ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Asbel Morales Lorenzo explica que en Cuba, siete personas ostentan la distinción de Maestros Roneros, quienes laboran en diferentes industrias pero entre ellos existe una comunicación permanente con el propósito de mantener la calidad de los rones producidos por la Isla. Foto: Jorge Luis González

En el aval de éxito de la Havana Club resalta la tradición de fabricar rones con la misma tecnología de añejamiento desde hace más de 150 años, más la combinación de la temperatura, la humedad y el ambiente natural, en manos de personas experimentadas y comprometidas con la calidad de un producto.

Para el maestro ronero Asbel Morales Lorenzo, en primera instancia debe lograrse un aguardiente de calidad respondiendo a un tipo específico de levaduras para la fermentación del alcohol y su posterior destilación, contenida en la melaza proveniente de la caña de azúcar.

El ingeniero químico de profesión se encarga de la obtención de líneas de rones auténticas en la empresa mixta Havana Club Internacional, fruto de la unión de la estatal cubana Cuba Ron S.A. y del grupo francés Pernod Ricard. La industria radica en el municipio San José de las Lajas de la provincia de Mayabeque, a unos 40 kilómetros al este de La Habana.

Línea de embotelladora con tecnología del primer mundo. Foto: Juvenal Balán

Define como el corazón y alma de la fabrica la planta de destilación, la cual cuenta con un diseño de columnas ideadas por los maestros cubanos, fundidas con tecnología francesa y construidas por operarios nacionales. “Esas torres metálicas guardan un gran secreto nuestro, bajo cláusulas confidenciales”, asegura el experimentado productor de ron.

La obtención del aguardiente base (alcohol incoloro a 74 y 76 grados) responde a parámetros de operación, que luego serán mezclados con otras bases añejadas para obtener bebidas espirituosas suaves al paladar e impactante en el color, el olor y el sabor.

Esa base se obtiene después de sucesivas mezclas con agua y alcoholes, en un proceso de añejamiento favorecido por el clima tropical, y más de dos años depositados en los toneles de roble blanco americano llegados de Escocia e Irlanda, que produjeron dos y tres veces, quizás más, exclusivos whiskies.

A criterio del experto, el ron trasciende las fronteras de la nación caribeña debido, fundamentalmente, al proceso natural de añejamiento en el tiempo, cumpliendo cada etapa dictada por la tradición productiva, agregando el conocimiento de los maestros, más la tecnología foránea.

“Hoy nosotros laboramos en las producciones del futuro para embotellarlos en cinco, siete, 15 años o más. Quizás serán rones que no veremos y lo obtendrá otra generación de maestros. Creamos las condiciones hoy para garantizar las producciones de mañana”, subraya Asbel Morales Lorenzo.

Inaugurada el 9 de enero de 2007, la industria en el 2014 contribuyó a que la empresa Mixta Havana Club Internacional haya vendido más de 4 millones de cajas de 9 litros fundamentalmente en Alemania, Francia, Gran Bretaña, Italia y Chile, aunque su principal mercado continúa estando dentro de las fronteras de la Mayor de las Antillas.

Ahí se añejan rones oscuros de la marca Havana Club, en los surtidos: Especial, Ritual, Reserva, Selección de Maestros, Unión y 7 Años. Se embotellan además: 15 años y Ron Máximo, que no han sido añejados dentro de la fábrica, porque esta sólo tiene 8 años de vida.

El Director Financiero Julián Machín León caracteriza la marca Havana Club como un producto de éxito. Foto: Juvenal Balán

El Director Financiero Julián Machín León destaca que para el 2015, las ventas deben cerrar en una cifra superior a los 112 millones de CUC (pesos convertibles) en exportaciones y 45 millones de CUC en el mercado en Cuba, y con un prestigio internacional ascendente, que le han merecido 55 medallas ganadas en los últimos cuatro años, de ellas 32 de oro.

“Estos resultados se deben –explica el directivo- a la altísima calidad y el reconocimiento del producto en el mercado interno y externo, una gestión de comunicación eficiente, una marca innovadora (cada año presentan un nuevo producto), una empresa socialmente responsable y un colectivo comprometido”.

La empresa también alerta sobre los daños causados por el consumo excesivo de alcohol, por lo cual se sumó a la campaña ¡Tú decides!, con el objetivo de reducir la ingestión en menores de edad y dirigida a estudiantes de secundaria y preuniversitario.

Además, el compromiso se extiende al cuidado del medio ambiente, ya que la fabrica cuenta con modernos sistemas de protección contra incendios y de evacuación de las aguas usadas en caso de un siniestro con el fin de pasarlos por un tratamiento especial y evitar que no se unan a los residuos industriales. “Esos sistemas son muy similares a los existentes en Francia”, asevera André Leymat, Director Industrial por la parte francesa.

El directivo significa el proceso inversionista a desarrollar en la industria en los próximos cuatro años para ampliar sus áreas, compuestas por una destilería, áreas de añejamiento y mezcla, y una embotelladora con moderna tecnología francesa, capaz de procesar cada día 30.000 litros de la bebida.

“Los planes de inversión contemplan la construcción de áreas de almacenamiento y fabricación, donde se conservará la tecnología de añejamiento que acompaña desde antaño al ron cubano”, -asegura- “Cada año recibimos visita de controladores internacionales, quienes evalúan nuestras condiciones productivas y el cumplimiento de las medidas de seguridad”.

André Leymat, director industrial por la parte francesa, reconoce el nivel cultural de los cubanos como la esencia para fomentar cambios e innovaciones. Foto: Juvenal Balán

Para Leymat laborar junto a los cubanos desde hace 20 años responde al sueño de continuar las ideas revolucionarias de Ernesto Che Guevara y Fidel Castro. Declara amar a este pueblo y reconoce el nivel educacional logrado en el país como la fortaleza mayor para invertir en áreas productivas. “La capacitación de la fuerza laboral nos permite introducir cambios y novedades de manera fantástica”, afirma.

Víctor Manuel More Enrique labora como operario empacador de la línea de embotellado y su máxima aspiración consiste en dominar todos los aspectos del proceso. “Esta embotelladora posee una tecnología del primer mundo, todos los días aprendemos cómo operarla y hacerla más eficiente”.

De acuerdo con sus funciones, él vela por la continuidad del llenado de los envases, abastece el material, revisa la calidad de cada botella, clasifica y pesa las cajas. Además deja limpio el puesto de trabajo y contribuye con el mantenimiento de cada equipo.

Los operarios de las máquinas laboran con vestuario sanitario apropiado y medios de protección. Se les inculca aplicar las medidas de salud para el trabajo para evitar accidentes.

“Hemos aprendido a no consumir alcohol en el horario de trabajo. Nuestra cultura profesional nos enseña el momento adecuado para ingerir bebidas. Yo pertenezco a un grupo catador. Evaluamos sensorialmente la producción, pero sólo bebemos pequeños sorbos”.

La cubanísima Havana Club, meca de añejamientos y mezclas de rones, constituye hoy una de las marcas de más alto crecimiento económico y su magia la avala el personal que la produce.

Toneles de añejamiento de rones comprados en Escocia e Irlanda, que con anterioridad envasaron whiskies. Foto: Juvenal Balán
Foto: Juvenal Balán y Jorge Luis González
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