
Si se indaga apenas un poco, entre la población de la capital, respecto a la accesibilidad al agua de consumo diario en sus hogares, saltarán con razón y pertinencia, un sinnúmero de quejas, cuestionamientos e interrogantes. Y es que la realidad a ojos vista concuerda con esas insatisfacciones: deterioro acumulado por años de la red hidráulica y de acueducto, roturas, salideros y todo tipo de averías que afectan el servicio de abasto.
Es el tipo de solución que requiere una cuantía considerable de recursos financieros y materiales, así como una profesionalidad del trabajo, precedida por constancia y calidad diarias, en la respuesta de las instituciones y en la de la fuerza de trabajo a la que compete enmendar situaciones de esta naturaleza.
Una de las entidades que hoy está procurando, conforme a la disponibilidad de esos recursos, mejorar gradualmente el servicio de suministro a la población, en su área de acción, es la empresa de acueducto Aguas de La Habana.
De acuerdo con lo informado por directivos de la organización, esta se encuentra desde hace varios años imbuida en un amplio plan de metraje, al igual que la mayoría de las empresas de acueducto del país. Este proyecto, explicaron sus rectores, deberá contribuir a localizar las pérdidas de agua por salideros en la red pública que no salen a la superficie, e implementar —objetivo supremo— el servicio de agua de 24 horas.
¿Para qué metrar el agua? ¿Cuáles son los beneficios? ¿Por dónde se comenzó la inversión? Fueron estas algunas de las principales interrogantes en torno a las que funcionarios de Aguas de La Habana, en encuentro reciente, dialogaron con la prensa.
Juan Ramón Lladó Palomas, director general de la empresa, explicó que, en primer lugar, el metraje no se realiza por municipios sino por sectores hidráulicos. Argumentó que un sector hidráulico es un circuito cerrado perteneciente a un macrosector, donde hay contadores centrales e individuales, lo cual constituye una herramienta que permite conocer el rendimiento de la red: bueno, malo o regular, presumir la existencia de salideros por debajo de la superficie, ubicarlos y actuar sobre ellos.
No obstante, advirtió que en este proceso de reparación y mantenimiento del sistema, que forma parte del plan de metraje, los trabajos en la red exterior corresponderán a la Empresa, en tanto concernirá actuar a los propios usuarios sobre sus instalaciones interiores en función de disminuir el consumo facturado, una vez que se instalen los metrocontadores.
En este sentido, acotóque la aspiración es llegar a un rendimiento de la red sostenible, que oscile entre el 75 % al 80 % lo cual se considera correcto según los estándares internacionales. Ello exige un consumo vital por habitante de alrededor de 200 litros diarios.
Lladó Palomas señaló el metraje como el elemento clave para poder llegar a un uso más sostenible del recurso hídrico, porque confirmará «si los caudales que se suministran son los que se necesitan, cuánto menos se necesita realmente y cuánto se pierde por el estado de la red».
Asimismo mencionó todas las otras ventajas previstas y que son también finalidad del proyecto: «se deberán reducir costes eléctricos porque se va a suministrar mucho menos agua, con la consecuente rebaja del combustible que supone esta actividad; menos horas de los equipos de bombeo funcionando, por tanto significará ahorro también en los mantenimientos de toda la técnica, y por último, aunque no menos importante, habrá más agua disponible en los acuíferos.
«Los acuíferos son depósitos cerrados subterráneos, en los que si extraes menos agua, dispones de más caudal acumulado, por lo que las sequías se van a poder afrontar de forma mucho más eficiente y más tranquila», reflexionó.
Comentó además que el metraje se realizará en dos etapas, una primera donde el metrocontador se ubicará en la parte exterior del edificio y se metrará colectivamente en la entrada de la cisterna, y no individual a cada domicilio, «porque eso requiere, dijo, una complejidad técnica-económica que en principio no es posible asumir. En la segunda fase se intentará afrontar el metraje individual interno».
El especialista explicó que el objetivo de llegar a afrontar un servicio de 24 horas, a partir del metraje, en función de la plena satisfacción del cliente, tenía también el apremio y la necesidad de detectar eficazmente los salideros de agua que no se ven a simple vista.
«Todos los sistemas efectivos de localización de salideros funcionan cuando el servicio es de 24 horas, si este se ofrece de manera interrumpida, los equipos no son fiables y prácticamente los resultados no son utilizables. Estos equipos funcionan por un sistema que se llama corredor acústico, donde lo que hace el aparato es marcar todos los consumos, y al final no se sabe lo que es uso del cliente y lo que es salidero. Por eso actualmente los salideros que estamos reparando son los que emergen a la superficie, pero los que no salen, esos evidentemente no los conocemos, por eso hay que llegar al servicio de 24 horas para profundizar en la reparación de la red», comentó.
Avizoró que se estimaba terminar el Programa de metraje en cuatro o cinco años, al llegar a los 40 000 contadores instalados como mínimo.
Observó que es una obra compleja y de gran inversión económica en cuanto requiere importar no solo los metrocontadores sino otros aditamentos, materia prima y vehículos, porque el Plan, a la par que concibe la instalación de los equipos, incluye varios acometidos como reparaciones y mantenimientos en la red, todo lo cual se va haciendo acorde a la disponibilidad de los recursos de la empresa y del país. Por eso en ocasiones —aclaró— se ralentiza un poco el proceso.
LA VIDA ÚTIL DE ESTOS EQUIPOS, UNA VARIANTE SIN DESPRECIAR
Lladó Palomas enfatizó que la calidad del agua es un factor que atenta contra la efectividad del metrocontador. Por ello ha sido un parámetro tomado en cuenta para su restitución, en un ciclo de vida útil que alcanza de ocho a diez años.
«Este es un dispositivo mecánico, que si bien su parte del metraje está aislada del agua, contiene otra —la hélice— que tiene contacto directo con el líquido. La cal incrustante y el cloro son agentes agresivos al dispositivo que van frenando el contador hasta provocar la detención total del marcaje.
«Por otro lado —añadió— está demostrado que el contador con el paso del tiempo va entrando en un subcontaje y si se considera que el 75 o el 80 % es rendimiento bueno del sistema no quiere decir que el otro 20 % sean todo pérdidas, sino que ahí ya está incluido ese por ciento que se va perdiendo por subcontaje.
«Se hicieron cálculos promedio y se renovará el aparato —agregó— a partir de considerar calidad de agua, vida útil y nivel de subcontaje a prueba laboratorio. Esas brigadas que hoy están metrando son las mismas que volverán a revisar y reponer el contador en el periodo señalado», aseguró.
Significó que la rentabilidad de este proyecto hay que verla no solo desde el punto de vista económico, sino medio ambiental y a «este último es difícil ponerle números, difícilmente valorizable, porque se trata de hacer uso sostenible de un recurso muy escaso, que se gasta y de lo que depende la prolongación de la vida en el planeta».
POR ORDEN DE PRIORIDADES... HASTA DÓNDE EL AVANCE LOGRADO
De acuerdo con Andrea Miranda, subdirectora de agua no registrada de la Empresa, en lo que va de año se han logrado instalar más de 10 000 contadores de un plan de 15 000 previstos a colocar tanto en el sector estatal como en el residencial.
La especialista aludió que la mayoría de los equipos han sido instalados en el municipio Diez de Octubre, dando respuesta a una estrategia elaborada por la Empresa que tiene el objetivo depriorizar las zonas donde mayores volúmenes de pérdidas ocurren y recuperar el agua allí, para proveer con mejor servicio a otros municipios también urgidos de atención como La Habana Vieja y centro Habana.
«Estos contadores permitirán realizar una facturación justa y equitativa a los usuarios según el servicio que se presta, y sobre todo, es un método que crea un nivel de conciencia de ahorro de agua —uno de los objetivos específicos del plan de metraje— porque ya no es una facturación estimada sino que el cliente paga lo que consume», afirmó.
Insistió en que esta es una actividad costosa, que conlleva una sólida infraestructura y un aseguramiento logístico cuantioso, pero que bien organizada da muy buenos resultados en la gestión de las empresas de acueducto. Respecto a la experiencia en los lugares donde se ha metrado comentó que ha sido favorable y que después de la primera facturación, las personas tienden a ser más conscientes y constantes en el ahorro: recuperas agua, obtienes utilidades como empresa y ganas en la educación cívica.
Este año —dijo— aspiramos al terminar el sector de Diez de Octubre en el que se está trabajando y en el 2017 continuaremos con la estrategia de prioridades y metraremos en varios sectores hidráulicos correspondientes a los municipios del Cerro, Centro Habana, Habana Vieja y parte de Plaza de la Revolución.
Los municipios del oeste de la capital —remarcó— tienen un buen número de contadores instalados, un área que vamos a retomar en el plan del 2017.
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victor dijo:
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14 de noviembre de 2016
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Luis Vila dijo:
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14 de noviembre de 2016
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JORGE dijo:
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Antonio Vera Blanco dijo:
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14 de noviembre de 2016
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Raynel Gonzalez Estrada dijo:
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14 de noviembre de 2016
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Ernesto Bustos dijo:
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14 de noviembre de 2016
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Davo davo dijo:
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14 de noviembre de 2016
19:50:32
Humberto Calderón Rodriguez dijo:
12
22 de abril de 2019
10:55:09
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