ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA

En la literatura escrita fuera de Cuba en torno a la Batalla de Playa Girón —ellos han decidido llamarla Bay of Pigs— aparecen decenas de explicaciones sobre las causas de lo que Arthur Schlesinger Jr. llamó “el peor desastre en política exterior en la historia de los Estados Unidos”.

Académicos, funcionarios y exfuncionarios de la Casa Blanca, de los Departamentos de Es­tado y de De­fensa, de la CIA, de la Fiscalía Ge­neral y de otras agencias, politólogos, analistas militares, periodistas especializados así como protagonistas de aquellos hechos, buscan un chivo expiatorio a quien endilgarle el fiasco.

Los “brigadistas” culpan a Kennedy de ha­ber­se deshecho de ellos. Citan resentidos la frase pronunciada por el presidente: “Tenemos que sa­lir de estos hombres. Es mucho mejor botarles en Cuba que en los Estados Unidos. Espe­cial­mente si es allí donde ellos quieren ir”; y lo acusan de no haber tenido valor para cumplir su promesa de enviar a los marines a resolver el problema, cuando obviamente ellos no podían.

La contrarrevolución interna se sintió traicionada por la CIA, que no le avisó sobre la inminencia de la agresión, lo que, según ellos, permitió que la acción conjunta del G-2 y los CDR le asestaran tan formidable golpe, que la sacó de juego. Y no andan desencaminados. Al valorar la conveniencia de alertar a esas organizaciones sobre la invasión, el coronel Jack Hawkins, especialista de los marines en operaciones anfibias a cargo de la planificación de la operación, dijo: “No podemos informarle al movimiento Gclandestino (...) con esos estúpidos hijos de puta todo se sabría”1.

Kennedy estaba convencido de que la CIA lo había engañado al informarle que en Cuba ha­bía decenas de miles de enemigos de la Re­vo­lución, quienes al llegar los invasores se les su­ma­rían, para los cuales la expedición traía 40 0­0­0 fusiles; que la milicia y el Ejército Rebelde se aterrorizarían y desertarían masivamente y que, en el peor de los casos, los brigadistas podrían di­luirse en el Es­cambray. Solo el día 18 de abril se enteró, por boca de Bissell que tal alternativa no había sido prevista, que los brigadistas no había­n sido preparados como guerrilleros, y que entre Girón y el Escambray hay unos 80 kilómetros de terreno llano, descampado, con una den­sa red de carreteras y numerosos núcleos urbanos, lo que hacía impracticable tal posibilidad.

Kennedy percibió que, detrás de todo, a pe­sar de sus reiteradas advertencias de que no auto­­rizaría la intervención de las fuerzas armadas de los EE. UU. en la operación, y de sus de­cla­­ra­ciones públicas del día 12 en ese mismo sentido, estaba el propósito de la CIA de enfrentarlo a una situación en la que no tuviera más remedio que dar luz verde a los marines o asumir la derrota. Estas valoraciones presidenciales le costaron el puesto a Allen W. Du­lles, a su se­gun­do, el general Charles P. Cabell y al Director de Planes, Richard Bissell, y tal vez la vida al propio JFK.

La CIA considera que su proyecto fue maniatado por el Departamento de Estado, que en su propósito de hacer de la invasión una cuestión que los Estados Unidos pudieran “negar plausiblemente”, le puso tantas limitaciones que lo invalidó, además de que Dean Rusk contribuyó a que el presidente negara la autorización para el “decisivo” golpe aéreo de la mañana del 17 de abril contra las bases aéreas cubanas.
El Departamento de Defensa situó la responsabilidad del descalabro en la CIA, que durante el proceso de planificación suministró información de inteligencia falsa a los militares participantes en el proyecto, y que durante la conducción de las acciones cometió numerosas chapucerías, en un desempeño “político militar que desbordó sus capacidades”.

Como puede verse, todos se sienten engañados o traicionados por otros y se achacan mu­tuamente las causas del fracaso de la Operación Pluto. Como dijera Kennedy: “La victoria tiene muchos padres, pero la derrota es huérfana”.

Hay, sin embargo, una teoría relativamente nueva, que carga la culpa nada menos que so­bre los hombros del actor de cine John Wayne, cuyas películas, en las que el héroe exterminaba a decenas de enemigos —casi siem­pre indios— fueron la delicia de los que hoy peinamos canas, allá por la década de los años 40-50 del siglo pasado.

El crítico de cine Eric Bentley declaró en 1971 que John Wayne era el hombre más peligroso de Estados Unidos, porque sin mitología de sus pe­lículas, la trágica intervención de Estados Uni­dos en Vietnam era impensable.2

Garry Willis, en La América de John Way­ne, dice: “La fuerza de Wayne estaba en que él personificaba nuestro más profundo mito —el de la frontera. Su debilidad estaba en que eso era solo un mito. Detrás de las fantasías de la liberación de la frontera (...) estaba la realidad de la conquista. Y la conquista tiene sus modos para deshacer a los conquistadores en el camino de la imaginación del siglo XX esa figura está aún caminando hacia nosotros, airoso, amenazador, ineludible”.3

Seguramente basado en esta insólita teoría, Rafael Quintero, uno de los primeros alistados en la Brigada 2506, confesó: “En aquellos días los cubanos (contrarrevolucionarios) pensábamos en los americanos, en lo que yo llamaría Sín­drome de John Wayne. Pensábamos que los americanos actuaban como actuaba John Way­ne en sus filmes. Desde luego, esto era ingenuo, pero era así como la mayoría de nosotros lo sentía. Quiero decir: los americanos odiaban el comunismo y, como John Wayne, ellos nunca perdían —nunca”.4

Pero perdieron.

*Instituto de Historia de Cuba
1 Ídem p 238, tomado de Peter Wyden.
2 Blight, James G. y Peter Kornbluh. Politics of Illusion: the Bay of Pigs Invasion Reexamined. 1998.
3 Ídem p 148.
4 Ídem p 1.

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Lee dijo:

1

18 de abril de 2016

07:12:16


John Wayne fue un show de horror.

felix Reyes,(ANDRES) Respondió:


18 de abril de 2016

20:58:04

Nunca mas El Imperialismo podra Vencer al pueblo Cubano,La Tierra de JOSE MARTI Y de FIDEL, de MASEO,de Blas Roca,etc.Heroico Ejemplo nos ha dado a toda America Latina, en Estos momrntos que Tanbien que El IMPERIALISMO YANKI,agrede con su politica del" Condor",que Agrede e Ingerencistas metiendo la Mano para Derrocar Gobiernos PROGRESISTA Y DEMOCRATICOS,en el caso de Brasil:Dilma ROUSSEFF Y desprestigiar al Legendario Luiz Inacio Lula,Remeter con FUERZA Contra el Compañero Presidente Nicolas Maduro,contra Bolivia,etc.Nos Solidarisamos,con la lucha de estos Compañeros,representantes de Estos Pueblos Hermanos,como decia Nuestro Compañero Comandante "SIMON"Schafik Handal Handal:La Lucha Continua",Recordamos al Comandante Hugo Chavez:Pueblo que Lucha Triunfa".Y en la Causa de Ellos es La causa Nuestra.Combatiente y Veterano de Guerra del F.M.L.N."ANDRES".

julio dijo:

2

18 de abril de 2016

15:42:27


No solo John Wayne, sino todos esos "superhéroes" que han creado, tendrían el mismo fin.

Miguel Angel dijo:

3

18 de abril de 2016

16:16:55


Excelente trabajo del comp Coronel Ángel E Jiménez, algunas de las cuestiones aquí abordadas brillantemente por el autor, había tenido oportunidad de leerlas en los múltiples libros, y otros trabajos escritos sobre el tema, pero si quedé impresionado por la derrota de John Wayne, me resultó muy simpático, pero cuando se educa a todo un pueblo y a muchos otras personas con esta mitología basada en el chouvinismo barato, se crean personajes estigmatizados por el falso heroísmo y patriotismo, se crean falsos héroes, basados en la superioridad del hombre representante del imperio yanqui, como Jonh Wayne asesinando los "malditos y salvajes indios", los verdaderos pobladores del subcontinente de América del Norte, los q prácticamente fueron exterminados salvajemente, o el "héroe" Rambo matando Vietcom como moscas en el territorio vietnamita, o Superman representando el poder y la invencibilidad del imperio, se infesta la mente de millones de personas q creen de forma ciega en esos falsos paradigmas. Como reconoció el propio Kennedy: “La victoria tiene muchos padres, pero la derrota es huérfana”, yo soy de los q piensa, después de leer algunos documentos al respecto, q en estos vericuetos e intrigas políticas se sentenció el magnicidio de JF Kennedy. La Brigada mercenaria fue derrotada por la bisoña Revolución Socialista triunfante en menos de 72 horas, con un derroche extraordinario de coraje y patriotismo de los combatientes del Ejército Rebelde, la policía y las milicias revolucionarias, con una conducción impecable y brillante de líder histórico de la Revolución Fidel Castro. Los yanquis se quedaron con las ganas, como les sucede con frecuencia, sub valoran la voluntad y resistencia de los pueblos. Según la opinión de Arthur Schlesinger Jr., fue “el peor desastre en política exterior en la historia de los Estados Unidos”. Hoy nos encontramos recordando el 55 aniversario de esta victoria sobre el imperialismo yanqui, en el año 58 del triunfo revolucionario, sobre la base de mucha resistencia, coraje, hidalguía, esfuerzo, patriotismo, unidad, fortaleza de nuestro pueblo, bajo la dirección de nuestro Comandante en Jefe y Raúl, celebrando el 7o Congreso del PCC, a mucha honra, nuestro partido único, no queremos otros, con nuestras deficiencias, las q debemos eliminar, a lo cubano, sin influencias malignas, sin ceder en nuestro empeño de construir la sociedad socialista q pretendemos, en beneficio de nuestro heroico pueblo, con éxitos y logros tangibles e innegables, ejemplo para muchos países del planeta, con un esperanzador futuro por delante, con el relevo histórico de la Revolución garantizado, mientras el Imperio yanqui, como todos los precedentes, se hunde en el pantano de su propia política genocida, fratricida y hegemónica, ninguno sobrevivió, esa es la verdad histórica. Perdieron y continuarán perdiendo.