ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
A los Comandantes de la Revolución Ramiro Valdés (junto a él en la foto) y Guillermo García, relataría Cordero su odisea en el pozo Foto: Eduardo Palomares

GUAMÁ, Santiago de Cuba.—Entre los cientos de personas asistentes a la celebración del aniversario 60 del victorioso ataque dirigido por Fidel contra el cuartel de la tiranía batistiana en La Plata, ninguno parecía más feliz que Gabriel Cordero Sardina, quien jamás pensó que el duro episodio vivido hace 27 días sería mencionado en aquel acto.

«Realmente no imaginaba que el primer secretario del Partido en la provincia, Lázaro Expósito Canto, destacaría al hablar cómo ese humanismo inculcado por Fidel desde la misma expedición del Granma, de que la Revolución nunca abandona a sus hijos, fue lo que me salvó tras caer y permanecer 22 horas en un pozo.

«Además —agrega el trabajador de la empresa agroforestal municipal—, muchos menos pensé que algún día tendría que contárselo personalmente a los Comandantes de la Revolución Ramiro Valdés Menéndez y Guillermo García Frías, héroes que pasaron muchas más vicisitudes para darnos esta Revolución».

Todo comenzó al filo del mediodía del pasado 20 de diciembre, cuando ante la sequía que afecta al territorio Gabriel se disponía a ayudar en la limpieza del pozo de un vecino, y al apenas entrar se produjo un derrumbe en las paredes del hoyo de ocho metros de profundidad, que lo atraparía hasta encima de la cintura.

De inmediato sobrevino el desespero del amigo y lugareños que conocieron del suceso, quienes infructuosamente intentaron con sogas, escaleras, y otros medios, salvarlo del tenaz abrazo de tierra, piedras, arena y fango, en un orificio cuya estrechez tampoco permitía la presencia para auxiliarlo de otro hombre allá abajo.

«Yo les dije —rememora—, avisen al Partido municipal, que lo comuniquen a Santiago de Cuba para que vengan rescatistas. En lo más rápido posible llegaron los especialistas, pero ni con grúas ni perforadoras podían hacer nada, porque las paredes se desmoronaban fácilmente y el escombro me sepultaría.

«Confiado en mis fuerzas les pedí que ataran un saco a una soga, y con las manos y una latica empecé a quitarme de encima y echar en el saco piedras, tierra y cuanto a duras penas podía. A las doce de la noche, o sea doce horas interminables y con la escasa ventilación, logré librarme hasta las rodillas.

«Seguí trabajando, pero mientras sacaba escombros el agua enturbiada ocupaba su lugar, y ya tenía que meter la cabeza y los hombros en ella para coger piedras o llenar la latica, de ahí que llegó un momento en que pedí una soga para sentarme en forma de columpio a descansar».

Fue alrededor de las 6 de la mañana, cuando tras 18 horas pudo Gabriel liberar la pierna derecha, pero acto seguido volvió a quedar atrapada por piedras desprendidas que le impusieron un nuevo intento, y tras el éxito solicitó de inmediato una soga para amarrarla en alto y seguir accionando sobre la extremidad izquierda.

«Una vez que la intuición me alertó —enfatiza jocosamente—, le dije al rescatista, cuyo nombre lamentablemente no recuerdo porque todos le dicen “El Rubio”, que me lanzara varias sogas para amarrarme y que halaran sin miedo, pues si dejaba pegado del fondo el “cascarón” del pie no importaba, porque iba a salir vivo.

«Supe que tirando de la soga más de diez hombres no les fue fácil. Me sacaron poco a poco y al asomar la cabeza los dolores y la ansiedad que traía desaparecieron, porque allí estaba todo el pueblo interesado en mi suerte. Me dio tremenda alegría verlos a todos contentos, parecía que todos salían conmigo del oscuro pozo.

«Es que como dijo Expósito se trata de una muestra concreta del concepto de Revolución en cuanto a sensibilidad, solidaridad, unidad y otros valores, que tanto agradezco a Raúl y a Fidel, el invicto Comandante que nos enseñó a no sentirnos nunca derrotados, que nos liberó esta Sierra Maestra donde vivo con mi esposa y mis dos hijos, de donde jamás saldré yo».

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R GC dijo:

1

24 de enero de 2017

17:13:06


eso es una lección de fortaleza de espíritu que nos ha dado Gabriel Cordero Medina, salud para él y su familia, ya tiene otro cumpleaños a celebrar

Roberton dijo:

2

24 de enero de 2017

17:21:18


Gracias a la solidaridad de los hombres. Pero existen medidas de Seguridad y Salud en el Trabajo que establece que en escabaciones de mas de 2 metros hay que empalizar o hacer una proteccion en toda la pared del pozo y mas que es de 8 metros para poder hacer ese trabajo. Nadie puede atentar contra su vida ni permitir que otros para ayudarlo haga coosas incorrectas, Si se hubiese desplomado todo el pozo no hubiera hecho el cuento. Las medidas de SST o mejor dicgo de Proteccion e Higiene salen en la Gaseta y todos los que han trabajado lasa conocen. Felicidades por el susto de 20 horas pero cuidese amigo

Luis Eloy Suarez Escobar dijo:

3

25 de enero de 2017

01:21:33


Solamente con leer el relato me da claustrofobia, el pueblo cubano es único

Bárbara Herrera González dijo:

4

25 de enero de 2017

07:55:56


Me ha conmovido esta historia,habla de còmo somos los cubanos,gracias por su publicaciòn.

Miguel Angel dijo:

5

25 de enero de 2017

09:32:08


Gracias a Dios y a la solidaridad humana q caracteriza a nuestro pueblo, pero destacar la indisciplina de Gabriel Cordero Sardina q expuso su vida y la colocó en riesgo por el incumplimiento de las medidas de seguridad laboral establecidas, eso es viejísimo entre los campesinos, recuerdo q durante mi participación en la campaña de alfabetización aprendí de los campesinos tales medidas elementales de seguridad, se amarraban fuertes sogas a su cintura, tenían a su disposición un animal de tracción y otras explicadas por el Sr Robertón. Una buena lección para no repetirlo.