Cuba no fabrica aluminio. O lo que es igual, toda la materia prima de esta aleación se importa. El dato, por sí solo, ya deja entrever el esfuerzo implícito que conlleva entonces producir carpintería de aluminio. Y sin embargo, se hace. De otra forma no tendríamos las estructuras metálicas tan necesarias en los procesos inversionistas que se llevan a cabo en el país.
En tal empeño, la empresa de producciones de aluminio (Proalum) desempeña un rol determinante al ser la principal entidad que se encarga de las actividades de extrusión, laminación, lacado, procesamiento del vidrio y otras elaboraciones, de cara especialmente a un mercado nacional, como los programas de la construcción y dependencias ministeriales.
Con un plan para el 2017 de 198 000 metros cuadrados de carpintería de aluminio, ahora mismo estamos confeccionando paños fijos, puertas y ventanas, que tienen una gran variedad de estilos y tamaños. Por ejemplo, los modelos pueden tener enchapes en vidrio, tablillas o melamina, de acuerdo con las necesidades del cliente y la función de la estructura, refiere Gabriel Hernández Valdés, director de producción y comercialización de Proalum.
Además, se exportan barras de aluminio sin alear y semiesferas, cuya materia prima proviene de la chatarra que se genera en los procesos de acabado.
Por, otra parte, indica Hernández, también tenemos ventanas de acero galvanizado tipo Miami (las tradicionales de láminas metálicas), y aunque estas representan el 45 % de toda la producción de la empresa, hay que ser objetivos y señalar que la calidad no es buena, pues son propensas a la entrada de polvo, lluvia y ruidos del exterior.
«En este sentido, nuestra carpintería es de baja y medias prestaciones, lo cual influye no tanto en los componentes técnicos como en la estética del producto final. Esto no nos ha permitido llegar por ejemplo a algunos clientes como los hoteles y otras estancias del turismo».
De ahí, precisamente, que dentro de las acciones de la entidad –perteneciente al Grupo Empresarial de la Industria Sidero-Mecánica– esté alcanzar un mayor número de inversiones para mejorar el estado técnico de algunos equipos como la planta de lacado y la máquina de extrusión.
Lo otro, puntualiza Hernández, es ir realizando a la par un proyecto de capacitación, a fin de que los trabajadores puedan manejar las tecnologías que vayan incorporándose. «Todo esto forma parte, a su vez, de la estrategia del aluminio en el país».
En torno al tema, Ángel de la O Levy, director general de Proalum, explica que esta estrategia va dirigida a sustituir el 100 % de las importaciones que se realizan en Cuba con perfiles de aluminio. Y para eso estamos armando nuestro proceso productivo, insiste. «Actualmente, los niveles de importación ascienden a 7 200 toneladas anuales, así que el reto es ir supliendo poco a poco ese número, pero manteniendo el mismo nivel de calidad».
Según destaca Hernández, otras de las acciones es la inserción de la empresa en la Zona Especial de Desarrollo Mariel, lo que hasta el momento se ha visto en algunas obras como las plantas de tratamiento residual y las estaciones de tren, pero sobre todo, en la carpintería de aluminio que se utilizó en la ejecución del Centro de Negocios.
«Para el presente año están previstos 2 500 metros cuadrados de carpintería para distintos objetos de obra, lo cual podría aumentar por el propio dinamismo de las inversiones que se emprenden en esta zona. Cada uno de estos pasos le permitirá a Proalum entrar en un mercado de altas prestaciones, con mayores exigencias a nivel técnico y de calidad», añade.
No obstante, aún queda la deuda social. «Sobran ejemplos para demostrar el estado deplorable en que se encuentra la carpintería de aluminio en las casas y edificios en Cuba, y conocemos del problema, pero no tenemos ahora mismo el financiamiento para resolverlo. Y aunque tratamos de llegar mediante programas de apoyo como el de la conservación de la vivienda, sabemos que no es suficiente», explica Gabriel Hernández.
Sin dudas, sobre esta necesidad también deberán girar las inversiones futuras, los planes de financiamiento y capacidades para producir elementos y accesorios de aluminio; a fin de cuentas, la calidad competitiva también encierra satisfacer al cliente más inmediato: la población.
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Arturo dijo:
1
8 de febrero de 2017
04:00:08
Rafael Rodriguez dijo:
2
8 de febrero de 2017
11:08:35
Iosmany Fleitas Torres dijo:
3
11 de marzo de 2017
17:20:33
Pedro A. Batista Bermúdez dijo:
4
17 de diciembre de 2020
09:06:59
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