
Acerca de la visión de Cuba como fuerza para engendrar iniciativas hacia un cambio a favor de la justicia y la verdad centró las palabras de la jamaicana Jasmine Girvan, viuda de Norman Paul Givan, quien recibiera la Medalla de la Amistad en condición póstuma.
En entrevista a Granma Internacional, la destacada activista política significó el papel de la cultura cubana en la dignidad mantenida durante más de 50 años al no abandonar los principios y mantenerse firme en alcanzar el bienestar del pueblo.
“Pensamos en la hermosura de Cuba en abrazar un proyecto social inclusivo, que engloba a los demás países, por su ayuda solidaria hacia los pueblos despojados de sus riquezas. – y acotó- me refiero al sacrificio de los cubanos para dar a todo el mundo su internacionalismo”.
Para ella esa voluntad solidaria mundial se traduce en la ayuda cubana para erradicar el analfabetismo, la labor del Ejército de Batas Blancas en lugares apartados y de difícil acceso; la presencia de la brigada médica en Haití (antes y después del terremoto en 2010 y para enfrentar la epidemia del cólera). Además a la eliminación de la ceguera con cirugía oculares, como parte de la Operación Milagro y muy puntualmente el enfrentamiento al ébola en África occidental, sin dejar de mencionar el rol esencial de la Isla caribeña en la victoria contra el Apartheid en Sudáfrica y en la independencia de Angola y Namibia.
Su esposo, Norman P. Girvan, nació en Jamaica el 28 de junio de 1941 y murió a los 72 años de edad en abril de 2014. Se dedicó a divulgar la verdad de la Revolución cubana en innumerables artículos e incidir en la inserción de Cuba en la integración caribeña, facilitando y promoviendo los vínculos entre las naciones y pueblos de la región, en particular con su país de origen.
Como prominente académico, economista y politólogo, resultó elegido Secretario General de la Asociación de Estados del Caribe del 2000 al 2004, Director del Instituto de Relaciones Internacionales en el campus de San Agustín de la Universidad de las Indias Occidentales y profesor emérito de dicha institución.
A partir del 2010 representó al secretario general de las Naciones Unidas sobre la disputa fronteriza entre Guyana y Venezuela, con anterioridad fungió como miembro del consejo del Centro del Sur y desde 2009 integró el Comité de las Naciones Unidas sobre la política de desarrollo.
Al recibir la condecoración otorgada por el Consejo de Estado de la República de Cuba, Jasmine resaltó que el ejemplo de Cuba a la humanidad constituyó una tremenda fuente de inspiración para Norman: “La Mayor de las Antillas probó al mundo que la autodeterminación y la soberanía deben conjugarse fuertemente, sólo puede ser alcanzada por la acción colectiva y el sacrificio. Algunos han hecho el sacrificio mayor dedicando su vida a esta causa”, sentenció.
Agregó: “Conocemos que las batallas no han sido fáciles para este pueblo. Su dedicación para hacer del mundo un mejor lugar, los pone en una categoría especial de la humanidad. Un lugar donde la dignidad, el coraje y el deber no son simples palabras, sino hechos vibrantes en sus seres”.



















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