ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
La población de 60 años y más habita fundamentalmente en ciudades de gran tamaño. Foto: Yaciel Peña

Hacer de nuestras ciudades un entorno amigable para el adulto mayor demanda, además de buenas intenciones, modificaciones en lugares de uso colectivo y políticas diseñadas a tal efecto.

La preocupación que ha suscitado este tema en la máxima dirección del país se refleja en el lineamiento 144 de la Política Económica y Social aprobada en 2011 en el VI congreso del Partido Comunista de Cuba, el cual llama a «brindar particular atención al estudio e implementación de estrategias en todos los sectores de la sociedad para enfrentar los elevados niveles de envejecimiento de la población.»

Desde el año 2000 el país incluye en la Metodología para Elaborar Planes de Ordenamiento Urbanístico la intención de ir eliminando de manera progresiva todas las barreras arquitectónicas y no crear nuevas. Esta medida se acompaña de disposiciones técnicas, jurídicas y administrativas para controlar la acción constructiva tanto estatal como privada y tiene fuerza legal.

«Estas regulaciones están muy vinculadas a lo que en nuestro país por muchos años se denominó Ordenanzas de Construcción, que realmente han jugado un papel muy importante porque fueron con las que se organizaron nuestras ciudades. Esas ordenanzas hoy se convirtieron en nuestras regulaciones urbanísticas», puntualiza la doctora Iris Menéndez – Cuesta González, subdirectora de Urbanismo del Instituto de Planificación Física (IPF).

Si bien las normas y las regulaciones están dirigidas a quitar obstáculos tanto en el medio urbano como dentro de edificaciones públicas, en ocasiones las modificaciones que se hacen en la vivienda dificultan la movilidad de las personas.

Los ejemplos más comunes son puertas de viviendas y de garajes que abren hacia afuera en zonas en que la fachada de la edificación da directo a la acera. Pero no son las únicas.

La doctora Menéndez – Cuesta González aclara que dentro de la vivienda y de las edificaciones también existen barreras arquitectónicas. «Esas son las que enmarcamos en el medio privado – subraya-. Hay otras que se salen de ese medio y afectan a toda la población, son las que están en el espacio público.»

Más adelante la especialista agrega: «Tenemos muchas barreras arquitectónicas en nuestras ciudades, desde los postes eléctricos y de comunicaciones hasta los del alumbrado público. Nada de esto puede estar en las aceras porque les roban espacio. Las aceras, todos los pasos peatonales y vehiculares tienen que estar libres de cualquier elemento que obstruya.

«A veces intentando eliminar una barrera se ha creado otra. Por ejemplo: hay muchas rampas que se han construido mal y han ocasionado otro problema porque facilitan que suba una silla de ruedas pero le provocan un impedimento a un débil visual.»

A raíz del envejecimiento poblacional construcciones en espacios públicos que inicialmente no se consideraban barreras arquitectónicas ahora pueden ser un problema para el adulto mayor. Sobre este particular refiere la especialista del IPF:

«Esa es la razón por la que desde hace unos cuantos años empezamos a incorporar este elemento no solo en el planeamiento sino también en el proyecto arquitectónico y urbanístico: eliminar esas barreras.

«Es por ello que en la Norma de Accesibilidad al Medio Físico se incorpora que todo proyecto de edificio que tenga funciones públicas debe tener accesos con rampas. Allí se dan los elementos que debe cumplir esa rampa en cuanto a pendiente y a protección para la persona que va a acceder a ella, además de los tipos de piso para que no resbalen.»

PENSAR EN EL ESPACIO DE LOS ABUELOS

Los datos del Centro de Estudios de Población y Desarrollo revelan un incremento de más de 400 000 individuos en la población de adultos mayores en Cuba entre la primera y la segunda década del siglo XXI.

La misma fuente señala que el grupo etario de 60 y más años vive principalmente en ciudades de gran tamaño, por lo que el envejecimiento en el ámbito urbano es superior al que se registra en el entorno rural.

De ahí que la implementación de estrategias encaminadas a suprimir todo elemento físico que impida la correcta circulación por cualquier espacio, ya sea de uso colectivo o privado, tenga más énfasis en los grandes asentamientos humanos y ya muestre resultados.

En lo que más se ha avanzado – subraya la doctora Menéndez – Cuesta- ha sido en casos de edificios que tienen una función pública: ya hay hospitales, centros culturales y recreativos que desde la conformación de la edificación han ido eliminando las barreras.

Las construcciones diseñadas para el turismo también cumplen estas normativas. «En todo el sistema de alojamiento se han eliminado las barreras porque se ha exigido desde el proyecto y en la ejecución de la obra. Sin embargo, aún nos falta mucho por hacer sobre todo en las áreas urbanas», recalca la especialista del IPF.

GANAR EN CULTURA

Según el Estudio sobre Envejecimiento Poblacional a partir del Censo de Población y Viviendas de 2012, Cuba es de los pocos países de la región que presenta un envejecimiento demográfico avanzado.

En la isla caribeña este fenómeno presenta peculiaridades: por un lado, desde el punto de vista estadístico es comparable con el de países más desarrollados, y por el otro, se ha dado en menos de 50 años, bastante acelerado si se tiene en cuenta que en Europa hubo que esperar dos siglos para alcanzar un alto grado de envejecimiento.

Esta nueva realidad representa un verdadero desafío a la hora de elaborar los planes de ordenamiento urbanístico, pues los asentamientos poblacionales más importantes del país rondan el medio milenio de antigüedad y en su diseño no incluyeron una población tan envejecida como la que hoy los habita.

La voluntad del estado de facilitar la movilidad y accesibilidad urbana en los espacios públicos y las áreas verdes no queda inerte en regulaciones urbanística, ni se limita a las ciudades. Poco a poco se traduce en espacios concebidos para la travesura de los niños, la prisa de los jóvenes y la pausa de los ancianos.

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