
LAS TUNAS.—Fomentar prácticas agroecológicas constituye una prioridad en esta provincia, para elevar el rendimiento de los cultivos y garantizar una agricultura sostenible.
La no aplicación de productos químicos a los sembrados, la tracción animal, así como la diversificación, intercalamiento y rotación de cultivos, son algunas de las prácticas esenciales que se han materializado entre los productores de este territorio. El objetivo es que las fincas funcionen como ecosistemas, en equilibrio con la naturaleza.
Dagoberto Molina Barroso, coordinador agroecológico de la Asociación Nacional de Agricultores Pequeños (ANAP) en la provincia, explicó a Granma que de acuerdo con las prácticas aplicadas, las fincas pasan por tres fases esenciales: las que se inician, con cuatro o más prácticas, las llamadas de tránsito, de las cuales tenemos alrededor de 3 000, con más de diez prácticas, y las agroecológicas propiamente dichas de las cuales se trabaja con cerca de 40, apuntó.
“Actualmente se desarrolla un amplio diagnóstico, para garantizar que esos predios sean funcionales, tengan un programa de desarrollo y cumplan un ciclo productivo. Pero a modo general, tenemos más de 9 000 fincas que aplican la diversificación de cultivos, y cerca de 4 000 integradas a la agricultura urbana, que implica trabajar sin la utilización de productos químicos”.
En este proceso es esencial la capacitación, por ello la ANAP mantiene convenios con los 12 centros científicos que existen en la provincia, como es el caso de la Universidad y sus filiales municipales, el Citma y los departamentos de veterinaria, suelos y sanidad vegetal. De conjunto con la delegación de la agricultura se planifican adiestramientos, en las asambleas de afiliados y la propia escuela de la agricultura.
La provincia cuenta además con otras fortalezas, como es el caso de los proyectos financiados por organizaciones no gubernamentales, e impulsados desde el territorio. En este sentido es pionero el Programa de Innovación Agrícola Local (PIAL), impulsado desde la facultad de Ciencias Agropecuarias de la Universidad de Las Tunas, y destinado a la capacitación del campesinado y al mejoramiento de su nivel de vida. Todo ello permite que la familia se inserte en el desarrollo de la agroecología, con bases científicas y con pleno conocimiento de las técnicas indispensables.
Varios son los beneficios que reporta este tipo de prácticas, que se materializan en el rendimiento agrícola. A los productores insertados en este programa se les protege con un cierto respaldo tecnológico que permita humanizar el trabajo. De igual manera, se promueve su inserción en los diferentes proyectos, como Pan Para el Mundo, al que pertenecen seis fincas del municipio de Puerto Padre e igual número de Jesús Menéndez.
La aspiración a largo plazo es que los productos de estas fincas, más sanos y con mayor calidad, puedan estar al alcance del pueblo en puntos de venta, destinados puramente a los frutos de prácticas agroecológicas.
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Jorge Alfaro Loria dijo:
1
23 de agosto de 2016
23:58:43
nicolas dijo:
2
28 de agosto de 2016
00:48:16
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