Acercarle al central lo más posible sus plantaciones abastecedoras de caña, es elemento indispensable para el normal desarrollo de la zafra azucarera y el engranaje de su sistema.
Matanzas y Mayabeque son dos provincias que muestran avances sustantivos en este sentido, al evaluarse el área ya cubierta y aproximar la materia prima traída a veces de muy lejanos cañaverales.
Otros territorios ponen en práctica las orientaciones que existen y aplican mecanismos y eficiencia propios, para salir adelante con este programa.
Por eso el país decidió que Azcuba incluyera en sus unidades de base un programa sobre el futuro cañero, mediante la renovación de los campos destinados en lo fundamental a nuevas siembras. No se descarta la posibilidad de establecer “permutas” entre las dedicadas hoy al cultivo de otros plantíos.
En estos cañaverales se trabaja, en mayor o menor escala, por acortar cada vez más la distancia entre las zonas sumistradoras y el batey.
El aumento en los últimos años de los rendimientos cañeros no es un hecho aislado, pues se ha puesto en práctica un paquete tecnológico que poco a poco introduce y moderniza sus recursos, en especial los técnicos.
La estimulación que, a tenor de los resultados, reciben en la actualidad los trabajadores del sector, crea un positivo estado de ánimo.
Llama la atención que en el avance de los rendimientos de los últimos años, las unidades más productivas sean, precisamente, las que tienen las fuentes de suministros más próximas al central.
Pero no es el único beneficio que se recibe por ese concepto, hay otros extraídos de la industria como los residuales que facilitan el uso del fertirriego en la agricultura. También hay que mencionar el cumplimento de la norma potencial y lo que significa tal indicador.
Esto contribuye, además, a mejorar las cepas, la estructura del área y a organizarlas según las condiciones y exigencias de los suelos y sus facilidades y antecedentes.
No pueden faltar el estudio de la lluvia y su promedio histórico y las características de ubicar la siembra en áreas de secano o con sistemas de riego y donde el drenaje sea punto cardinal.
El grupo azucarero Azcuba labora de forma gradual para hacer realidad, en cada central, un programa que exige organización, disciplina y sistematicidad.
En los resultados alcanzados hasta la fecha, si bien todavía no cubren todas las aspiraciones, se aprecia el esfuerzo y el interés por llevar adelante el intercambio entre zonas de abasto. Esto posibilita la demolición de cañas que, atendiendo al rendimiento obtenido por hectárea, llegan al final de su ciclo productivo.
Tal realidad obedece a un estudio de los especialistas de Azcuba, sabedores de la importancia económica que ese programa tiene en el costo de la cosecha.
Este plan se desarrolla, casi en silencio, sin mucho ruido, porque lo principal es aprovechar la ocasión en favor de la calidad y que ningún ingenio omita la parte que le corresponde.
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