La obtención, por vez primera, de semilla de zanahoria de factura nacional —de la variedad NK-6— es uno de los logros más frescos del Programa Nacional de la Agricultura Urbana, Suburbana y Familiar, concretado en el Instituto Nacional de Investigaciones Fundamentales en Agricultura Tropical (Inifat).
En el ánimo de hacer más fecunda esa iniciativa, la producción alcanzada de simientes —60 kilogramos— cuenta en la actualidad con áreas disponibles para su cultivo en 22 localidades, que involucran a todas las provincias del país. Ello supone una inyección de optimismo a un mercado ávido de soluciones de este tipo, en un producto agrícola cuyas semillas llegan —en su mayoría— a tierras cubanas en los barcos de importación.
Esta es una de las buenas nuevas estribadas del último recorrido —el No. 73— del Grupo Nacional que atiende el programa en cuestión, el cual encabeza el doctor Adolfo Rodríguez Nodals. Sobre los resultados de esa visita a todos los municipios que participan de la experiencia, el directivo interactuó con este rotativo para detenerse en las moralejas.
Acerca del tópico aludido, abundó en lo prioritario de dicha proyección, a la cual se le presta una atención especial mediante la Red de Fincas Municipales de Semillas Hortícolas, unidades de las que se encuentran habilitadas 26 destinadas para la reproducción de semillas básicas.
Añadió la cuota lograda en el 2015 en este apartado, que ascendió a las 5,25 toneladas, cifra que comprende cultivos como la habichuela, lechuga, acelga china y rábano, esencialmente. La mayoría de estos rubros experimentaron incrementos productivos notables con respecto al calendario anterior, además de la presencia de niveles de oferta en otras variedades.
Significó además el director general del Inifat, la pauta positiva en materia de disponibilidad de ese recurso para compensar las pérdidas de siembras, asociadas a las lluvias en las postrimerías del 2015 e inicios del 2016.
Más adelante hizo énfasis en la labor constatada en cuanto a las cooperativas de frutales, específicamente a los avances en el Programa Unificado de las 207 unidades de ese tipo, de las que 100 son atendidas por la Agricultura Urbana y Suburbana. Al concluir el primer semestre del 2016, las siembras se cumplieron al 96 % de lo que el plan exigía, en tanto el porcentaje restante colgó el incumplimiento a las posturas de especies cítricas.
Durante el año en curso se ha concedido gran prioridad a una serie de actividades que tributan, directamente, a las metas fijadas para este lapso. Aquí se insertan el fortalecimiento de la infraestructura de los subprogramas, el despliegue en la recuperación de unidades productivas y la extensión (en número y saltos cualitativos) a la obtención de semillas.
En materia de hortalizas y condimentos frescos, al pasar la página mayo pasado, este acápite satisfizo sus compromisos con un 2 % de crecimiento en relación con lo previsto, lo cual —en términos productivos— equivale a un cómputo total que supera las 533 600 toneladas. De acuerdo con Rodríguez Nodals, el subprograma posee hoy más de 8 430 hectáreas distribuidas en diferentes modalidades: organopónicos, cultivos semiprotegidos y huertos intensivos, siendo esta última variante la de mayor extensión.
Otro de los desvelos marca su derrotero en el seguimiento realizado al portafolio de 35 acciones, concebido para aquellas comunidades cuya población rebasa el centenar de habitantes, en un contexto signado por situaciones climáticas desfavorables. A propósito, como elemento novedoso, en el recorrido No. 73 el Grupo Nacional visitó en todos los municipios un consejo popular, seleccionado al azar.
Cada recorrido de este programa, como es habitual, cierra capítulo con sus evaluaciones. Esta vez resultaron reconocidas como las provincias a la vanguardia, dado su trabajo de mayor integralidad, Pinar del Río, Santiago de Cuba, Villa Clara, Camagüey y Matanzas.
Por municipios, firmaron en la posición zaguera —evaluados de regular o mal— Bejucal (Mayabeque), Río Cauto (Granma) y Antilla (Holguín); mientras los de mejor paso, en general, fueron Cumanayagua, Pinar del Río, Cienfuegos, Güira de Melena, Julio Antonio Mella, el municipio especial Isla de la Juventud, Guamá, Matanzas, Bayamo y Contramaestre, en ese orden.
Evaluaciones aparte, una ojeada más detenida invita a asir las enseñanzas detrás de cada clasificación, y a apuntarlas luego —a pie de lápiz y trabajo cotidiano— en el día a día de quienes participan en esta proyección. ¿El desvelo más inmediato? Seguirle mejorando el semblante a la experiencia y cosechar así, otras buenas nuevas como las que la tierra demanda y la mesa de los cubanos, de seguro, agradecerá.



















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r_man dijo:
1
1 de agosto de 2016
01:29:02
albert dijo:
2
1 de agosto de 2016
14:43:25
ignacio dijo:
3
1 de agosto de 2016
16:55:53
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