
Si al menos la mitad de los municipios con que cuenta la nación entregaran igual o similar cantidad de la carne de cerdo que Placetas, el lugar de mayor producción en Cuba, con una cifra que llegó en el 2016 a las 7 027 toneladas anuales, mucho más que cinco provincias y que los 51 territorios que menos generan en el país; de seguro la situación de desabastecimiento y elevados precios que todavía impera en algunos lugares sería diferente.
Para tener una idea de la cultura porcina creada en esa localidad perteneciente a Villa Clara, baste decir que si en el 2011, la producción alcanzó las 1 460 toneladas, ya en el 2015 llegó a las 6 329, y el pasado año superó con creces esa cifra,un logro que es fruto de la eficiencia y el control con que se trabaja en ese territorio bajo la guía del médico veterinario José Ramírez, uno de los técnicos más avezados con que cuenta la nación.
Al indagar acerca de las razones que han permitido alcanzar tales resultados, Ramírez explica que es obra de un trabajo colectivo, el cual incluye a cuadros, técnicos y productores, quienes han convertido esa actividad en un verdadero arte, detrás del cual está la motivación alcanzada a partir de los efectos económicos obtenidos, que les han permitido mejorar su situación personal y familiar.
Por esos logros, la llamada Villa de los Laureles ha servido de polígono para introducir varias tecnologías que ahora están extendidas por todo el país, entre ellas los convenios de preceba al destete, la ceba familiar y con animales propios; la introducción de los técnicos integrales, la cría con miel, nuprovit y utilizando alimentos alternativos como el yogur de yuca, boniato o malanga, además de una metodología para la reducción de las mermas, por solo mencionar algunas.
Orelvis Peñate, un guajiro placeteño que si no es el mejor en la ceba de cerdos, clasifica entre ellos, dice con orgullo que ante su terruño hay que quitarse el sombrero en lo referente a la porcicultura.
Y tiene razón Peñate, porque gracias a la voluntad y la sapiencia de los placeteños, y también de territorios como Manicaragua y Santa Clara, entre otros, hoy en Villa Clara el Estado vende la carne de cerdo a un precio que no rebasa los 16 pesos la libra, además de tener una presencia significativa en la mayoría de los mercados, en especial, los fines de semana cuando se realizan grandes ferias agropecuarias.
Otros criadores como Osvaldo Ponce o Santiago Cuéllar, destacan las experiencias adquiridas en el manejo de los cerdos y su nutrición, a la que aportan más del 30 % con alimentos propios sembrados y cultivados por sus manos, razón que les ha permitido sortear las frecuentes carencias de pienso.
Otro logro significativo es la baja mortalidad porcina, reducida prácticamente a cero, así como la excelente relación lograda entre la cantidad de comida entregada y las toneladas de carne producidas, la que al decir de Jorge Luis Leiva, director de la Empresa Porcina en Villa Clara, resulta la mejor del país.
Por esas razones bien vale la pena pensar en el futuro, en cuanto el país tenga los recursos necesarios, de que ese territorio pueda disponer de un matadero y una fábrica de pienso, que facilite la continuidad en el desarrollo de sus fuerzas productivas.



















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Jose R Oro dijo:
1
20 de enero de 2017
06:04:43
Barbaro dijo:
2
20 de enero de 2017
08:58:29
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