Un pequeño lugar del municipio capitalino de Centro Habana está muy relacionado con los días de juventud de José Martí: las canteras de San Lázaro, donde El Apóstol (como también se le conoce) sufrió los horrores del presidio y realizó los trabajos forzados que como condena le impuso el colonialismo español.
Hoy se erige el Museo Fragua Martiana, institución cultural adscrita a la Universidad de La Habana y consagrada a promover la vida y obra del Héroe Nacional cubano (La Habana, 28 de enero de 1853 - Dos Ríos, 19 de mayo de 1895).
El 28 de enero de 1952 se inaugura oficialmente la edificación y al triunfo de la Revolución pasa a ser parte de la Universidad de La Habana por decreto firmado por el entonces ministro de Educación Armando Hart Dávalos.
Con un trabajo de 65 años, la Fragua ha tenido como elemento fundamental la formación de las nuevas generaciones desde la cultura, la educación y el pensamiento de Martí, a fin que conozcan lo que el insigne cubano vivió en ese lugar.
«Es una labor que va dirigida a todos los grupos etarios. Hay un trabajo muy serio de la Fragua Martiana relacionado con proyectos en la comunidad y con que siga realzándose la condición de Monumento Nacional que ostenta el museo», asegura Yusuán Palacios Ortega, director del complejo.
LA FRAGUA
Una de las líneas que marcan el quehacer en la Fragua Martiana son las investigaciones relacionadas con cada uno de los que padecieron las atrocidades del encarcelamiento en esa prisión.
«Lo más importante en este momento desde el punto de vista investigativo — refiere Palacios Ortega— tiene que ver con la historia de las canteras y del presidio político en Cuba».
En este lugar guardaron prisión durante la colonia los estudiantes de Medicina, que fueron fusilados en 1871 tras haber sido injustamente acusados de profanar la tumba de un militar español. Aunque después del proceso judicial ocho fueron ajusticiados, 35 fueron colocados tras las rejas.
Como todo museo, la Fragua Martiana conserva piezas de alto valor patrimonial pertenecientes a figuras cimeras de la historia patria y que son objeto de estudio de los especialistas.
«Se están realizando las investigaciones de cada uno de los objetos museables, como el revólver de Martí, no con el que viene a la guerra, sino el que le pertenecía antes de desembarcar en Playitas de Cajobabo. Es el único que se conserva.
«También tenemos la almohadilla de olor que le obsequia a Martí la niña de Guatemala y las horquillas del bote con el que desembarcan en Playitas».
En las salas expositivas de este complejo histórico cultural se exhibe la bufanda con la que cayó en combate Antonio Maceo el 7 de diciembre de 1896, además de piezas relacionadas con hechos históricos de siglo XX.
«Ahí tenemos como uno de los principales objetos patrimoniales la bandera que portó el hoy general de Ejército Raúl Castro el día del entierro simbólico de la Constitución cubana de 1940. Es de los bienes más valiosos que conservamos», asegura el también presidente del Movimiento Juvenil Martiano.
EL ANIVERSARIO
Una de las motivaciones esenciales del 65º cumpleaños de la Fragua Martiana está estrechamente ligada al movimiento estudiantil cubano. Hasta allí llegó la Marcha de las Antorchas en el centenario del natalicio de José Martí y ya desde aquellos años era muy fuerte el vínculo de Fidel Castro Ruz con este paraje.

“El aniversario 65 va a estar dedicado al Comandante en Jefe, a Martí, a esa relación tan importante entre ambos como artífices fundamentales de la obra revolucionaria y al vínculo con el estudiantado cubano”, enfatiza Yusuán Palacios.
Desde enero y durante todo 2017 la institución realizará actividades para festejar su fundación, entre las que se incluyen conversatorios, coloquios, conferencias y la presentación del libro Entre espinas flores. Anecdotario, de Carlos Manuel Marchante.
En el mes de octubre se efectuará la cuarta edición del coloquio El Preso 113. Como novedad este año se entregará la distinción homónima a importantes personalidades de la cultura y a personas que han trabajado con la institución.
EL SEMINARIO
Fiel a su cometido de difundir el pensamiento de José Martí, a partir de septiembre el museo pone a disposición de los interesados el Seminario Martiano, propuesta que constará de dos cursos: uno básico y uno superior.
«No va a estar dirigido solo a estudiantes universitarios —aclara el especialista—, sino a todas aquellas personas que deseen pasar un curso sobre la vida y la obra de Martí. Lo vamos a impartir en la Fragua. Va a ser el seminario con los códigos de hoy, con las adecuaciones que hay que hacerle a los programas. Va a ser de mucha valía rescatar ese proyecto e impartirlo a nuestra población».
PARA LOS AMIGOS FUERA DE CUBA
Aunque ninguna de las actividades tiene el calificativo de internacional, las convocatorias se divulgan por la red de cátedras martianas, por la Sociedad Cultural José Martí y por los clubes en honor al Apóstol que existen en muchas partes del mundo.
A lo largo de seis décadas y media la Fragua Martiana ha tenido una conexión cardinal con México, con los martianos de ese país y sus distintas organizaciones y movimientos de solidaridad con Cuba, y con el Centro Cultural José Martí de la tierra azteca.
Como dato poco conocido, Yusuán Palacios Ortega señala que el primer custodio de la Fragua fue el hijo de Manuel Mercado, el amigo mexicano de Martí, y concluye diciendo: «Por supuesto, están todos invitados a las actividades que hacemos, en especial este año por el aniversario 65».
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Ro berto Antonio Mendozaa dijo:
1
31 de enero de 2017
12:18:22
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