ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
En la sala disponen de 11 riñones artificiales. Foto: Humberto Lister Foto: Humberto Lister

ARTEMISA.—Tres veces a la semana comparten un espacio común, en una “batalla” que juntos libran por la vida, y en la cual tanto pacientes como profesionales de la salud salen vencedores tras las aproximadamente cuatro horas que precisa una sesión de hemodiálisis.

De la importancia de la labor emprendida no solo están conscientes quienes trabajan en este sitio y aquellos que reciben sus servicios; por lo que al presentarse la posibilidad de acometer una reparación capital en la sala de Hemodiálisis del hospital Ciro Redondo García, de Artemisa, se encaminaron los principales esfuerzos en función de realizar las acciones en el menor tiempo posible.

Al tratarse de personas que necesitan dializarse tres veces a la semana, resultaba preciso garantizarle las condiciones para la realización de este proceder, en tanto se desarrollaban las labores en la sala, que con más de una década de fundada, muestra ahora nuevos aires.

La reparación requirió de alrededor de un mes y medio, e implicó la movilización de recursos y la cooperación de entidades en el traslado de los pacientes hacia el servicio del hospital Comandante Pinares, de San Cris­tóbal, el más cercano.

RESULTADO DEL TRABAJO CONJUNTO

Según explica la nefróloga Yanet Pérez, “ante una insuficiencia renal crónica terminal, el paciente requiere tratamientos sustitutivos de la función de los riñones”.

La hemodiálisis es uno de los tipos de diálisis: un tratamiento médico consistente en eliminar artificialmente las sustancias nocivas o tóxicas de la sangre mediante un riñón artificial, especialmente las retenidas a causa de una insuficiencia renal.

Cuenta la nefróloga que tanto el personal médico como el de servicios se trasladaron hacia San Cristóbal. “Teníamos que esperar por las diálisis previstas en el hospital. Empezábamos en la tarde y tra­bajábamos hasta las 5:00 a.m., cuando ellos iniciaban nuevamente”.

La totalidad de los pacientes eran llevados días alternos (martes, jueves y domingo). “Debo resaltar el esfuerzo combinado de muchas personas, así como la acogida en el Comandante Pina­res”, añade.

Por otra parte, en ese periodo se siguió atendiendo en la sala de ingreso del hospital artemiseño y dejaron un riñón artificial (equipo de hemodiálisis) en terapia por si se presentaba algún caso de urgencia.

“Como resultado de la labor emprendida —primera reparación de esta envergadura—, se cambió la carpintería y trabajaron en la instalación hidrosanitaria. Fueron pin­tados los salones con resina epóxica, y se completaron algunas estructuras. Mejora­ron las condiciones de forma considerable”, manifiesta Alberto Arzola, quien hace cuatro años está al frente del servicio, y labora allí desde su fundación.

PECULIARIDADES DE LA INSTALACIÓN

El servicio de Nefrología cuenta además de la sala de Hemodiálisis —que el 14 de julio cumplió 12 años de fundada—, con una de la especialidad que dispone de 13 camas de ingreso.

En este momento 50 pacientes requieren del tratamiento. Hacen aproximadamente 25 diálisis en el día y cuentan con 11 riñones artificiales.

Atienden pacientes de ocho municipios de la provincia, de los tres restantes se encargan en el hospital de San Cristóbal.

De Artemisa es el mayor número de dializados, seguidos por San Antonio de los Baños y Güira de Melena.  En tanto, la artemiseña Mirtha Ortega es en este momento la que lleva mayor tiempo siendo atendida (por más de 15 años).

Aunque este tratamiento es recibido de forma gratuita, resulta costoso para el país, pues requiere de muchos recursos; así mismo, de la competencia del personal.

“La base de taxis de cada municipio recoge al paciente en su casa, y luego lo regresa. Se trabaja todos los días, excepto el domingo, a no ser que haya alguna urgen­cia”, afirma Pérez.

El equipo está integrado por cinco nefrólogos y 25 enfermeras, los cuales trabajan por turnos. Los primeros tienen, además, consultas en municipios, con las que han tratado de cubrir la mayor parte del territorio.

En el presente año se han incorporado 21 pacientes (12 crónicos y 11 agudos), y han sido atendidos un total de 64. No han tenido incidencia de hepatitis B o C en la actual contienda, y hasta el momento han fallecido 10 personas; no obstante, la tasa de mortalidad se encuentra por debajo de la media, señala Arzola.

“Otro de los indicadores a tomar en cuenta es el índice de reuso del filtro de hemodiálisis, que en el primer semestre cerró en 11. En el 2015 tuvieron lugar seis tras­plantes de riñón —en centros hospitalarios de La Habana—, y dos en lo que va de año”, asevera.

En la sala cuentan con un apartado para hacer diálisis peritonial (persigue el mismo objetivo de la hemodiálisis, aunque la vía de acceso al organismo es diferente y no precisa de un riñón artificial); pero en este momento no hay pacientes que la requieran.

PROTAGONISTAS DE UNA HISTORIA

Durante la visita de nuestro equipo, compartimos con parte del personal y algunos pacientes. Yanet Santos, licenciada en Enfermería, es una de las fundadoras del servicio en Artemisa. Una vez graduada pasó un diplomado de He­modiálisis en el Instituto de Nefrología durante más de dos años, “luego organizamos el quehacer aquí, y arrancamos en julio.

“En cada jornada, trabajamos hasta concluir las diálisis. Hacemos tres turnos al día, pero hemos llegado a tener hasta cinco… Hay muchos riesgos. Por eso hay que estar pendientes las cuatro horas que dura cada diálisis; es un sistema extracorpóreo y pueden aparecer complicaciones”, precisa.

Bien conoce Osbelsy Navea este proceso, del cual ha sido partícipe durante más de una década, y en el cual debió iniciarse a los 29 años de edad. “Mi insuficiencia renal es de causa descono­cida; me tuvieron que dializar de urgencia.

Nunca es fácil, pero al inicio es más difícil: el organismo no está adaptado. Ya no me dan muchos malestares, depende también de cuanto te cuides”.

Con 36 años de edad, Idael Véloz, lleva casi tres dializándose. Comenta sobre la dedicación del personal que aquí labora, y añade que es bueno el servicio, y que ahora cuentan con mejores condiciones.

Al igual que otros pacientes, ambos agradecen el quehacer de esta otra familia formada más allá del hogar, y que no solo comparte el espacio físico, sino que vela minuciosamente por el cuidado de su salud, en cada hora que juntos hacen contar.

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Jorge Díaz dijo:

1

31 de agosto de 2016

06:53:06


Como siempre,se olvidan y pasan por alto el importante trabajo de Electromedicina,sin ellos no se puede dializar ningún paciente.

Yadir Benitez Mendoza dijo:

2

31 de agosto de 2016

08:43:47


Cuanta entrega de nuestros profesionales de la salud.Es impresindible reconocer la obra diaria de ellos en su empeño de salvar la vida de estos pasientes.Adelante por siempre la medicina cubana.

Martha dijo:

3

1 de septiembre de 2016

15:47:07


Cuanta entrega, cuanto amor, Eso se llama Cuba, su Gobierno, que se preocupa por la salud de su pueblo, calor humano, responsabilidad , respeto a la vida. Cuanto dinero se necesita en Cuba ,, NINGUNO. Eso no tiene valor en la vida de las personas.Infeliz los que no saben valorar lo que se tiene. Felicidades, a ese maravilloso personal que con mucho amor , realiza esas actividades tan humanas. Si Dios está en el cielo, debe ayudar a Cuba, a que le quiten su Bloqueo, y continuar con los derechos humanos , por los cuales muriò Jesus en la cruz, y por la sangre derramada por muchos Cubanos que dieron su vida por una Patria Libre y Soberana, y sobre todo muy HUMANA,