
SANTA CLARA.—Como los correos antiguos, con el caballo enjaezado, la fusta en la mano y la espuela en el tacón, al decir de José Martí, anduvieron los periodistas villaclareños del semanario Vanguardia y la emisora CMHW, al emitir sus criterios en torno a la Conceptualización del modelo económico y social cubano de desarrollo socialista y el Plan nacional de desarrollo económico y social hasta el 2030.
Claros, precisos, sin medias tintas, poniendo siempre por delante la verdad y los intereses del pueblo y la nación a la que se deben, hablaron de todo lo que los preocupa y del papel asignado a la prensa en estos tiempos convulsos y definitorios.
Abel Falcón, por ejemplo, parecía estar en su programa Alta Tensión, espacio de debate popular, cuando decía que todo lo expresado en esos documentos era importante, sin embargo, no había que esperar al 2030 para buscarle el por qué a los problemas, para que las autoridades dieran respuestas rápidas y oportunas a las dificultades de la gente, de lo contrario, este ejercicio democrático y participativo sería inútil.
Al reflexionar acerca del párrafo 110 de la Conceptualización, Falcón Curí señaló la importancia de potenciar el debate público como parte de la comunicación social, en el que los directivos rindan cuenta al pueblo de su gestión de manera sistemática, y este a su vez pueda exigir y ser escuchado, todo lo cual contribuiría a eliminar las manifestaciones de secretismo que aún persisten en muchos lugares, las cuales en nada ayudan a la democracia que pretendemos forjar.
Por su parte, Fernando González Castro, Premio Nacional de la Radio 2016, al referirse al párrafo 52 de ese documento, expresó la necesidad de no perder de vista la formación de conciencias, de valores, a cuyos objetivos los medios pueden contribuir mucho más junto al resto de la sociedad, y puso como ejemplo los antivalores creados por la más reciente telenovela cubana, una muestra de lo que no debe suceder.
Relativo al Plan nacional de desarrollo económico y social hasta el 2030, la reportera María Teresa Valdés señaló la conveniencia de agregar un eje que incluyera a la Comunicación y la Información, por cuanto estas constituyen pilares que tienen que ver con la materialización de todo a cuanto se aspira realizar durante los próximos años en Cuba.
También en el semanario Vanguardia hubo un fructífero debate de ambos documentos. Al abordar el párrafo 110, de la Conceptualización, Marelys Concepción, su directora, sugirió la conveniencia de agregar la necesidad de reformar las normas jurídicas que rigen la comunicación en Cuba, las cuales están desactualizadas y sirven para tergiversaciones y determinadas conductas inapropiadas por parte de algunos profesionales.
Al respecto, Narciso Fernández, subdirector, apoyó esa sugerencia, la cual contribuiría a defendernos de quienes pretenden emplear las redes sociales y los medios puestos a disposición del trabajo para calumniar y atacar la obra realizada por la Revolución en estos más de 50 años.
Asimismo, el directivo, al abordar el párrafo 104, referente a la concentración de la propiedad y la riqueza, expresó la necesidad de precisar hasta dónde se va a permitir ese fenómeno, y la necesidad de definir sus límites para que nadie piense que va a hacerse rico a costa del pueblo.
También el reportero jubilado Benito Cuadrado Silva decidió sumarse al debate, y sugirió dejar explícito en el primer documento el rechazo al interés de utilizar a los trabajadores por cuenta propia en contra de la Revolución.
Otros periodistas analizaron de manera crítica el tema del envejecimiento profesional, y señalaron su preocupación por la manera en que se abordan en ambos documentos los problemas relacionados con el éxodo de profesionales de varios sectores hacia lugares de mejor remuneración, y también hacia otros países, un fenómeno de incalculables consecuencias para el futuro de la nación que soñamos construir.



















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feguito dijo:
1
17 de septiembre de 2016
23:57:44
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