Hablar de desarrollo de la industria electrónica cubana pudiera parecer ilusorio, especialmente si tenemos en cuenta el adelanto vertiginoso de las tecnologías y las brechas que de ese andar apresurado nos separan.
En términos de avance, no son pocos los que restarían crédito a cualquier afirmación sobre el despegue (si bien incipiente) de este sector. Sin embargo, parafraseando al célebre Galileo Galilei, la industria electrónica… se mueve.
Eso sí, se mueve al ritmo que le permiten la obsolescencia tecnológica, problemática acentuada en la industria toda (con su raíz en el bloqueo), y las limitaciones financieras para el acceso a las materias primas.
Como todos los sectores económicos, la electrónica sufrió las consecuencias de los aciagos años 90, y aún arrastra las secuelas de un periodo que desarticuló su plantel fabril. Luego sobrevino una etapa que podría llamarse «recuperativa», hasta que en el 2012, debido a las propias tensiones económicas, la industria vuelve a tocar fondo, según cuenta a
Granma Vicente de la O Levy, presidente del Grupo Empresarial de la Electrónica, integrado hoy por diez entidades y adscrito al Ministerio de Industrias.
Desde entonces, reconoce, «se ha ido retomando el impulso a la electrónica, en correspondencia con las posibilidades del país. Y ya se observan avances, sobre todo vinculados a la introducción de nuevos equipos en los ciclos productivos, como las cocinas de inducción, el televisor digital de alta definición, las cajitas decodificadoras, tablets, laptops y, recientemente, las lavadoras».
De acuerdo con Vicente de la O, todos los productos, desde el 2012 hasta la fecha, se han enfocado hacia el ahorro energético y el uso de energías renovables.
Justamente de ese principio, explica, han emanado los dineros para sustentar los crecimientos obtenidos, que no responden a una holgura económica sino a las ganancias derivadas del ahorro de energía, pues se justifica ampliamente la asignación de recursos a aquellas actividades que reportan más beneficios que costos.
De hecho, agrega, debemos presentar próximamente un nuevo paquete de productos que generan un considerable ahorro energético.
Y además de la fabricación y comercialización de equipos de alta eficiencia energética, De la O Levy destaca la participación, desde el 2013, de los ingenieros cubanos en el diseño de los productos, lo cual garantiza, entre otros aspectos, la compatibilidad con los regímenes de explotación de nuestro país, las fluctuaciones de voltaje y las condiciones de humedad.
Pero más allá de los números estampados en los planes, aún es desproporcionada la demanda de algunos equipos y las capacidades financieras del país, que no es lo mismo que capacidades productivas, las cuales alcanzan hoy, en su opinión, entre el 70 y 72 % de aprovechamiento.
El caso de las luminarias LED es bien ilustrativo. Según el Censo del 2012, en el sector residencial hay 15 millones de bombillos fluorescentes para sustituir por luminarias LED, y en el sector estatal alrededor de 20 millones. Sin embargo, las producciones del 2016 ascienden a un millón. A ese ritmo, reflexiona Vicente de la O, pasarán varios años para remplazar lo identificado, sin contar las reposiciones.
PARTICULARIZANDO…
Como parte del programa de ahorro energético, detalla el presidente del Grupo Empresarial de la Electrónica, se comenzaron a fabricar en el 2014 las cocinas de inducción. En ese año, dice, se hicieron 80 000 y desde entonces se ha establecido un plan anual de 284 000, el cual se ha venido cumpliendo, más allá de que la cifra resulta muy inferior respecto a la demanda de dichos artículos.
En estos momentos, asevera, «el nivel de roturas de las cocinas no rebasa el 0,03 %, lo cual no guarda relación alguna con las dificultades vinculadas al menaje».
Otro de los productos que insiste en resaltar Vicente de la O es la cajita decodificadora, pues la misma no ha sido, a su juicio, suficientemente valorada.
Aclara que las primeras cajitas hechas en el 2015 (200 000), tuvieron un problema en cuanto a la percepción de la temperatura. «El calor que desprenden estos equipos de factura nacional es similar al que expiden los demás que se comercializan en las tiendas. Pero la cajita cubana, al ser más pequeña y compacta, disipa menos el calor; no obstante, la temperatura que soporta es muy superior sin que ello la dañe».
Unido a esa situación de percepción, también existió un problema técnico en el mando. «Se trataba de una problemática del software que enseguida fue resuelta por los ingenieros, quienes también encontraron la manera de bajarle un poco la temperatura a la cajita. Y los resultados fueron certificados por los laboratorios de la televisión digital, del Ministerio de Informática y las Comunicaciones».
Sin embargo, sostiene, «aún existe escepticismo a la hora de comercializar estos equipos, pese al aumento del periodo de garantía y al respaldo de piezas de repuesto».
Para el 2017, adelanta, «se pretenden fabricar 50 000 cajitas de alta definición (HD) Androide, que permitirán utilizar el televisor como computadora y si está en una zona de wifi pues también captará la señal. Ello es un desarrollo cubano, al igual que las laptops y los tablets, cuyos diseñadores tomaron en cuenta los regímenes de explotación a que son sometidos esos equipos en Cuba».
Respecto al televisor, Vicente de la O subraya como atributos su buena factura, así como los beneficios que reporta su fabricación en nuestro país, tomando en consideración los ahorros por concepto de flete. Sin embargo, de cara al cliente final: el pueblo, ese televisor sigue costando tanto como cualquier otro traído de algún lugar, al que se le endilgan los costos de la importación.
Precisamente es la empresa capitalina Industria Electrónica donde se fabrican los televisores, con capacidad productiva anual —en palabras de Iván Barrera Fernández, su director general— de 120 000 equipos, cifra que duplica las cantidades planificadas en este 2016.
También allí se ubicó en el 2015 la moderna planta de cajitas decodificadoras; se ha emprendido la reciente fabricación de lavadoras y en el 2017 se prevé instalar un parque industrial para la producción de electrodomésticos.
Acciones que, al decir de su director, van revitalizando una industria urgida de mejorar el área de desarrollo, y en ese empeño, fortalecer los vínculos con las universidades. De modo que podamos acortar cada vez más las distancias que nos separan del paso presuroso de las tecnologías.

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Miguel Bruzón dijo:
1
16 de diciembre de 2016
07:44:25
Juan dijo:
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16 de diciembre de 2016
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socio dijo:
3
16 de diciembre de 2016
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Jorge dijo:
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16 de diciembre de 2016
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16 de diciembre de 2016
09:12:48
jorge Respondió:
16 de diciembre de 2016
19:55:28
Ramón Lores Pérez dijo:
6
16 de diciembre de 2016
11:30:50
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16 de diciembre de 2016
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16 de diciembre de 2016
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RAFR dijo:
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16 de diciembre de 2016
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Pepe dijo:
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18 de diciembre de 2016
09:59:52
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