a esa cifra se le han incrementado otras 161. En otras palabras, 122 012 habitantes reciben hoy el agua potable por medio de pipas. Tal situación, representa también elevados gastos de presupuesto y combustible.
Lógicamente, la sequía golpea no solo al pueblo sino al sector estatal. En la agricultura, por ejemplo, se afecta la producción de cultivos varios por la falta de riego, así como el alimento y el agua para el consumo animal. Para paliar un tanto estas problemáticas, el balance de agua de la provincia se elabora sobre una base objetiva, para suplir en cierta medida las necesidades, como explica la delegada de Recursos Hidráulicos.
«El balance de agua de este año fue aprobado mucho antes de que concluyera el 2016, y oportunamente se hicieron los cambios de acuerdo con la situación del territorio. Finalmente, para este calendario, se definió un balance de 156 millones 829 000 metros cúbicos de agua. Lógicamente, el país se ha visto en la necesidad de aplicar normas de consumo, sobre todo para aquellos organismos y entidades que son grandes consumidores».
La lucha constante contra esta situación ha determinado que el territorio acumule experiencias y perfeccione su plan de enfrentamiento a la sequía. No obstante, es innegable que esta problemática pone al balcón del oriente en una situación muy tensa, para responder a las necesidades de la población y evitar que se afecten procesos vitales para el desarrollo económico y social de la provincia.
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carlos dijo:
1
1 de marzo de 2017
12:27:16
Andrés R dijo:
2
1 de marzo de 2017
13:56:58
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