Por primera vez el Concurso Internacional Habanosommelier convocó a ocho ganadores de ediciones anteriores del certamen para elegir a un gran maestro, en medio del principal encuentro del tabaco Premium (torcido a mano).
Organizada en tres sesiones, la competencia aglutinó a participantes de Cuba, Chile, México, Brasil y España, todos expertos en el arte de catar, combinar y proponer tabacos con bebidas o alimentos.

Con 51 años de edad y previos reconocimientos nacionales e internacionales, el sommelier cubano Juan Jesús Machín se alzó con el premio “Maestro de Maestros”, durante el XVIII Festival del Habano.
Para quien asiste a la cita desde 2008 y trabaja en el Cigar Bar del Hotel Quinta Avenida, ubicado en La Habana, la distinción otorgada es una recompensa a la dedicación y el compromiso que exigen los Habanos.
Ser un habanosommelier, explica Machín, demanda horas de estudio e investigación constante. Se trata de una profesión que defiende la identidad cultural cubana y que se sostiene en un discurso del conocimiento, significa.
“Si quieres dar un servicio de alta calidad y promover ese gran producto que es el Habano, debes esforzarte mucho. Hay que convertirse en un conocedor integral de todo lo que es la gastronomía: vinos, comidas, tabacos. Es un mundo maravilloso, pero también muy amplio y novedoso”, asegura.
Al definir el Festival Internacional del Habano como un puente necesario e ideal, Machín refiere que, de acuerdo con el tercer descubridor de Cuba Fernando Ortiz, el tabaco constituye un elemento transculturador, “que trae paz, comunicación y alimento a la espiritualidad humana”.
Según concluye el especialista, “dicen algunos que el Habano es nocivo para la salud, mas yo digo que si se fuma con responsabilidad, sin abusar, se puede disfrutar de algo tan bello como las mujeres”.
Desde otra óptica el responsable del jurado, José Ilario, afirma que fue complicado deliberar, porque los concursantes eran muy buenos. Además de elogiar la creatividad y el conocimiento de los sommeliers, el experto español destaca que el Festival es único y le lleva ventaja a otras iniciativas parecidas.
El habanosommelier brasileño Walter Saes, que ocupó el cuarto escaño del concurso, agrega que resultó un evento muy exigente y que durante dos meses se preparó degustando diariamente casi 300 destilados.
Entregado al universo de los Habanos desde 2005, Saes realiza entrenamientos e imparte clases sobre los puros Premium en una escuela que creó en Brasil, a la vez que mantiene el vínculo con las tres Casas del Habano que existen en ese país sudamericano.
“La riqueza de un habanosommelier radica en la actualización de lo aprendido y la armonización que puede lograrse entre los puros e infinitas bebidas. Por ejemplo, se tienen más en cuenta las comidas cuando los clientes no son fumadores experimentados”, resalta el joven maestro.
Tras su décima visita a la Isla, este especialista sigue sorprendido por que se mantengan aun técnicas tradicionales en la confección de tabacos, en tanto otros lugares del mundo emplean la tecnología, pero no obtienen productos con sabores similares a los cubanos. “Aquí existe el clima, el suelo, las variedades y las personas perfectas para fomentar esa cultura”.
COMENTAR
Maritza dijo:
1
16 de marzo de 2016
16:30:28
Responder comentario