
LAS TUNAS.— Hace poco tiempo que Antonio Ávila González fue diagnosticado con diabetes mellitus y ya enfrenta una de sus complicaciones: la insuficiencia renal. Sin embargo, al momento de su conversación con esta reportera lucía muy animado y aseveró: “Me voy a esforzar y con la ayuda de los profesionales seré capaz de resolver mis problemas de salud, he aprendido muchísimo sobre esta enfermedad y estoy seguro de que los demás pacientes estarán de acuerdo conmigo”.
Ni la confianza ni la esperanza que demuestra este adulto mayor son fruto de la casualidad, sino del trabajo dedicado y sistemático del colectivo del Centro Provincial de Atención y Educación al Paciente Diabético (CAED), al que cada día acuden entre 15 y 20 pacientes que, como Antonio, persiguen un objetivo: prepararse para contrarrestar los efectos de la enfermedad.
Este centro, fundado el 5 de noviembre del 2005, que celebró recientemente su décimo aniversario, se ha convertido en un espacio esencial para desarrollar la prevención y promoción de salud, sobre todo en el caso de un padecimiento crónico no transmisible que tanto afecta a la población cubana. Sus 22 trabajadores han puesto en ese empeño al amor como ingrediente esencial, siendo la salud de los pacientes su mayor premio.
UNA LABOR INCESANTE
De acuerdo con la doctora Nersa Vega Rivas, máster en urgencias médicas, especialista en Medicina General Integral (MGI) y directora del centro, esta institución abrió sus puertas para permitir el ingreso diurno de pacientes y controlarlos de su patología fundamental, la diabetes mellitus y las complicaciones asociadas. Además, dijo, se trabaja la información general a los pacientes a través de conferencias impartidas por la diabetóloga, con temas como qué es la enfermedad, el tratamiento, la educación nutricional, diabetológica, y las complicaciones.
Aunque la mayoría de los pacientes deben llegar al CAED remitidos por su consultorio médico de la familia y previa evaluación del clínico de las áreas de salud, muchas veces lo hacen de forma irregular. No obstante, todos reciben una respuesta y una atención esmerada, ya sea en el departamento de asistencia médica, en el área de podología o por parte del personal de servicio.
Es importante destacar, que el centro cuenta hoy con gran confort, gracias a una reparación capital en la que colaboraron arduamente los miembros de la brigada de trabajo voluntario Geovanny Ardizone, perteneciente a la Asociación Nacional de Solidaridad Italia-Cuba. Este trabajo incluyó todas las áreas, desde techo, fachada, carpintería y la cocina comedor, lo que permite que quienes acuden hasta él puedan sentirse más a gusto.
Mariela Velázquez Pupo, especialista en MGI hace 24 años y diabetóloga desde el año 2000, es la persona encargada de impartir las conferencias y desarrollar las consultas. Desde su punto de vista, el diabético es un paciente que si no interioriza su problema y hace reajustes importantes en su estilo de vida, no logra un control metabólico óptimo.
Tengamos en cuenta, añade, que cuando la enfermedad se diagnostica ya lleva un largo camino de 14 años de evolución, por lo que la mayoría de los pacientes se descubren enfermos cuando las complicaciones están en desarrollo o cuando ya son palpables.
“Es un paciente que sufre, porque tiene una enfermedad invalidante, discapacitante, por tanto, me gusta mucho tratar con ellos, porque amo la promoción y prevención de salud. Todos necesitan amor, comprensión, pero más que nada, un personal calificado que pueda orientarlos y ayudarlos. Por eso trabajamos con ellos de una manera integrada y hemos tenido experiencias enriquecedoras, porque nadie evoluciona de la misma manera y nadie se diagnostica de la misma manera”.
Tales afirmaciones se hacen realidad cuando la vida del paciente cambia. Así le sucedió a Irma Rodríguez Vega, quien asegura que “la doctora y todo el personal son maravillosos y eso es estimulante para enfrentar la enfermedad. Las conferencias son excelentes, yo llegué descompensada y ya hoy he logrado mantener niveles normales de azúcar en sangre. Soy diabética hace más de 30 años, y nunca había aprendido tanto de la enfermedad como desde que estoy viniendo al centro”.
Aunque resulta innegable el papel de este centro y sus resultados en el tratamiento a más de 42 700 pacientes desde su fundación hasta la fecha, aún existen dificultades que limitan el cumplimiento de su objeto social y por lo tanto la atención a los enfermos.
No obstante, aseguró la doctora Nersa Vega, directora del CAED, “amamos tanto este programa y lo defendemos con tanta fuerza, que ninguna de esas problemáticas nos desmotiva, más bien nos impulsan a trabajar mejor”, concluyó.
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Miguel Angel dijo:
1
18 de enero de 2016
23:38:07
Fernando dijo:
2
20 de enero de 2016
13:55:59
Jose Cornelio Deras dijo:
3
24 de enero de 2016
12:00:39
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