ARTEMISA.—Tres veces a la semana comparten un espacio común, en una “batalla” que juntos libran por la vida, y en la cual tanto pacientes como profesionales de la salud salen vencedores tras las aproximadamente cuatro horas que precisa una sesión de hemodiálisis.
De la importancia de la labor emprendida no solo están conscientes quienes trabajan en este sitio y aquellos que reciben sus servicios; por lo que al presentarse la posibilidad de acometer una reparación capital en la sala de Hemodiálisis del hospital Ciro Redondo García, de Artemisa, se encaminaron los principales esfuerzos en función de realizar las acciones en el menor tiempo posible.
Al tratarse de personas que necesitan dializarse tres veces a la semana, resultaba preciso garantizarle las condiciones para la realización de este proceder, en tanto se desarrollaban las labores en la sala, que con más de una década de fundada, muestra ahora nuevos aires.
La reparación requirió de alrededor de un mes y medio, e implicó la movilización de recursos y la cooperación de entidades en el traslado de los pacientes hacia el servicio del hospital Comandante Pinares, de San Cristóbal, el más cercano.
RESULTADO DEL TRABAJO CONJUNTO
Según explica la nefróloga Yanet Pérez, “ante una insuficiencia renal crónica terminal, el paciente requiere tratamientos sustitutivos de la función de los riñones”.
La hemodiálisis es uno de los tipos de diálisis: un tratamiento médico consistente en eliminar artificialmente las sustancias nocivas o tóxicas de la sangre mediante un riñón artificial, especialmente las retenidas a causa de una insuficiencia renal.
Cuenta la nefróloga que tanto el personal médico como el de servicios se trasladaron hacia San Cristóbal. “Teníamos que esperar por las diálisis previstas en el hospital. Empezábamos en la tarde y trabajábamos hasta las 5:00 a.m., cuando ellos iniciaban nuevamente”.
La totalidad de los pacientes eran llevados días alternos (martes, jueves y domingo). “Debo resaltar el esfuerzo combinado de muchas personas, así como la acogida en el Comandante Pinares”, añade.
Por otra parte, en ese periodo se siguió atendiendo en la sala de ingreso del hospital artemiseño y dejaron un riñón artificial (equipo de hemodiálisis) en terapia por si se presentaba algún caso de urgencia.
“Como resultado de la labor emprendida —primera reparación de esta envergadura—, se cambió la carpintería y trabajaron en la instalación hidrosanitaria. Fueron pintados los salones con resina epóxica, y se completaron algunas estructuras. Mejoraron las condiciones de forma considerable”, manifiesta Alberto Arzola, quien hace cuatro años está al frente del servicio, y labora allí desde su fundación.
PECULIARIDADES DE LA INSTALACIÓN
El servicio de Nefrología cuenta además de la sala de Hemodiálisis —que el 14 de julio cumplió 12 años de fundada—, con una de la especialidad que dispone de 13 camas de ingreso.
En este momento 50 pacientes requieren del tratamiento. Hacen aproximadamente 25 diálisis en el día y cuentan con 11 riñones artificiales.
Atienden pacientes de ocho municipios de la provincia, de los tres restantes se encargan en el hospital de San Cristóbal.
De Artemisa es el mayor número de dializados, seguidos por San Antonio de los Baños y Güira de Melena. En tanto, la artemiseña Mirtha Ortega es en este momento la que lleva mayor tiempo siendo atendida (por más de 15 años).
Aunque este tratamiento es recibido de forma gratuita, resulta costoso para el país, pues requiere de muchos recursos; así mismo, de la competencia del personal.
“La base de taxis de cada municipio recoge al paciente en su casa, y luego lo regresa. Se trabaja todos los días, excepto el domingo, a no ser que haya alguna urgencia”, afirma Pérez.
El equipo está integrado por cinco nefrólogos y 25 enfermeras, los cuales trabajan por turnos. Los primeros tienen, además, consultas en municipios, con las que han tratado de cubrir la mayor parte del territorio.
En el presente año se han incorporado 21 pacientes (12 crónicos y 11 agudos), y han sido atendidos un total de 64. No han tenido incidencia de hepatitis B o C en la actual contienda, y hasta el momento han fallecido 10 personas; no obstante, la tasa de mortalidad se encuentra por debajo de la media, señala Arzola.
“Otro de los indicadores a tomar en cuenta es el índice de reuso del filtro de hemodiálisis, que en el primer semestre cerró en 11. En el 2015 tuvieron lugar seis trasplantes de riñón —en centros hospitalarios de La Habana—, y dos en lo que va de año”, asevera.
En la sala cuentan con un apartado para hacer diálisis peritonial (persigue el mismo objetivo de la hemodiálisis, aunque la vía de acceso al organismo es diferente y no precisa de un riñón artificial); pero en este momento no hay pacientes que la requieran.
PROTAGONISTAS DE UNA HISTORIA
Durante la visita de nuestro equipo, compartimos con parte del personal y algunos pacientes. Yanet Santos, licenciada en Enfermería, es una de las fundadoras del servicio en Artemisa. Una vez graduada pasó un diplomado de Hemodiálisis en el Instituto de Nefrología durante más de dos años, “luego organizamos el quehacer aquí, y arrancamos en julio.
“En cada jornada, trabajamos hasta concluir las diálisis. Hacemos tres turnos al día, pero hemos llegado a tener hasta cinco… Hay muchos riesgos. Por eso hay que estar pendientes las cuatro horas que dura cada diálisis; es un sistema extracorpóreo y pueden aparecer complicaciones”, precisa.
Bien conoce Osbelsy Navea este proceso, del cual ha sido partícipe durante más de una década, y en el cual debió iniciarse a los 29 años de edad. “Mi insuficiencia renal es de causa desconocida; me tuvieron que dializar de urgencia.
Nunca es fácil, pero al inicio es más difícil: el organismo no está adaptado. Ya no me dan muchos malestares, depende también de cuanto te cuides”.
Con 36 años de edad, Idael Véloz, lleva casi tres dializándose. Comenta sobre la dedicación del personal que aquí labora, y añade que es bueno el servicio, y que ahora cuentan con mejores condiciones.
Al igual que otros pacientes, ambos agradecen el quehacer de esta otra familia formada más allá del hogar, y que no solo comparte el espacio físico, sino que vela minuciosamente por el cuidado de su salud, en cada hora que juntos hacen contar.


                        
                        
                        
                    





    
    










COMENTAR
Jorge Díaz dijo:
1
31 de agosto de 2016
06:53:06
Yadir Benitez Mendoza dijo:
2
31 de agosto de 2016
08:43:47
Martha dijo:
3
1 de septiembre de 2016
15:47:07
Responder comentario