MATANZAS.—Un grupo de innovadores matanceros, encabezados por el experimentado creador Luis Valor, asumen aquí la reparación de las motomochilas en desuso de procedencia alemana y utilizadas desde hace ya varios años en la lucha antivectorial en todo el país.
Esta inventiva resulta de notable valía puesto que un número inestimable de estos equipos están inhabilitados como consecuencia de diversos inconvenientes.
Solo en Matanzas hay en estos momentos unos 80 dispositivos de esa modalidad, subutilizados en lo fundamental por el deterioro de la bomba de inyección de aire, elaborada con material donde prima el polietileno y muy sensible a las altas temperaturas.
Sostiene Valor que dicha bomba se confecciona con una máquina de inyección por soplado, inexistente hoy en Cuba. Luego de varias tentativas fallidas en otros territorios para alargar su vida útil con el uso de pegamento, innovadores yumurinos diseñaron el molde para la sustitución de la pieza.
A diferencia de aquella, de una sola pieza, el dispositivo de reemplazo tiene un diámetro de 160 milímetros y se compone de tres elementos, dos de goma y uno de polietileno de alta densidad.
Las nuevas bombas de inyección se fabrican en un taller del antiguo central Sergio González, perteneciente al municipio de Colón, gracias al desempeño de un reducido número de trabajadores. La Empresa Lamas, del Grupo Empresarial GARDIS, garantiza la materia prima.
Una vez fabricada la cantidad suficiente de los conectores para suplantar las motomochilas defectuosas en esta provincia, las piezas confeccionadas estarán disponibles para cubrir las necesidades en el resto del país.
Estos equipos son adquiridos en el mercado internacional por un valor cercano a los mil euros. Expertos consideran que aunque en las acciones de fumigación se utilizan mayoritariamente mochilas de procedencia rusa, el rescate de los viejos equipos constituye una valiosa contribución a la campaña cubana de fumigación contra el mosquito Aedes aegypti.
COMENTAR
Responder comentario