Durante exactamente medio siglo, desde el momento mismo de su fundación, la Organización de las Naciones Unidas para el Desarrollo Industrial (ONUDI) ha brindado una asistencia notable a nuestro país.
También, desde el principio, Cuba puso a disposición de la Organización a personal altamente calificado, para asistirla en calidad de expertos de campo, y para laborar, en ella, como oficiales técnicos de respaldo. La Isla, además, ha apoyado a la ONUDI mediante el ofrecimiento de instalaciones para llevar a cabo encuentros regionales y subregionales.
Así que, entre ambas partes, las relaciones han sido, desde siempre, fecundas.
En cuanto al desarrollo industrial cubano este apoyo se ha hecho evidente mediante la ejecución de más de 300 proyectos de colaboración, orientados fundamentalmente a la creación de capacidades locales, la capacitación técnica y la transferencia de tecnología.
Durante los primeros 20 años del acompañamiento de la Organización a Cuba, la colaboración estuvo enfocada en los sectores: azucarero, metalúrgico, minero, mecánico, y químico, en ese último, fundamentalmente, en lo referido a las producciones farmacéuticas, de papel y vidrio, explicó Amita Misra, directora de Programas Regionales de la ONUDI, en la recién finalizada Segunda Convención y Exposición Internacional de la Industria Cubana, CubaIndustria 2016.
En el evento, que sirvió también como escenario para la celebración del aniversario 50 de ese organismo internacional, la directiva incluyó también, entre las áreas beneficiadas, el control de la calidad, normas y metrología, mantenimiento y diseño industrial.
De manera concreta, entre los proyectos emprendidos en estas fechas, destaca el establecimiento, a partir de 1973, de una planta piloto multipropósito, conocida como Planta 8 de marzo, la cual fue diseñada y construida para la producción de 15 portadores de principios activos farmacéuticos.
Este fue el primer aporte relevante de la ONUDI a Cuba en materia de farmacia, y constituye, hoy día, un importante eslabón para la Isla en ese sentido.
Resalta, igualmente, el programa para la fabricación de papel a partir de bagazo de caña de azúcar, mediante la construcción, en el país, de una planta piloto semi- industrial en 1978, a partir de la cual llegó a realizarse, con tecnología y materia prima autóctona, gran parte del papel y la cartulina que se utilizó, en Cuba, en los años ’90.
Respecto a la situación que atravesó la nación caribeña en esa década, Amita Misra refirió que el país se vio forzado a reorientar su economía y a establecer nuevas prioridades de desarrollo, que tomaran en cuenta el turismo, el perfeccionamiento del sector productivo y el uso eficiente de energía, gracias a la utilización de fuentes renovables. En esta etapa, subrayó, la ONUDI se involucró asistiendo en los campos de biotecnología e ingeniería genética, la sostenibilidad ambiental, el desarrollo de la gerencia empresarial y el fortalecimiento de la institucionalidad, entre otros.
UN MOTOR IMPULSOR DEL DESARROLLO

Más allá de contribuciones aisladas que dibujen un progreso a retazos, la ONUDI apuesta por la promoción de un avance industrial sostenible e inclusivo, visto como el motor impulsor de la mejora económica de todas las naciones en desarrollo. Y ese, justamente, es el espíritu del mandato aprobado en diciembre del 2013 por todos los estados miembros de esa organización, según dijo a Granma Internacional Alejandro Rivero, oficial de programas de la División de Latinoamérica.
Bajo los influjos que emanan de estos preceptos, en noviembre del 2015 fue rubricado un Marco Programático de País (MPP) entre el director general de la ONUDI, LI Yong, y Salvador Pardo Cruz, ministro cubano de Industrias, el cual cobija a más de una veintena de proyectos que desempolvan antiguas esperanzas de modernización, puntualizó.
Para ello, contamos con un presupuesto general tentativo de 50 millones de euros, como recursos a ser movilizados para su implementación, manifestó también.
Añadió que los resultados del MPP serán alcanzados a través de la ejecución de 22 proyectos de colaboración, encaminados al uso eficiente de las tecnologías y la creación de capacidades productivas a partir del proceso de reordenamiento y redimensionamiento del plantel industrial; tanto como a través de encadenamientos productivos y acciones de complementariedad, nacionales y regionales, que permitan incrementar la productividad y el valor agregado, favoreciendo el uso de materias primas y materiales nacionales.
Asimismo, estarán orientados hacia la diversificación de la producción de bienes y servicios industriales, mediante la incorporación de tecnologías de avanzada, minimizando la afectación al medio ambiente; al incremento de la sustitución de importaciones y exportaciones de productos y servicios, creando las condiciones productivas y de infraestructura que permitan el tránsito a una etapa superior de desarrollo; así como también al fortalecimiento de los centros de investigaciones y sus vínculos con las estrategias de desarrollo industrial.
Además, estos proyectos pretenden capacitar y entrenar los recursos humanos requeridos por la industria, con diferentes grados y tipos de especialización; y potenciar tanto el empleo de las fuentes renovables de energía, como la industrialización de los procesos de reciclaje, incrementando el uso de residuos industriales.
El documento abarca tres áreas específicas: la primera, es el perfeccionamiento del entorno institucional y empresarial, con el fin de mejorar el ambiente de negocios y los nuevos modelos de gestión; la segunda, tiene que ver con la competitividad industrial, fomentando el valor agregado en las producciones y el acceso a nuevos mercados; y la tercera, está relacionada con la promoción de inversiones extranjeras en Cuba.
Asimismo, el programa, previsto para el periodo 2016- 2020, está orientado a incrementar la participación de mujeres y jóvenes en la toma de decisiones; así como también a potenciar la innovación, el intercambio de conocimientos y la transferencia de tecnologías.
Se propone, igualmente, diversificar la industria para la exportación, sustituir importaciones, modernizar la infraestructura tecnológica, incrementar el valor agregado de productos y servicios, cambiar la matriz energética (favoreciendo la generación a través de fuentes renovables de energía) y fortalecer los encadenamientos productivos, con énfasis en la articulación y mejoría de la eficiencia y la productividad, aseguró Ileana Núñez Mordoche, viceministra de Comercio Exterior e Inversión Extranjera de Cuba, durante el lanzamiento del Programa País de la ONUDI, en el marco de CubaIndustria 2016.
Todo ello, explicó, se articula con nuestras prioridades nacionales para el desarrollo económico y con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, “en particular con el objetivo 9, que reconoce a la industria y a la industrialización como los principales motores del crecimiento económico sostenido, la sostenibilidad ambiental y la prosperidad compartida”.
PROYECTOS INMEDIATOS
Con un presupuesto inicial de cinco millones de dólares, fueron firmados, el 24 de junio último, los tres primeros proyectos del Programa País, los cuales constituyen “una muestra significativa de las metas que pretendemos alcanzar con la implementación de los mismos en materia de creación de capacidades”, a juicio de Núñez Mordoche.
Los dos primeros programas están relacionados con la formulación y monitoreo de una estrategia de desarrollo industrial más integradora, basada en evidencias estadísticas, de modo que Cuba pueda insertarse en los estándares de medición industrial; así como también con el desarrollo de la industria musical de la Isla, con la finalidad de apoyarla en su inserción en dicho mercado e incrementar su capacidad de exportación.
El tercero de estos programas pretende contribuir al mejoramiento de la gestión empresarial en los sectores de producción de fertilizantes y maquinaria agrícola.
Al respecto, Alberto Hernández Flores, director nacional del Proyecto de Mejoramiento y Modernización de la Industria en Cuba, explicó a la prensa que en este empeño participan tres entidades: el Centro de Ingeniería de Investigaciones Químicas, el Centro de Desarrollo de Maquinaria Agrícola de Holguín y la Fábrica de Fertilizantes de Nuevitas (Camagüey).
Pretendemos, acentuó, a partir de un diagnóstico estratégico, conocer nuestras fortalezas, debilidades y oportunidades, para elaborar un plan de mejoramiento y modernización de nuestra industria, particularmente en lo relacionado con la producción del fertilizante nitrato de calcio, que es altamente demandado por la población, pues se utiliza para los cultivos de hortalizas y frutales.
Creemos que con la preparación de nuestro capital humano, y con inversiones que permitan modernizar las instalaciones con que contamos, podemos multiplicar la producción y mejorar la calidad de este producto, apuntó Hernández Flores.
Por otra parte, Gilma Noroña, especialista principal de Desarrollo Industrial del MINDUS, explicó que se potencia además la creación de prototipos de maquinarias eficientes en la aplicación de esos fertilizantes, cuyo objetivo es la satisfacción creciente de alimentos para la población cubana, además de abastecer a la industria de los elementos necesarios para producir maquinarias e implementos agrícolas.
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Raquez dijo:
1
21 de julio de 2016
09:46:33
Zidy dijo:
2
21 de julio de 2016
11:18:06
Yuleisy dijo:
3
22 de julio de 2016
08:34:00
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