ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Con sus fidelísimos Camilo y el Che. Foto: Archivo

La primera vez que vi a Fidel fue frente al Instituto de Segunda Enseñanza de Santiago de Cuba en un acto en 1959 que no recuerdo quién convocó. Debe de haber sido el 26 de Julio; y yo tenía solamente 16 años. Antes había quedado maravillado por sus palabras en el entonces cuartel militar habanero de Columbia, el histórico 8 de enero de 1959.

En Santiago fue como el inicio de mi vida, como un estremecimiento. Yo estaba en medio de la multitud frente al Instituto, no muy lejos de la tribuna y podía apreciar los gestos de Fidel cuando se refería a todos los temas expuestos. De golpe me hice revolucionario y lo soy hasta el día de hoy gracias a las ideas irrebatibles que me iban llenando la mente. Con el timbre de su voz clara, decidida, tronante, estaba diciendo lo que yo quería para todos.

Aquel primer acto con Fidel en vivo, frente a mí, me conmovió y determinó luego el curso de mi vida, porque me llenó del pensamiento que exponía el máximo dirigente de la naciente Revolución Cubana. Yo temblaba entonces, por el tono, por la energía, por la explicación sencilla de los conceptos de la Revolución, por la hazaña épica del Ejército Rebelde contra la tiranía de Fulgencio Batista, derribada a pesar de toda la ayuda que le brindó Estados Unidos en armas y asesores.

Aquello me impulsó, junto a mi hermano y a algunos amigos, a inscribirnos en las en las Milicias Nacionales Revolucionarias en el mismo 1959 para defender a la Patria, y a comenzar prácticas de arme y desarme de los pocos fusiles arrancados a la tiranía: un Crack de la primera guerra mundial, un Springfield, un Garand… hasta que recibimos el famoso subfusil PPSh-41 que fue empleado por la infantería soviética en la Segunda Guerra Mundial contra los nazis.

¡POR PRIMERA VEZ UN GOBIERNO ENTREGABA LAS ARMAS AL PUEBLO PARA QUE SE DEFENDIERA!

Fidel y la paloma simbólica de la pureza sobre su hombre, el 8 de enero de 1959 a su entrada a La Habana. En el fondo el comandante Camilo Cienfuegos. Foto: Archivo

El gigante épico que nos dirigía es un hombre sorprendente, pero el enemigo no lo pudo sorprender nunca con su estrategia y sus tácticas militares, atentados terroristas y acciones de subvención ideologica, ni pudo detener la marcha de los planes para el avance de las masas, como demostró el triunfo de Playa Girón, la primera gran derrota del imperialismo norteamericano en América Latina, y una campaña de alfabetización realizada al llamado de ilustrar al pueblo para que comprendiera por qué se llevaba a cabo la Revolución.

Igual importancia tuvo oírlo en la Asamblea General de la ONU el 26 de septiembre de 1960, cuando el líder revolucionario proclamó que a la vuelta de unos meses Cuba se vería sin analfabetos. Mi hermano y yo participamos muy activamente, alfabetizando a los iletrados que integraban la División 53 en la entonces provincia de Oriente, hoy multiplicada.

Posteriormente, en La Habana estuvimos en la gran concentración de alfabetizadores reunidos en la Plaza de la Revolución para escuchar las nuevas tareas a las que la Patria nos convocabapor boca de Fidel, y lo fundamental era estudiar en el plan de becas, estudiar para poder hacer avanzar el país por los mejores derroteros y atenidos a los principios que ya abrazábamos.

El 22 de diciembre de 1961 fue en la Plaza el cierre de la Campaña de Alfabetización, cuando se declaró a Cuba libre de analfabetismo bajo un aguacero que no apagó a los brigadistas el fogaje por la lucha. No nos movimos y, sobre Nuestra América, Fidel le recordó al mundo: “…un continente como el de América, donde había 70 millones de analfabetos, y hoy hay 69 millones, porque tienen que descontar los nuestros”.

Por su prédica internacionalista nació la solidaridad con otros pueblos del continente y de la maltratada África, y el sentimiento de gratitud hacia el pueblo soviético.

En 1962 me envían a estudiar ruso a Moscú y en dos años adquirí los elementos fundamentales para desenvolverme, hacer amigos, mezclarme con ellos y apoderarme de una parte de su historia y cultura tan admirada en todo el mundo.

Y Fidel fue a la capital soviética. Cientos y cientos de estudiantes cubanos nos encontrábamos en la Plaza Roja oyendo las palabras del líder en fundado en su abrigo, y aplaudiendo cuando nos parecía algo importante y haciéndolo cuando los soviéticos no habían escuchado la traducción, por lo que se producían dos aplausos, hasta que Fidel llamó nuestra atención que debíamos esperar cuando la traducción llegara a los soviéticos.

Una frase sobre la Revolución de Octubre se me quedó aquel día del discurso del Comandante en Jefe: “¡Porque esta Revolución ha tenido lugar para bien de la humanidad!”

Desde 1966ingresé al periódico Granma, que devino la trinchera de un grupo de compañeros. Como dominaba el ruso, me asignaron al Departamento Internacional y la vida tras las noticias mundiales ocupó mi tiempo hasta ahora, casi 50 años después.

El primer encuentro cercano en el extranjero con Fidel fue precisamente en Moscú. Yo estaba de corresponsal allá (solicitado por Prensa Latina), cuando llegó al hotel Rossia el Comandante en Jefe. Fue a vernos. Nos saludó rápido, porque estaba apurado y en todas partes había grandes grupos de trabajadores con carteles, que lo recibían congritos de júbilo y alusiones a la amistad de ambos pueblos.

Hoy me encuentroa veces con algún turista ruso que tuvo algún contacto con Fidel y me impresionael cariño con que recuerda aquellos días y la imagen del Jefe de la Revolución Cubana.

En los viajes que el trabajo me trazó a la URSS, su nombre salía a relucir siempre con admiración en cualquier plática con los amigos. Las giras de Fidel por la Unión Soviética fueron usualmente para estrechar relaciones y coordinar posiciones. Estuvo en muchas ciudades, donde fue acogido con un entusiasmo enorme, sincero.

Cubrir sus actividades internacionales me reveló que era muy fuerte el movimiento de solidaridad con Cuba. En 1995 se efectuó la Quinta Cumbre Iberoamericana de San Carlos de Bariloche, Argentina; participó un solo día porque tenía un evento en Lima, Perú. Lo más llamativo para nosotros fue que un pequeño, combativo y entusiasta Comité de Solidaridad con Cuba formó una fila humana para recibirlo, al otro día se congregó frente al hotel en que se alojaba el dirigente de la Revolución e hizo una gran algarabía para saludarlo. Todos querían estrechar las manos del líder cubano y tocarlo, como si el contacto les traspasara la combatividad que ya ellos tenían de por sí.

En 1959 se creó la Milicia Popular Revolucionaria. Foto: Archivo

La controvertida toma de posesión de Vicente Fox, primer presidente del derechista Partido Acción Nacional en México, el 1 de diciembre de 2000, fue el próximo paso marcado por la participación política del estadista cubano en América Latina.

En Ciudad de México, se dio un hecho insólito: los miembros de la Cámara de Diputados se arremolinaron demasiado alrededor del Comandante en Jefe con intenciones cada cual de saludarlo y casi no lo dejaban moverse, hasta que la seguridad personal tuvo que intervenir para despejarle el camino.

En marzo del 2002 se efectuó en laciudad mexicana de Monterrey, muy cerca de la frontera con Estados Unidos, la Conferencia de Naciones Unidas sobre el Financiamiento al Desarrollo. Como se trataba de un evento de la ONU, los mandatarios de todo el mundo tenían derecho a asistir al encuentro. Pero estaba programada la presencia del presidente George W. Bush, quien temió un encuentro con Fidel —igual que temió ser enviado a Vietnam en su momento— y le ordenó a Fox que el líder cubano no estuviese.

Fox cometió la torpeza política de pedir al líder cubano llegar e irse inmediatamente para que no se cruzara con Bush. Luego que Fidel se retirara con el honor de haber defendido las posiciones de los países subdesarrollados y el presidente norteamericano fuera abucheado, las conclusiones de la Conferencia la ONU fueron un fracaso total.

Pero Fox mintió sobre las razones de la partida de Fidel varias veces y obligó a este a presentar ante la prensa la grabación en la que el mexicano solicitaba incluso que no asistiera a aquella conferencia de la ONU. Escándalo total en México y el mundo, desprestigio de Fox.

En el 2003 fue la toma de posesión del amigo Lula como presidente de Brasil y, aparte del anfitrión, que delineó una nueva línea política como figura principal, las personalidades que más llamaron la atención de la prensa en Brasilia fueron Fidel y del presidente Hugo Chávez, en constante intercambio con periodistas y personas que los rodeaban.

Luego el Comandante en Jefe visitó las ciudades de Sao Paulo y Río de Janeiro para entrevistas importantes, presentaciones en canales de televisión y otros actos, como en el estadio cerrado de Anhenbi, el mayor de la capital paulista, repleto de amigos muy solidarios con la Isla, bulliciosos, con una perenne entonación de cantos para la Mayor de las Antillas que causaban erizamiento a los cubanos de la delegación.

Otra ocasión para el encuentro de políticos amigos el mismo año fue la asunción a la presidencia de Argentina del inolvidable Néstor Kirchner. Allí se reunieron los mandatarios más destacados de América Latina: junto con el anfitrión, estaban Fidel, Lula y Chávez repartiendo declaraciones a los periodistas que los acosaban.

En La Habana, el 14 de diciembre de 2004 Fidel y Chávez firmaron el tratado constitutivo de la Alternativa Bolivariana de Nuestra América (ALBA), a la que rápidamente se unió Bolivia con Evo Morales y su propuesta de que se denominara ALBA-Tratado de Comercio de los Pueblos (ALBA-TCP) y en poco tiempo devino en la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América, sin cambio de siglas, que pone énfasis en la lucha contra la pobreza, la exclusión social, y por la colaboración y la complementariedad. Rápidamente se adhirieron varios estados insulares caribeños (incluso Ecuador que mira al Pacífico) y Nicaragua.

Poco después, por iniciativa de Hugo Chávez, en la ciudad de Puerto La Cruz, se fundó el 29 de junio del 2005 Petrocaribe, una asociación internacional mediante la cual la República Bolivariana de Venezuela suministra combustible a naciones caribeñas a precios preferenciales. El Comandante en Jefe Fidel Castro siempre al lado de Chávez, participó en forma muy activa en la creación de este mecanismo de integración.

Fue el inicio de una nueva forma de colaboración entre varios mandatarios de la cuenca del Caribe, en la que no se tenían en cuenta los intereses mezquinos de las empresas transnacionales ni de los gobiernos desarrollados. Muy pronto comenzaron a incorporarse pequeñas naciones insulares y continentales.

En Granma recibimos a Fidel muchas veces. Nos visitaba para chequear la marcha del periódico, fundamentalmente cuando había noticias de mayor importancia. Me marcó de forma especial la victoria del Frente Sandinista.

El entonces director del diario, Jorge Enrique Mendoza, ante la inminente entrada de las tropas revolucionarias a Managua y la derrota del dictador nicaragüense Anastasio Somoza DeBayle, estaba ansioso por un gran titular que proclamara el triunfo, pero Fidel lo convencía de esperar, con esa sensibilidad política que posee, casi mágica, que le es inherente, hasta que llegó el momento preciso de la fuga de Somoza y entonces Granma salió con un ¡¡VICTORIA!! grandísimo en su primera plana.•

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