
El proyecto del Gran Canal Interocéanico de Nicaragua y América Latina y el Caribe fue otro de los temas valorados durante la jornada.
Francisco Telémaco Talavera Siles, rector de la Universidad Nacional de Nicaragua y asesor del Presidente de esa nación centroamericana, Daniel Ortega, refirió que ahora más que nunca su país está preparado para asumir dicha inversión. En este sentido, argumentó que desde el punto de vista económico se percibe un crecimiento en los últimos nueve años en cuanto al incremento de exportaciones, déficit fiscal sostenible, reducción constante de la deuda nacional y de los índices de pobreza y desigualdad y la inflación. Además se aprecia un aumento del empleo, desarrollo infraestructural, energético, de las telecomunicaciones y avances en la salud, la educación, la vivienda y otros programas sociales.
Igualmente, Telémaco Talavera explicó que el objetivo de su país es seguir creciendo económicamente, erradicar la pobreza extrema y mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos, para lo cual se requiere aprovechar la posición geográfica y los recursos hídricos que figuran entre sus principales fuentes de riqueza.
“El Canal Interoceánico es un proyecto multidimensional y de desarrollo humano que comprende puertos marítimos, aeropuertos, autopistas, complejos turísticos de alojamiento y una zona de libre comercio en el Pacífico. La ruta de construcción seleccionada es la de mayor costo económico, pero de menor impacto social y ambiental, argumentó. Añadió que se espera que este proyecto genere gran cantidad de empleos y que con el trasiego comercial aumente la demanda de producciones nacionales y se transforme la economía agropecuaria. Es una gran oportunidad para mejorar las condiciones de vida de las comunidades rurales e indígenas de esta ruta: reparación y ampliación de vías, escuelas, extensión de los servicios de educación y salud”, subrayó.
Respecto a las preocupaciones de riesgos sociales y medioambientales, enfatizó que en el primer caso se analizará de manera individual con cada familia y se evaluará el costo de cada propiedad para garantizar, a través del pago o la reubicación productiva, el beneficio a los dueños.
“Ninguna comunidad indígena desaparecerá, como tampoco habrá un deterioro mayor del entorno natural —destacó además—. Sin construir el Canal ya la salud ambiental no es buena, pero para restaurarla requerimos dinero; el proyecto está pensado como inversión que genere ingresos en vez de deudas. Sin excavar aún, se han recuperado 18 000 piezas arqueológicas con gran valor histórico-cultural y se están completando estudios geológicos y de la salinización del agua para poder tomar medidas preventivas y evitar riesgos de contaminación.
La construcción del Canal toma en cuenta las necesidad de mitigar los efectos del cambio climático, y por tanto evalúa también planes de aumento de la resiliencia de los ecosistemas, la reforestación masiva, recuperación de fuentes de agua y suelos, de hábitats y biodiversidad”, comentó.
También se refirió a los beneficios y las oportunidades de integración que supone la obra para Centroamérica y el Caribe. Al respecto insistió en la pretensión de que aumente el flujo comercial en la región y a nivel mundial, a partir de buques de mayor porte que los que hoy circulan por el canal panameño, los cuales podrán trasladar las mercaderías pesadas y posteriormente realizar cargas y descargas. Con ello deberán disminuir los tiempos y costos de distribución, comparados con Miami y la Zona Libre de Colón. “No queremos competencia, lo que deseamos es un sistema complementario al de Panamá, al del puerto del Mariel y a los demás”, aclaró también.



















COMENTAR
Duque Blanco Senserey dijo:
1
28 de marzo de 2016
04:54:15
Damir dijo:
2
28 de mayo de 2016
19:08:06
Responder comentario