ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Trabajadores de más de 30 entidades camagüeyanas contribuyeron a la recuperación del molino Viet Nam Heroico. Foto: del autor

CAMAGÜEY.—Ubicado en la ladera de la Sierra de Cubitas, cerca de 30 kilómetros al norte de la ciudad cabecera provincial, el molino de piedras Viet Nam Heroico necesitó apenas 20 días para recuperarse de un fuerte colapso que lo obligó a detener las máquinas y con ellas todo el proceso productivo.

La emergencia en la veterana instalación provocó que se paralizaran algunas de las principales inversiones de la provincia por falta de áridos, situación coyuntural que puso a prueba, una vez más, la capacidad de respuesta local a partir de la estrecha cooperación interempresarial.

Otra no podía ser la reacción de las autoridades, pues se ponía en riesgo la continuidad del flujo constructivo en obras hidráulicas, industriales, ingenieras, de la Salud, la Edu­cación, el programa de la vivienda, los viales y el desarrollo turístico de la cayería norte del territorio.

Belkis Mendieta Sosa, directora general de la Empresa de Materiales de la Construcción, explicó que el molino es el de mayor capacidad de la provincia y de él salen elementos de áridos que no se producen en ninguna otra cantera de la localidad, como la arena que se emplea para fundir hormigones de alta resistencia.

“Ello indicó la urgencia, agregó, de poner a funcionar cuanto antes la planta de 36 años de explotación, pues, además, es la que provee los insumos necesarios (piedra y arena) para las producciones de hormigón de la empresa, como bloques, baldosas, tubos y mosaicos, entre otros”.

DETENER DE UNA VEZ EL DETERIORO
“La planta estaba trabajando, pero con mil dificultades por el deterioro acumulado tanto en la parte eléctrica como industrial, lo que no permitía satisfacer la demanda de las obras, sobre todo con arena de resistencia”, reconoció Jorge Luis Hernández Umpierre, director de la unidad empresarial a cargo del molino.

Amén de la prolongada explotación de casi cuatro décadas, la obsolescencia tecnológica y la falta de piezas de repuesto y accesorios, se unieron males enraizados como la falta de adecuado mantenimiento eléctrico y mecánico, lo que obligaba a los operarios a ingeniárselas para mantener de alta la añeja industria.

Al llamado de salvar cuanto antes al Viet Nam Heroico respondieron trabajadores de más de 30 entidades de la provincia, para desde sus respectivas especialidades y codo con codo con la fuerza del lugar, buscar soluciones a las apremiantes necesidades del molino de piedras.

“Si bien los principales males se concentraban en el área eléctrica, comentó Umpierre, se aprovechó la parada para rehabilitar y pasarle la mano al resto de la planta (trituradoras, zarandas y esteras de transportación), incluida la remodelación del edificio socio-administrativo, la cocina-comedor y los talleres”.

Refirieron los especialistas que en condiciones normales una reparación capital de este tipo no se realizaría en menos de dos meses; sin embargo, gracias a la entrega colectiva, restablecer la capacidad productiva del molino y mejorar las condiciones laborales no superó las 20 jornadas de arduo trabajo.

MÁS ALLÁ DE LA PROEZA
Juan Carlos López Chacón, especialista principal de mantenimiento de la empresa, aseguró que las acciones principales se concentraron en la reanimación de la pizarra ge­neral de distribución, una suerte de corazón de la planta, desde donde se dirige prácticamente todo el proceso productivo.

“En ello, dijo, desempeñaron un papel de­­cisivo los especialistas de la Empresa de Au­tomatización Integral (Cedai), quienes al igual que el resto de los trabajadores de otros sectores estuvieron todo el tiempo junto a nosotros y nos ofrecieron un apoyo incondicional”.

Arturo Guerra Gómez, su director en la filial camagüeyana, aclaró que con lo que se le ha hecho, sobre todo en la remodelación y re­cuperación de las pizarras de control, el molino funciona, pero debe ganar en eficiencia, por lo que desde ya se trabaja en un proyecto de automatización que incidirá en el ahorro energético.

Como niña ante juguete nuevo, la operaria Victoria Alarcón Buelga aprovechó sus más de 20 años de experiencia para valorar la trascendencia del cambio: “Ahora que­da de nuestra parte mantener el molino en óptimas condiciones de explotación, convencidos de lo que significan los áridos en las construcciones”.

Justa reflexión compartida por muchos, pues más allá de los intereses sectoriales y de una rápida y decidida respuesta que algunos ca­lifican de proeza, se impuso la certeza de que con ello ponen también su granito de arena para materializar los planes inversionistas y ajustarse a los plazos de ejecución de las obras.

COMENTAR
  • Mostrar respeto a los criterios en sus comentarios.

  • No ofender, ni usar frases vulgares y/o palabras obscenas.

  • Nos reservaremos el derecho de moderar aquellos comentarios que no cumplan con las reglas de uso.