ARTEMISA.—Disímiles hechos han marcado las historias de los pueblos desde diferentes puntos de vista; algunos dejan huellas de dolor para siempre. Muchos de los hijos de Cabañas aún recuerdan aquellos días de 1958, cuando la tiranía se ensañó con los pobladores de la zona, y tuvo lugar uno de los crímenes más horrendos del régimen batistiano en el occidente del país.
A 22 jóvenes de esta localidad les arrebataron la vida, en este penoso suceso que fue conocido más tarde como la Masacre de Cabañas.
El sabotaje a los carros patrulleros del Servicio de Inteligencia Militar que custodiaban la ruta de guagua Guanajay – Bahía Honda, había sido el incentivo para desatar la ira de los principales jefes de la guardia rural en la entonces provincia de Pinar del Río.
Las medidas represivas no se hicieron esperar, y dos días después (el 18 de noviembre del referido año) llegaron varios batallones de soldados a este humilde pueblo de pescadores. En lo adelante, irrumpieron en hogares y otros espacios, llevándose consigo a miembros o no, de la célula del movimiento 26 de Julio en Cabañas.
UN CUARTEL, UNA ESCUELA
Sitio sagrado para el pueblo constituye el Mausoleo en memoria de los mártires, erigido hace alrededor de cuatro décadas. En este lugar se dan cita cada 20 de noviembre los habitantes del terruño, día en el que tradicionalmente toman como punto de partida el parque del poblado y se dirigen hasta el monumento.
A uno de sus lados se alza la Secundaria Básica de Cabañas —otrora cuartel donde fueron torturados vilmente los jóvenes— la cual lleva el nombre de una de las víctimas: MarcosAntonioLafá.
En este centro, donde cursan estudios más de 300 estudiantes, renace la historia. De la formación de los pupilos se encargan 32 docentes; no obstante, si de aprender hasta el más mínimo detalle de los hechos se trata, también cuentan con el apoyo de miembros de la Asociación de Combatientes de la Revolución Cubana (ACRC).
José Antonio Pozo pertenece a la asociación y además es trabajador de la escuela; de su colaboración para aproximar a los estudiantes a hechos que tuvieron lugar en la localidad y otros de interés nacional, disponen hace alrededor de tres años. Por estos días, compartió conocimientos sobre diferentes temáticas con los alumnos, como parte de un conversatorio.
Noviembre esta cargado de significaciones para el colectivo, el pasado día 9, la escuela cumplió 55 años de fundada, y tuvo lugar un matutino especial para celebrar la ocasión.
“En este mes siempre realizamos varias actividades, ya sean conversatorios, intercambios, montamos una exposición... La biblioteca acogió la muestra en esta oportunidad, y convocó al concurso Cabañas, un pueblo, una historia, una masacre; los estudiantes participaron en diferentes categorías”, afirma María Estela Hernández, guía base de la escuela.
“Este 20 de noviembre celebraremos un matutino especial. Los estudiantes que van a intervenir se vestirán de verde olivo, y portarán brazaletes del Movimiento 26 de Julio. En ese espacio, daremos a conocer los resultados del concurso.
“Se ha tomado como iniciativa que cada aula lleve el nombre de uno de los mártires. Al terminar el proceso de rehabilitación en el que estamos inmersos, los volveremos a colocar”, afirma la guía base.
En el Mausoleo, también se encuentran plasmados en el mármol los nombres de los valerosos jóvenes. La escuela atiende este sitio, es un trabajo emprendido de conjunto con otros organismos e instituciones. “En la parte de atrás se sembraron hace algún tiempo 22 palmas, y somos los responsables de cuidarlas”, agrega María Estela. Por estos días trabajaban en el embellecimiento de los alrededores.
La profesora de Historia y subdirectora docente del plantel, Rosa María Martínez, señala que tanto las clases de la referida asignatura, como las de Educación Cívica y los turnos de Debate y Reflexión, son espacios idóneos para que los adolescentes se acerquen a los hechos; mediante estos, se contribuye a la formación política de los estudiantes, y también es una forma de inculcarles valores.
DESDE LAS NUEVAS GENERACIONES
Jesús David Piñero, cursa el noveno grado y se desempeña como jefe de Estudio del Colectivo de Pioneros de la institución educativa, ha participado en los años anteriores en intercambios que han tenido lugar, reconoce la importancia de conocer nuestras raíces y estar mucho más preparados.
En tanto, FéLix Daniel Echazábal también ratifica el valor que tiene el conocimiento. Parte de lo que sabe se lo debe a su abuelo, Alberto Echazábal, quien fue un apasionado de la historia de esta localidad y que a pesar de ya no estar físicamente, aún sigue brindando su aporte a este pueblo.
Andy Miguel Mezquías, estudiante de séptimo grado, es bisnieto de Isidoro Roque, uno de los mártires, y su bisabuela (ya fallecida), era hermana de otros dos, Vicente y Domingo Álvarez.
“Fueron asesinados injustamente. Desde pequeño vengo al homenaje con mi familia, cada 20 de noviembre. Mi deber es estudiar y respetar siempre la memoria de quienes cayeron para que nosotros pudiéramos disfrutar de las conquistas de la Revolución”, asegura.
Romelia Roque, su abuela, todavía recuerda aquellos días que estremecieron a Cabañas; tenía 11 años, pero cada momento pasado por su familia sigue latente en la memoria. “Mi papá estaba en la piquera, manejaba una máquina de alquiler, y de ahí se lo llevaron para el cuartel”, rememora la administradora del Taller de Confecciones Mártires del 20 de Noviembre.
“Y el cadáver de uno de mis tíos, Vicente Álvarez, nunca apareció”, comenta. María Magdalena Gregore, quien fuera su esposa, cuenta los hechos, y dice que “no quisiera volver a pasar nunca por un momento así. Me quedé sola con cinco muchachos pequeños…Fueron días sanguinarios, que nunca deben volver”.
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peter san pedro dijo:
1
21 de noviembre de 2015
12:23:29
alberto jaime de la garza dijo:
2
21 de noviembre de 2015
21:21:38
Anar dijo:
3
23 de noviembre de 2015
08:41:38
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