
PINAR DEL RÍO.—Aunque el periodo óptimo para la siembra ya pasó, cientos de productores de esta provincia continuarán aprovechando cada tregua del clima para plantar tabaco hasta el cierre del mes de marzo, como parte de una estrategia para tratar de reducir los estragos ocasionados por la lluvia sobre el cultivo.
De un plan de 17 000 hectáreas, que debía haberse cumplido a más tardar el 20 de enero, solo han logrado sobrevivir en el campo alrededor de 13 800, y entre ellas se reportan más de 2 000 hectáreas con afectaciones.
Virginio Morales, director en funciones del Grupo Provincial de Tabaco, explicó que desde el principio, altas temperaturas, combinadas con el exceso de precipitaciones asociadas al fenómeno El Niño, en lo que tradicionalmente se ha conocido como el periodo seco, han conspirado con el propósito de crecer en cerca de 1 000 hectáreas con respecto a la campaña anterior.
“En total se perdieron 83 500 canteros de semilleros y otros 27 000 han tenido afectaciones”, asegura.
Ante esa situación, afirma que de 319 600 canteros que se estimó serían suficientes para asegurar las posturas de la cosecha, ha sido preciso regar más de 464 000.Esto da una idea del gran esfuerzo que han tenido que hacer todas las estructuras productivas”, apuntó.
Pero no ha sido este el único contratiempo. Las lluvias registradas en todo Pinar del Río, han obligado a demoler las plantaciones en cientos de vegas.
“Tenemos campesinos que han sembrado dos veces su tierra y lo han perdido, y continúan intentando hacer una buena cosecha”, señaló Virginio.
Según el funcionario, el panorama más complejo se concentra en el sur del macizo tabacalero de Vueltabajo (municipios de Consolación del Sur, Pinar del Río, San Juan y Martínez y San Luis) y sobre todo en las áreas de tapado, encargadas de aportar las capas para el torcido de exportación.
El director en funciones del Grupo Provincial de Tabaco, lo resume en una línea. “El clima ha sido extremadamente adverso”.
Con el propósito de no renunciar a las 17 000 hectáreas previstas para la contienda, asegura que se han continuado regando semilleros, a fin de estirar el cronograma de siembras otros dos meses.
Aun cuando se sabe que no es lo idóneo para el cultivo, no es la primera vez que las inclemencias del tiempo obligan a adoptar este tipo de medidas.
“En varias oportunidades nos ha sucedido, y se ha llegado a recolectar tabaco en junio (normalmente no debe pasar de marzo o abril)”, recuerda Virginio.
No obstante, admite que a pesar de la voluntad de los productores por sacar adelante la cosecha, todo dependerá en gran medida de la naturaleza.



















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