ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
El proyecto de confecciones de Los Palacios fue equipado con máquinas nuevas, que en los dos últimos años apenas se han usado. Fotos del autor

PINAR DEL RÍO.—Midiala Miranda, una de las pocas trabajadoras que quedan, lo dice con pesar: “aquí hubo una mala planificación y nosotros pagamos las culpas”.

Mientras caminamos por el salón vacío, entre máquinas prácticamente nuevas que en los dos últimos años apenas se han usa­do, Midiala asegura que desde el 2013 la situación es muy tensa para su unidad. “En todo ese tiempo, casi no hemos podido trabajar”.

Los días en que el colectivo de este taller de confecciones del poblado pinareño de Los Pa­lacios asumía grandes encargos, como aquel de 14 000 prendas de uniformes para los obreros del puerto de Mariel, han quedado en el pasado.

La falta de materias primas ha impuesto largos periodos de interrupción, y motivado el éxodo de una buena parte del personal.
“Desde que se terminó el pedido de Ma­riel, nunca más hemos logrado trabajar el mes completo”, coincide María Elena Alon­so, la técnico de calidad.

Para las costureras de la antigua Fábrica de Guayaberas de Los Palacios, perteneciente a la Empresa de Industrias Locales Varias de Pinar del Río, el problema no es nuevo. La escasez de tejidos se hizo sentir con fuerza aquí durante años.

Sin embargo, la decisión en el 2011 de convertir la instalación en un proyecto de iniciativa municipal de desarrollo local (IMDL), a partir del financiamiento otorgado por el país a los Consejos de Administración Provincial (CAP), creó la expectativa de que las cosas podrían cambiar.

En ese contexto, María Elena recuerda que se remozó la instalación, se colocó un falso techo y se adquirió tecnología nueva.

Los primeros encargos consistieron en hacer uniformes sanitarios para distintas entidades de la provincia, como el combinado lácteo y la empresa de bebidas y re­frescos, y luego se incorporaron otros surtidos como pijamas, batas de casa, juegos de sábana, manteles, mosquiteros, shorts, bolsos, jabas…

“El salario, que siempre fue muy bajo, llegó a sobrepasar (entre el 2011 y el 2013) los 1 000 pesos mensuales, y las costureras ‘más largas’, cobraron hasta 2 000”, rememora María Elena, aunque admite que la felicidad no duró mucho.

Iris Dany asegura que los equipos de su taller están subutilizados.

Tal como había sucedido en el pasado, la falta de materia prima ha vuelto a incidir en el taller, incluso, con más fuerza. “Antes habíamos tenido interrupciones de dos o tres meses, en cambio ahora los intervalos son más prolongados”, confirma Midiala.

Ángel Didiet Borges, subdirector de la Em­presa de Industrias Locales Varias (a la que se subordina el centro), argumenta que la ma­yor parte de la materia prima necesaria para asumir las confecciones, se adquiere a través de empresas importadoras, y que durante los dos últimos años su entidad no recibió capacidad líquida (CL) para hacerlo.

“Hoy las empresas estatales cubanas operan con el CUC y la MN, pero con ninguna de ellas se puede hacer compras en consignación a las entidades de comercio exterior radicadas en el país, para lo cual se precisa de CL, o sea, que nuestra moneda tenga respaldo en USD”. Aña­dió que aunque hicieron gestiones con otras entidades nacionales, no encontraron proveedor.

“Pero si no había garantía de insumos, ¿entonces por qué se hizo la inversión?” se pregunta Midiala, y como ella muchas otras trabajadoras del taller.

CON EL PIE IZQUIERDO

Lamentablemente, no se trata de un ejemplo aislado. Otros proyectos de IMDL impulsados en la provincia en los últimos seis años, han corrido igual o peor suerte.

Es el caso de una fábrica de pinturas, subordinada a la Empresa de Industrias Locales, que ya cerró definitivamente, también por falta de materias primas, o de una tinajera destinada a realizar producciones de barro.

Carlos César Torres, director del Centro de Estudios de Gerencia, Desarrollo Local y Tu­ris­mo, perteneciente a la Universidad de Pi­nar del Río, reconoce que el “índice de mortalidad” de las primeras experiencias promovidas en Vueltabajo, no fue bueno.

Según el especialista, las IMDL surgieron en nuestro país en el 2009, bajo la premisa de que estuvieran avaladas por estudios de factibilidad económica y financiera, y con el incentivo de que una parte de las utilidades serían aportadas a los gobiernos municipales, para la creación de otros proyectos.

Sin dudas una idea novedosa, que le daba a los consejos de administración provinciales (CAP) la posibilidad de gestionar el desarrollo de sus territorios, a partir de las potencialidades existentes en ellos.

A pesar de tales virtudes, son varias las iniciativas que no han conseguido sobrevivir, o que lo han hecho a duras penas. “No todos los actores de gobierno y empresariales, te­nían la capacidad y la competencia para diseñar y concebir proyectos con esa nueva filosofía, y esto hizo que algunos no hayan alcanzados los resultados previstos inicialmente”, con­sidera Carlos César.

Así ha pasado, por ejemplo, con el taller de bisutería del municipio de Consolación del Sur, un centro en el que se obtuvieron billeteras, cintos, bolsos y muchos otros artículos de piel con una alta calidad, cuyas máquinas han estado paradas durante casi todo el 2015 por falta de insumos.

“Este año, lo único que hemos podido ha­cer son guantes de trabajo para Comu­nales, y eso fue en el mes de agosto”, asegura Iris Dany Gato, la administradora.

Ante esa realidad, el director del Centro de Estudios de Gerencia, Desarrollo Local y Turismo de la universidad pinareña, comenta que ha habido un esfuerzo del sector académico de la provincia, en función de capacitar a aquellas entidades con potencialidades para emprender proyectos, a fin de no repetir errores a la hora de concebir IMDL que de­pendan de recursos que no existen en el territorio y que muchas veces demandan importaciones.
“Como resultado de ello, desde el 2014 se viene logrando un trabajo con experiencias más positivas”, dice. Entre ellas, resalta el rescate de La Güira, un complejo recreativo que estaba totalmente abandonado, y de otras instalaciones de la gastronomía y los ser­vicios.
“Incluso hay territorios que con el financiamiento captado, están promoviendo nuevos proyectos”, añade Carlos César.

LA CARRETA DETRÁS DE LOS BUEYES

Solo en el municipio de Pinar del Río, en  lo que va del 2015, el aporte de las IMDL al consejo de la administración sobrepasa los 149 000 CUC.
Osniel Benítez, director de Economía y Planificación del territorio, apunta que en ese sentido, hay un impacto favorable.

No obstante, señala que en lugar de estar dirigidas a la producción, hasta ahora todas las iniciativas presentadas al CAP por el sector empresarial, han sido enfocadas en los servicios.

De ahí que hoy se insista en la necesidad de priorizar los proyectos que estén dedicados a actividades productivas, por encima de la remodelación de unidades gastronómicas y centros nocturnos, que estarán sujetos a la disponibilidad de abastecimientos, en ocasiones escasos.

De manera general, el funcionario asegura que todavía quedan grandes potencialidades por explotar. “En el tema de la producción de alimentos, por ejemplo, a pesar de la importancia que posee para el país, las entidades de la agricultura no han presentado proyectos”, dice.

Con el propósito de revertir esta tendencia, Carlos César afirma que para el 2016 la provincia tiene identificadas un grupo de prioridades en sectores como la pesca, el ganado menor, el cultivo de frutales y las mini-industrias de conservas, entre otros.

Paralelamente, explica que en los 11 municipios pinareños se trabaja en la preparación de estrategias de desarrollo local, con un enfoque integral, un proceso que deberá concluir a mediados del próximo año.

“Este es un elemento básico que al principio, en el 2009, no teníamos muy claro. Cuan­do surgió esta posibilidad de financiamiento, se comenzaron a lanzar propuestas. Pero la lógica no puede ser esa.

“No se trata de tener proyectos por tenerlos, sino de que estén en función de las necesidades básicas, de las prioridades y de las principales potencialidades de recursos endógenos de cada lugar”.

Hablando en buen cubano, sería algo así como poner por fin la carreta detrás de los bueyes. Una medida que a seis años del comienzo de esta experiencia, pudiera parecer tardía, pero que ayudará en lo sucesivo a evitar situaciones como la que atraviesan actualmente el taller de confecciones de Los Palacios, y los demás proyectos que hoy sufren las consecuencias de la improvisación.

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Lourdes Camacho PORTA dijo:

1

25 de diciembre de 2015

12:22:54


HASTA CUANDO PINAR DEL RIO VA A SEGUIR SIENDO LA CENICIENTA DE CUBA. POR FIN QUE VAN A HACER CON EL PANORAMA DESASTROSO DEL HOTEL COMERCIO QUE RADICA EN EL CENTRO DE LA CIUDAD. AHORA PARA COMPLETAR, DOS UNIDADES EQUIPADAS SIN MATERIAS PRIMAS SIN FUNCIONAR EN LOS PALACIOS Y EN CONSOLACION DEL SUR, SEGUN ESTE ARTICULO. FAVOR NO MAS FALLOS INNECESARIOS QUE DEJAR A TRABAJADORES SIN INGRESOS PARA SU SUBSISTENCIA, EN TODO ESO, SOLO HAY FALTA DE GESTION AL MAS ALTO NIVEL PROVINCIAL, QUE NO SE DIGA POR FAVOR.....YA NO ESTAMOS EN ESOS TIEMPOS DE DESATENCION , QUE PAGUEN LOS CULPABLES DE ESTAS FATALES DEFICIENCIAS.

ricardo dijo:

2

25 de diciembre de 2015

14:12:36


Pienso que el título es desafortunado no se está rectificando nada y es desastroso el panorama de esas entidades, en todo caso se tienen ideas pero ni se han llevado a cabo ni han mejorado nada con relacion a la producion gracias

Tamara dijo:

3

27 de diciembre de 2015

03:48:32


Es cierto que el nombre del artículo nada tiene que ver con su contenido porque sólo plantea el problema, que es bien grave, pero sin que por el momento se estén dando soluciones. Y como ese descuido en el taller de confecciones que otra vez recuerda la falta de responsabilidad de muchos de los directivos económicos, así como el desaprovechamiento de esas maquinarias que tarde o temprano perderán su vida útil por desuso. Es lamentable y vergonzoso que se tenga que sufrir esto. Además sus trabajadores perdidos de la mano de dios sin un trabajo ni salario. Soluciones ya.