ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
El acompañamiento del proceso inversionista de la cayería norte ha sido un escenario estratégico de trabajo para los especialistas del Cimac. Foto: Del autor

CAMAGÜEY.– Entre las instituciones científicas que sobresalieron por su gestión durante el 2016, en esta provincia, se encuentra el Centro de Investigaciones del Medio Ambiente (Cimac), con un aval de 20 años de experiencia, sustentado en la ejecución de programas, proyectos y servicios de perfil ambiental.

Nereida Junco Garzón, su directora, explica que en ello radica la misión y el aporte más importante de los especialistas de la entidad, a partir del conocimiento científico que acumulan sobre la biodiversidad, sin descartar otras líneas de acción vinculadas con el uso racional y la conservación de los recursos naturales.

«Nuestros polígonos fundamentales de trabajo y centro de la actividad investigativa, refiere, son los ecosistemas que hoy reúnen los principales valores, tanto en la cayería norte (Sabana-Camagüey) como en la sur (Jardines de la Reina), en las zonas litorales y en las áreas montañosas».

–¿Cómo podría resumir el desempeño del colectivo del Cimac tras un año de intenso trabajo?

–Durante el calendario recién concluido participamos en seis proyectos de investigación y en una veintena de servicios científico-técnicos, relacionados, entre otros asuntos, con la planificación y el ordenamiento ambiental, la gestión de reducción de riesgos de desastres y el enfrentamiento al cambio climático.

«De esa manera, cerramos ciclo para que ese conocimiento y esos resultados se introduzcan luego en la sociedad, mientras contribuimos igualmente a la educación y la cultura ambiental, al fortalecimiento del sistema de información ambiental y a la formación de profesionales en disciplinas de ese perfil.

«Participamos también en la conformación de la estrategia ambiental nacional para el periodo 2016-2020, en la que Cuba, siempre a la vanguardia en estos propósitos, incorporó los 17 objetivos de desarrollo sostenible aprobados el 25 de septiembre del 2015 por la Organización de Naciones Unidas».

–¿Cuál ha sido el papel del Cimac en la materialización del programa de desarrollo turístico de la cayería norte?

–El acompañamiento del proceso inversionista de la cayería norte ha sido un escenario estratégico de trabajo para nuestros especialistas durante varios años, si se tiene en cuenta la fragilidad y la vulnerabilidad del ecosistema Sabana-Camagüey, unido a la importancia económica del desarrollo turístico de esa región.

«Como centro de investigación, hemos sido un actor clave en la evaluación y el ordenamiento ambiental de las inversiones que allí se ejecutan, a través del programa de control que de forma sistemática llevan el Consejo de la Administración Provincial y otras instituciones rectoras del territorio.

«Tomamos parte, como expertos, en la evaluación ambiental estratégica del plan de ordenamiento turístico de Cayo Cruz, al norte del municipio de Esmeralda, y en la realización de estudios de impacto ambiental e inspecciones ambientales estatales a todo el proceso inversionista.

Nereida Junco Garzón: «El aporte más importante del centro se basa en el conocimiento científico acumulado sobre la biodiversidad». Foto: Del autor

«De manera específica, nuestros especialistas elaboraron el proyecto de rehabilitación de la cantera de Cayo Romano y el dictamen técnico al proyecto de paisajismo del primer hotel que se construye en Cayo Cruz y se espera concluir en el transcurso del presente año».

–Otro escenario de la gestión del Cimac ha sido el polo turístico de Santa Lucía. ¿Qué acciones han emprendido en ese hermoso balneario?

–Desde el 2006 se ejecuta un proyecto de investigación, junto con el Instituto de Oceanología, que incluye expediciones para el monitoreo de los perfiles de la playa, conocimiento que nos ha permitido adoptar un conjunto de medidas de gestión ambiental y de rescate de las bondades del polo turístico.

«Fruto de ese trabajo, hoy se observa una recuperación gradual de todo el entorno, a partir de la rehabilitación de los frentes de playa, la restauración de dunas, la eliminación de especies invasoras y la construcción de accesos adecuados y de infraestructuras ligeras en zonas de uso público».

–Usted mencionaba, entre las líneas de trabajo del centro, la contribución hecha a la gestión de reducción de riesgos de desastres. ¿Qué puede comentar al respecto?

–Solo la voluntad política y estatal, unida al protagonismo de las autoridades locales en el manejo integral de riesgos, que estimule la más activa participación ciudadana, puede contribuir a minimizar las pérdidas de vidas humanas y de recursos materiales ante desastres naturales, tecnológicos o sanitarios.

«En ese sentido, fruto de un minucioso y paciente trabajo en equipo, se concluyeron y están en fase de implementación los estudios sobre peligros hidrometeorológicos, por intensa sequía y tecnológicos, mientras en el 2016 se terminó el relacionado con las epifitias o epidemias en las plantas.

«Disponer de esa valiosa información ha permitido establecer un programa de capacitación a importantes actores y directivos de la provincia, como jefes de órganos de la Defensa Civil, especialistas municipales del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, y especialistas de la Agricultura».

–Ya que se refiere a ese importante sector, ¿cuáles han sido, hasta ahora, los resultados del proyecto Bases ambientales para la sostenibilidad alimentaria local (Basal)?

–Ese proyecto, dirigido al diseño de medidas de adaptación al cambio climático, cuenta con financiamiento de la Unión Europea y tiene en Cuba tres municipios de intervención: Los Palacios, en Pinar del Río, para el arroz; Güira de Melena, en Artemisa, para los cultivos varios; y Jimaguayú, en Camagüey, para la ganadería.

«En el caso de nuestra provincia, se han introducido buenas prácticas relacionadas con el mejoramiento y conservación de suelos, el manejo integrado de plagas, el empleo de fuentes renovables de energía, la recuperación de áreas infestadas de marabú y la introducción de sistemas silvopastoriles.

«A nivel local se han creado, además, redes de información agrometeorológica y se han fortalecido los servicios de extensionismo agrícola, todo lo cual ayuda a consolidar el intercambio de información y conocimientos entre los actores vinculados a los retos del cambio climático».

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Miguel Angel dijo:

1

24 de enero de 2017

07:31:28


Amplio e importante trabajo científico realizado en este territorio, aplicado a la preservación y mejoramiento del medio ambiente. Muy oportuno e interesante la descripción y su destaque. Gracias.

jose eduardo dijo:

2

24 de enero de 2017

15:23:16


Muchas Gracias cosas como estas deben incrementarse a lo largo y ancho del país, pues no en todos los lugares del territorio nacional hay conciencia sobre el tema hay muchas indisciplinas en el tema y los guardias del bosque no hacen todo lo que está en sus deberes funcionales. Considero que hay que meditar más sobre el tema y tomar acciones.

jose eduardo dijo:

3

6 de febrero de 2017

14:35:25


Quiero volver a referirme sobre el tema, pues mientras nuestro Estado gasta inmensos recursos para cuidar y proteger el medio ambiente, desgraciadamente no en todos los lugares se le da la importancia que requiere, por ejemplo en Sumidero, municipio Minas de Matahambre en Pinar del Río hay muchas ilegalidades, animales amarrados dentro de las cuencas hidrográficas, cerdos sueltos destruyendo estas, caza indescriminada de jutía, de aves de todo tipo, comenzando por los niños los que deberían tener en estos tiempos más cultura acerca del tema, pero desde que tengo conocimiento no he logrado ver una inspección de un nivel de más arriba al trabajo de los guardias del bosques, estos como no tienen quién los chequee terminan descuidando su trabajo, o convirtíendose en cómplices de las ilegalidades. Gracías