
HOLGUÍN.— La disponibilidad de materia prima no da ocasión a que el ocio o la pérdida de tiempo se instalen en las áreas productivas de la unidad básica de producción Fábrica 26 de Julio, con base en las cercanías de la capital provincial.
El foráneo lo entiende mejor al adentrarse en el Taller de Corte y Conformado y coincidir con los operarios Eliecer Ricardo y Ramón Fernández, empeñados en seccionar, con ayuda de una potente prensa, cintas de acero de seis metros de largo con espesor y ancho de 12 y 87 milímetros, respectivamente.
En el breve lapso empleado para acomodar parte de las piezas, Eliecer comenta que al culminar el turno de trabajo deben tener listos 1 500 segmentos, cada uno de 488 milímetros de longitud. Cuando pasen por varias operaciones siguientes se convertirán en cuchillas aptas para ser empleadas en las máquinas cosechadoras de caña que rinden zafra en varios sitios del país.
Cerca Raúl Peña utiliza un torno para conformar el filo de un grupo de futuros discos de arados. Luego los envía a Antonio Suárez, quien opera con habilidad una prensa donde les hace el festonado, o sea, la operación que los dota de dientes.
Al concluir la jornada laboral unas 400 unidades deben estar listas para continuar pasando por otras manos y máquinas hasta que se conviertan en elementos cóncavos según el diseño que los hará efectivos para roturar la tierra, una vez que sean componentes de los implementos agrícolas fabricados en la UEB.
Unos pasos más y aparece Ramón Aponte junto al pantógrafo, equipo que corta con fuego grandes planchas de metal, de manera que cada porción se convertirá en bastidor de una chapeadora. La misión del operario, describe Luis Díaz, el jefe del Taller, es asegurar que no falten elementos para el posterior ensamble de los equipos de ese tipo a fabricar en el mes, de acuerdo con una solicitud de TabaCuba (Empresa de Acopio y Beneficio de Tabaco), para la cual igualmente deben terminar decenas de gradas y arados.
Es un pedido que satisfacen, declara, sin descuidar lo pactado con Azcuba en cuanto a la fabricación de piezas de repuesto, entre ellas saetas para cultivadores, ejes, bujes y chumaceras para implementos agrícolas.
Juan Carlos Parga, director de la fábrica, hace saber que durante el 2015 su colectivo sufrió la llegada tarde de materias primas por dificultades de las importadoras que los abastecen, situación que puso en aprietos el cumplimiento de los contratos. A pesar de los contratiempos pusieron rodilla en tierra y el plan de ventas representó cerca del 70 % de lo hecho en general por la empresa mecánica Héroes del 26 de Julio, integrada también por otras tres UEB.
El pasado año, según cuenta, hicieron para Azcuba más de 400 implementos agrícolas, igual que sucedió con el Programa de Cultivos Varios del Ministerio de la Agricultura. También les garantizaron a esos clientes miles de piezas de repuesto y discos para arados.
En la mira estuvo igualmente el Programa del Arroz, al que le cumplieron un pedido compuesto en lo esencial por cultivadores y gradas.
La calidad de las producciones los mantiene ocupados, de ahí que existe una retroalimentación constante con los destinatarios, plantea el directivo.
Los ingenieros de la fábrica, dice, trabajan seriamente tras esos objetivos a través del intercambio tecnológico con China, situación que ofrece muchas ventajas, entre las cuales se encuentra la posibilidad de crear para el próximo año un polígono industrial en el que empresas del territorio tendrían una vía para hacer más competitivas sus producciones.
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22 de febrero de 2016
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suarez dijo:
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23 de febrero de 2016
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23 de febrero de 2016
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