ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Rafael Álvarez Reyes: “A hacer a carbón uno nunca se acostumbra”. foto: yander zamora Foto: Yander Zamora

Ciénaga de Zapata, Matanzas.—Hacer carbón no es trabajo para hombres comunes y corrientes. Los carboneros tienen rostro indescifrable, cabello indómito y manos siempre ennegrecidas.

Antes y ahora, y siempre, eso de levantar el horno paso a paso y luego estar 24 horas del día junto a él para evitar que se vuele, no es cosa de juegos. El rigor del oficio llega a reblandecer a los obreros más bravos.

Aun así, no hay posibilidades de comparación entre los carboneros de hoy y los de antes. Adicionalmente a la crudeza propia de la tarea, hubo una época en que los carboneros llevaron una vida de perros, en que el hambre y la miseria eran sus compañeros inseparables, relata Rodobaldo Espinosa Rodríguez, de 85 años de edad, nacido y crecido en la Ciénaga.

“A mí no hay quien me haga cuento. Yo transité toda la costa cortando leña, desde el Castillo de Jagua hasta Santo To­más. Éramos 14 hermanos y tuvimos meses de pasar mucha hambre. Nos pasamos la vida con el hacha en la mano y ha-cíamos carbón con un buchito de café prestado”.

Recuerda que hacer carbón era el centro económico de la región, y como no había conexión con el resto del país debían sacarlo en botes a través de los canales y luego por mar hasta Batabanó. “Nos levantábamos a las 3 de la mañana y luego de varios días de fatigosa faena nos daban unos pocos centavos por un saco de carbón”.

Fue luego del Primero de Enero de 1959, subraya Espinosa Rodríguez, que los carboneros se calzaron, vistieron y alimentaron como seres humanos. Otro cambio importante es que ahora usted puede llegar a cualquier asentamiento por vía terrestre, vital para trasladar la leña y el carbón. Y agrega:

“Todo lo que hoy tenemos se lo debemos a la Revolución: carreteras, médicos, es­cuelas, policlínicos, consultorios, una vida decorosa. La Cié­naga de Zapata nació en 1959”.

En sus primeras visitas al sureño territorio Fidel se interesó enseguida por las condiciones de vida de estos hombres, para quienes la Revolución estableció de inmediato otros derechos laborales y so­ciales.

Una muestra de ese afecto por los carboneros, fue aquel inolvidable 24 de diciembre de 1959, cuando el Comandante en Jefe se apareció junto a un grupo de cercanos colaboradores en el apartado caserío de Soplillar para compartir la cena de Nochebuena con varias familias de carboneros.

Eran carboneros que vivían en destartalados bohíos y sus camas eran de yute relleno con hojas de plátano.

Fue la primera vez en la historia de Cuba en que un Jefe de Estado compartía con los trabajadores más explotados y olvidados. Durante la cena Fidel trasladó confianza a aquella gente sencilla y desamparada durante muchos años. Ya para entonces empezaban a llegar al lugar los primeros maestros a impartir clases en improvisadas escuelitas, se creaban postas médicas y se vislumbraban otros progresos en beneficio del pueblo ce­naguero.

EL TRABAJO SE PUEDE HUMANIZAR AÚN MÁS

En estos momentos se desconoce con exactitud el número de cenagueros que hacen carbón en todo el ámbito de la región. Está confirmado, sin embargo, que el mayor volumen  lo asume la Empresa Forestal Integral Ciénaga de Zapata. Su director, Pablo Bouza Ro­dríguez, precisa que aunque la mi­sión fundamental de la entidad es  conservar los recursos naturales, hay unos 180 trabajadores que intervienen en la producción de carbón, de cuyo total se exportan cada año más de 400 toneladas.

Señala que los carboneros actuales no participan en todo el proceso de fabricación, como ocurría antes. “Sigue siendo una faena ruda, pero hoy la madera se corta en su mayoría con motosierras, y se traslada con otras fuerzas, con tractores o camiones. Por otra parte, existen adecuadas condiciones de trabajo y de vida y los salarios sobrepasan los 2 000 pesos”.

Asegura que la producción de carbón actual en la entidad se rige por un principio estricto de sostenibilidad, o sea, se aprovechan básicamente los subproductos del bosque y de plantaciones energéticas concebidas con ese fin.

“El bienestar de los carboneros es una ocupación constante para la Empresa. Y si bien es cierto que se han mejorado sus condiciones de vida de forma notable, estamos conscientes de que todavía se puede humanizar más esa labor.

“Existe el firme propósito de ubicar diez paneles solares en las fincas donde se levantan los hornos, tres de los cuales se colocarán en el actual año”, recalcó Bouza Rodríguez.

LO MÁS DIFÍCIL ES LA SOLEDAD Y EL SILENCIO

Orestes Pacheco Consuegra y Rafael Álvarez Reyes forman parte de la nueva generación de carboneros. Ambos acumulan experiencia en esta labor y pertenecen a la brigada silvícola La Victoria. Sus fincas están situadas no muy lejos de la autopista nacional, donde disponen de los medios necesarios para hacer carbón.

Consuegra explica que lo más difícil son la soledad y el silencio, y a continuación detalla cómo se levanta un horno, tarea para la cual es preciso preparar la base y empezar temprano. Hace falta poner una madera junto a la otra, levemente inclinadas, y un piso sobre otro, hasta detallar el círculo y vestirlo con tierra y ramas. Aclara que la boca en lo más alto queda abierta y se deben hacer huecos por los alrededores para que el horno ‘respire’.

“Y entonces empieza lo más difícil, o sea, cuidarlo todo el tiempo para que no estalle y se requeme la madera. Eso obliga a estar muchas horas junto al horno, a veces sin relevo. Por otra parte, el color del humo es una señal de cómo está quemando la leña. En 25 años nunca se me ha volado un horno”.

Comenta que, por lo general, un horno se quema en siete u ocho días y depende mucho de la velocidad del aire. “En el mes hacemos unos 400 sacos y nos lo pagan a cinco pesos la unidad, más 35 centavos por cada saco que se destine para la exportación”.

A escasa distancia de allí levanta sus hornos Rafael Álvarez Reyes, la mayor evidencia de que los carboneros son de poco hablar. El diestro carbonero se auxilia de una mata de ceiba centenaria que ofrece sombra en decenas de metros a su alrededor.

Dijo que siempre hay mucho que hacer. “Me levanto a las cuatro de la mañana y estoy todo el tiempo en función del horno. Independientemente de las condiciones y la atención que nos brindan, esto exige mucho sacrificio”.

Reconoce que el salario devengado es alto, pero remarca que a hacer carbón uno nunca se acostumbra. “Te bañas y el tizón sigue saliendo por los poros. Realmente es una tarea dura, pero ya no es el horror que nos cuentan los viejos carboneros de la Ciénaga”.

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reyesmagaly dijo:

1

4 de abril de 2016

07:04:10


Linda historia soy de origen campesino y se como se hace el horno pues en mi casa se hacian y vivia en batabano en la finca rabo de zorra habia un senor gallego que era quien lo hacia y en verdad es un trabajo muy preocupadfo para que no se vuele es bello y el olor muy rico del horno gracias

Miguel Angel dijo:

2

4 de abril de 2016

08:29:02


Lindo trabajo del Lic Ventura de Jesús, estremece el corazón. Siempre oí hablar de la dureza de este trabajo y las condiciones tan precarias q vivían estas humildes personas, pero llegó el Comandante y mandó a parar, el propio 24 de diciembre del 59 fue a celebrar la Noche Buena con los carboneros de la ciénaga, se transformó totalmente la geografía de este olvidado y explotado territorio, se humanizaron las condiciones de trabajo, las condiciones de vida, llegó la educación, la salud, la electricidad, las vías de comunicación, viviendas mas dignas, las ventajas de la electrificación, etc. Pude conocer posteriormente la rudeza del trabajo con mis propios ojos, difícil de verdad, no se paga con nada. Pregunto, si es un rublo exportable, por que no se estimula con CUC a dichos trabajadores, lo merecen, no solo los paneles solares y otras mejorías, también salarial, o el equivalente en CUP, silos salarios rondan los 200 CUP, ganan 84 cuc, por lo menos elevar a 100 CUC, sería 2400 pesos. Es justo. Pero estos laboriosos y sacrificados carboneros alcanzaron sus DDHH cuand triunfó la Revolución en 1959. Si alguien tiene dudas, q le pregunte a Rodobaldo Espinosa Rodríguez, de 85 años de edad, nacido y crecido en la Ciénaga: “Todo lo que hoy tenemos se lo debemos a la Revolución: carreteras, médicos, es­cuelas, policlínicos, consultorios, una vida decorosa. La Cié­naga de Zapata nació en 1959”.

Anar dijo:

3

4 de abril de 2016

08:38:57


el salario puede subir más, teniendo en cuenta las exportaciones, si queremos que se mantenga el oficio, no es solo salarios altos, es buenas viviendas de mampostería, con centros de recreación en el pueblo, me refiero a centros con piscinas, área para cine y teatro, salón de baile, etc. Sobre todo los servicios de salud y escolarización, según el artículo la salud está resuelta me pregunto si en el concepto salud ya tienen los servicios estomatológicos, debe ser altamente reconocido el trabajo de los carboneros, mantener el oficio es importante, hay muchas personas que por diversos motivos podrían incrementar las capacidades de obreros, deben captarse y garantizarles una vivienda mientras se ocupen de la actividad, hay muchas formas de hacer interezar a las personas por oficios fundamentales para la economía, aunque no sean de la provincia en cuestión.

francisco dijo:

4

4 de abril de 2016

10:36:54


Qué tipo de periodismo es este que al querder elogiar, agrede. Así que los carboneros resultatan "ablandados" por el oficio. Ganan 2 000 pesos. Qué miseria y que verguenza. No alcanza para alimentar la familia, comprar ropas y zapatos decentes. Cuánto gana un ministro en Cuba? Esos datos deberían ser públicos y publicados. Y los revendedores de ese carbón, cuánto ganan? Muchos, pero mucho mas. Es por eso que la maldita ley de la oferta y la demanda va a destruir nuestro socialismo. Donde el carbonero se rompe el lomo hay mucha oferta y casi ninguna demanda de carbón. En otras partes es al contrario y los revendedores (ladrones es mas honrado llamarlos) le roban al pueblo y le roban el sudor al carbonero. Ley de la oferta y la demanda? Mentira neoliberal. El socialismo no es eso. Eso es recontrucción del capitalismo en Cuba. Las leyes del mercado socialista son: la satifacción con dignidad de las necesidades crecientes y nacientes del pueblo. No de unos cuantos oportunistas.

REX Respondió:


4 de abril de 2016

14:34:42

Francisco que un carbonero gane 2000 mensual y un profesional 450, te parece bien? Sabías que esos mismos drs y maestros ganan mucho menos. Por cierto seguro que hasta un ministro gana menos....

Rafael Rodriguez dijo:

5

4 de abril de 2016

11:41:32


La verdad que el que produce es el que menos gana 5 cup el saco?? cuando estos se venden entre 50 a 60 cup??? y solo 0.35 cuc por saco de exportación cuando estos se venden a las de 6 usd el saco??? realmente el pago al carbonero es muy bajo.

Areapna dijo:

6

12 de abril de 2025

16:01:29


Cual es la escala salarial un carbonero en las Mipyme