ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA

En medio de una enconada polémica con un ministro del gobierno de Carlos Prío, a quien acusaba de corrupción sin que pudiera presentar pruebas de ello, el senador Eduardo Chibás, jefe del Partido Ortodoxo, se disparó un tiro frente a los micrófonos mientras finalizaba su alocución radial. Tras una agonía de once días, falleció el 16 de agosto de 1951. Su entierro fue una manifestación de duelo popular, la más grande durante la neocolonia. Desde entonces, este político ha sido tema recurrente en debates historiográficos y artículos periodísticos.

Lamentablemente las valoraciones sobre tal personalidad están permeadas por la apología o la satanización. Chibás no fue un ser perfecto. Emocional hasta la médula, en ocasiones pecó de injusto y le otorgaba veracidad a una fuente sin verificarla ni contrastarla, por lo que cometió graves errores políticos. Ingenuo a veces, como perdonaba con facilidad los agravios hechos a su persona, pensaba que los agraviados por él adoptarían igual actitud.

Lo que sí no se entiende es que quienes lo satanizan, en franco maniqueísmo, no reconozcan virtud alguna en él, incluso nieguen sus actitudes antimperialistas. Olvidan sus cruzadas contra algunos monopolios yanquis radicados en Cuba, entre ellas, su enfrentamiento contra la mal llamada Compañía Cubana de Electricidad, por el abusivo aumento de las tarifas.

Cuando presentó un recurso contra ese aumento, el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) votó por mayoría a favor del consorcio estadounidense. Chibás denunció, primero en la radio y luego en Bohemia (6 de marzo de 1949), que ciertos magistrados habían “violado la Ley antipatrióticamente, sirviendo los intereses ilegítimos, imperialistas y anticubanos del pulpo eléctrico”.

Los magistrados aludidos se querellaron contra el líder ortodoxo. Un tribunal lo condenó a seis meses de cárcel.

Confinado al Castillo del Príncipe, convocó al pueblo a intensificar la lucha contra las arbitrariedades de “la Compañía Anticubana de Electricidad..., la Cuban Telephone Company y el consorcio de las tres S” (las empresas petroleras Standard Oil, Shell y Sinclair). Y desde su celda ganó la batalla.

También se opuso a los empréstitos concertados con la banca norteamericana. A la revista Bohemia (10 de abril de 1949), declaró: “Lucharemos por impedir que los presentes gobernantes hipotequen de nuevo la república. Estamos al borde de una gran batalla contra las grandes corporaciones imperialistas, batalla que el Partido del Pueblo Cubano librará con entusiasmo y decisión por la independencia económica de nuestra Patria”.

Después, en carta abierta al presidente Carlos Prío (Bo­hemia, 31 de julio de 1949), afirmaba: “Sabes bien que los empréstitos constituyen el instrumento de penetración del imperialismo, el arma favorita de la ‘política del dólar’ para sojuzgar económicamente a los pueblos de nuestra América”.

Chibás, es bueno aclarar, no fue marxista. Incluso tenía grandes prejuicios contra la Unión Soviética, a la vez que consideraba a Lenin paradigma de revolucionario. Defensor de la propiedad privada y la economía de mercado, pretendía solucionar el problema cubano con un desarrollo capitalista independiente, dentro de los marcos de la legalidad burguesa y con una importante intervención del Estado. Su Programa de Gobierno (Bohemia, 25 de abril de 1948) se basaba más en la ética y la honradez administrativa que en una transformación radical de la economía del país.

Chibás propugnaba la nacionalización de los servicios públicos (gas, electricidad, teléfonos, transporte ferroviario, etcétera), la eliminación de la discriminación racial, la organización de los pequeños agricultores en cooperativas de producción, distribución y consumo; y una Reforma Educacional que in­cluía la alfabetización del casi 30 % de iletrados existentes en el país y la enseñanza primaria obligatoria. Su “Reforma Agraria” era muy tímida: reparto de las tierras del Estado y establecimiento de impuestos a los latifundistas por los terrenos baldíos; en último caso, la confiscación de estos se haría mediante compensación inmediata.

Sus prejuicios hacia el movimiento comunista cubano, del cual fue un acervo crítico, no le impidieron coincidir con él en ciertas batallas. Dentro de los políticos burgueses, el líder ortodoxo fue quien denunció con más fuerza los asesinatos de Jesús Menéndez y Aracelio Iglesias, a quienes llamó “destacados dirigentes de la clase trabajadora”. Igualmente condenó la clausura del diario Hoy, órgano de los comunistas, en 1950, por parte del presidente Prío.

Es necesario colocar a Eduardo Chibás en su justo lugar. Como dijo Jesús Montané, moncadista y expedicionario del Granma, “cuando pocos parecían creer, él levantó la fe. Cuando parecía que el espíritu patriótico de los cubanos sería sepultado en la marea de la corrupción y el entreguismo, él encendió en los corazones, con su prédica ardiente, el ansia de vivir y sacrificarse por Cuba”.

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Ramon dijo:

1

15 de agosto de 2016

22:38:41


Porque cuando se habla de un personaje historico un heroe no ponen fotos del mismo para que las nuevas generaciones lo conoscan hoy es el caso de lider ortodoso CHIVAS

victor faife perez dijo:

2

15 de agosto de 2016

23:08:03


Chivas es un ejemplo de patriota y revolucionario cubano, que lamentablemente no se ha colocado en el lugar justo que le corresponde dentro del altar de los heroes de la patria y ha quedado relegado muchas veces en la historiografia. Fue el líder de su generación y sin lugar a dudas el precursor de la generación del centenario. Hay muchos mártires que sacrificaron todo, incluyendo sus bienes, su familia y hasta su propia vida(estando consciente de ello) sin esperar otra cosa que el bienestar de cuba y de todos los cubanos. Muchos de estos mártires, su obra y trascendencia hoy son solo conocidos por historiadores y biógrafos; sus homenajes se limitan a esfemerides escuetas en medios de prensa. Dentro de los casos mas representativos están Eduardo Chivas y Antonio Guiteras. A ellos, junto con todos los proceres de nuestra nación se le deberían levantar monumentos, donde todos los cubano les puedan rendir tributo y.... la patria los contemple orgullosa

francesco monterisi (italia) dijo:

3

16 de agosto de 2016

06:42:13


Hay que respetar mucho los hombres que dan sus vidas por la Patria (mas allà de sus posiciones politicas); son personas muy dificil de encontrar! Cuba tuvo la suerte de ser una tierra muy fecunda de esta clase de hombres: Martì, Maceo, Mella, Pais... RAUL y FIDEL!

Karel dijo:

4

16 de agosto de 2016

19:46:04


Lo que voy a decir no tiene bases de documentación, sino anecdóticas, pero es mi opinión personal. En Cuba, me parece que durante muchos años se condenó con el silencio a aquellas personas que cometieron suicidio. Es decir, su trayectoria como patriotas y como gente entregada al servicio de la patria y del pueblo fue silenciada, como olvidada oficialmente, por haber cometido ese "delito". En parte es el caso de Chibás, que se quitó la vida de manera agónica con ese disparo, y es el caso también de Osvaldo Dorticós Torrado, quien se quitó la vida, según tengo entendido, por el sufrimiento indecible que le causaba su cáncer de los huesos (columna vertebral, me han dicho que era), a lo que se le sumó el pesar por el fallecimiento de su esposa. El suicidio es condenado muy duramente por casi todas las religiones, en particular las cristianas, y eso en Cuba tiene su reflejo, aún cuando se trate de personas ateas, porque el cristianismo ha dejado su huella no sólo en la concepción filosófica, sino en la cultura en general. Creo que si esas figuras cumplieron con su papel con la Patria (Dorticós, por ejemplo, ya no estaba en el cargo de Presidente de Cuba) y sus crisis personales las consideraron insalvables, no se les debe desterrar de la Historia por haber decidido quitarse la vida. Además, a las personalidades históricas hay que analizarlas como lo que son, seres humanos con determinadas características que los hicieron más o menos excepcionales. Ni ángeles, ni demonios, y analizarlas a fondo, como hace de forma tan concisa este excelente artículo, nos puede dar una medida de qué significaron en su época y qué podrían haber significado en un futuro próximo. Saludos.