
ANTILLA, Holguín.—Procesar alternadamente maíz y trigo constituye una tarea habitual en la Unidad Empresarial de Base Comandante Daniel desde que el pasado año los innovadores y racionalizadores del centro crearon condiciones para asumir la tarea sin grandes modificaciones tecnológicas.
Cuando al establecimiento se le indicó elaborar harina integral de trigo, sus directivos solicitaron la colaboración de Alberto Rodríguez Breff, quien tradicionalmente ha puesto sus conocimientos y talento en interés de ofrecer respuestas a problemas relacionados con el flujo productivo.
“La solución la encontré al colocar una válvula de doble tiro en la tubería que traslada la materia prima, de manera que permita el paso de lo que se requiera moler. Por esa razón no fue necesario cambiar las mallas de los cernidores, ni las estrías de los bancos de trituración”, explica el fogueado especialista en mantenimiento.
También fue crucial el aporte de Alberto Columbié Patterson al agregar una tubería con el fin de que el aflechillo (componente de la corteza de los granos de trigo) resultara añadido a la harina, en lugar de ir a la tolva de subproductos.
Así, según describe Williams Olmos Reyes, director general de la UEB, identificada popularmente como Molino de Antilla, emprendieron un paso decisivo para elevar el rendimiento de la harina integral.
PREVISIÓN EN GRUPO
Revelados esos hechos, el ingeniero industrial Evaristo Velázquez Pérez, al frente de la actividad de ciencia y tecnología, no pone reparos en afirmar que los 33 innovadores y racionalizadores del centro constituyen una carta de garantía.
Para despejar cualquier duda, comienza un animado relato acerca del potencial creativo de sus compañeros.
Sobre Alberto Rodríguez Breff amplía que, con la colaboración del soldador Rodolfo Maurel, colocó una especie de abrazadera a los puntos de apoyo del sistema de extracción de granos de los silos, con lo cual se han reducido las roturas. “Da la posibilidad de aplicar la solución en los muchos depósitos de ese tipo instalados en el país”, asegura.
A Ernesto Arencibia Hernández y Félix Leyva Herrera les reconoce la iniciativa y los acertados cálculos que los llevaron a acoplar un motorreductor al filtro de subproductos, paso importante para elevar los rendimientos industriales y reducir a la vez la contaminación del medio ambiente.
Seguidamente, elogia a Noel Borges Góngora. A través de la adaptación de piezas, este técnico medio en electricidad encontró la vía para mantener en funcionamiento el sistema de protección térmica de la principal pizarra de control de la planta industrial.
“Gracias a Eduardo Durán Herrera, las bases en las que descansan los motorreductores de las esclusas del sistema de aire hoy son más sólidas. Observó cada detalle del funcionamiento de esa área y le colocó pedestales de seguridad”.
En cuanto al aporte de Alfredo Merencio Céspedes, recuerda: “Confeccionó las llaves para el cierre de las casillas transportadoras de harina. Garantizan hermeticidad, humanizan la operación y evitan lesiones en las manos”.
Los integrantes de esta lista, al igual que otro grupo de compañeros no mencionado aquí, están capacitados para responder a cualquier emergencia, aunque su fortaleza principal es contar con un preciso banco de problemas, que registra para el año en curso 20 respuestas inaplazables, entre ellas el tendido de una tubería necesaria para la extracción de la harina de maíz especial empleada en la elaboración de Pelly.
Con esa visión, enfatiza Evaristo, ha sido posible explotar eficientemente equipos con varias decenas de años en uso. “Una parte importante la recibimos en el 2003, después de su desmonte en industrias de Santiago de Cuba y Cienfuegos”.
Igual que operadores, jefes de turnos y tecnólogos, opina que mantendrán la maquinaria en buenas condiciones para garantizar los planes productivos.
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Molino Cárdenas dijo:
1
12 de julio de 2016
08:09:53
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