Detectives con patas: muy efectivos

Aunque no se trata de una fábula, esta historia habla de animales. Casi igual de antigua que el hombre es la domesticación de los perros. Introducidos a la ciencia criminalística en tiempos recientes, los canes se encuentran entre los mejores agentes contra el crimen. A diario puestas a prueba en variados entornos, las archiconocidas mascotas parecen dotadas con la tenacidad de Auguste Dupin, el excentricismo de Holmes o la precisión de Poirot.

Hasta septiembre de 2015 se frustró más del 80 % de los delitos intentados en frontera, con la ayuda de unidades cinófilas (compuestas por una persona y un can) que, especializadas en la búsqueda de drogas o explosivos, integran el Departamento de Técnica Canina de la Aduana del Aeropuerto Internacional José Martí de la capital cubana.

El líder de esa instancia creada en 1982, Renier Iglesias Camejo, afirma que este año el enfrentamiento al narcotráfico se ha enfocado en los casos de detección de cannabinoides sintéticos, que constituye una nueva modalidad de entrar droga fabricada en laboratorios.

Iglesias Camejo explica a Granma Internacional que esa droga sintética cambia su forma constantemente. “Consiste en la deshidratación de una hierba seca, que lleva unos químicos en gotas y al inhalarse, provoca alucinaciones. Es muy variable. Hoy se llama gato blanco, mañana le dicen Ambrosía y pasado, Diablo Rojo”.

El también técnico canino asegura que ha habido casos de cocaína, marihuana y heroína, pero el fuerte es ese tipo de drogas. “Viene en paquetes de confituras, por lo que se hace poco visible a las imágenes de rayos X. Han intentado entrarla, además, ligada con sazones en polvo. Buscan que el perro no pueda identificarla, por eso la mezclan con olores fuertes, como comino o perejil”, acota.

Por otra parte, agrega que entre febrero y marzo se hizo un reciclaje para incorporar las formas de los cannabinoides en la memoria olfativa de los canes en las unidades de drogas de la Aduana General de la República de Cuba.

Tras alrededor de tres años de recopilación de información sobre esa nueva droga, todos los canes de la Aduana tienen identificada esa sustancia y el personal ha sido capacitado, aunque sigue siendo difícil detectarla, según afirma Iglesias Camejo.

—¿Cómo inicia un can lo que ustedes llaman “vida operativa”?

—Durante más o menos tres meses se les entrena en la Academia del Ministerio del Interior para identificar las sustancias de explosivos que en total puede detectar: exógenos, pentritas y octógenos. A partir de ahí, el can tiene la posibilidad de reconocer hasta 300 explosivos diferentes porque hay un principio activo que se repite en cada uno de ellos. En el Centro Nacional de Preparación y Adiestramiento Canino se forman, igualmente, los técnicos caninos: conductores o instructores, y se dan cursos diferenciados para las especialidades de drogas y explosivos.

—Eres uno de los pocos técnicos con doble especialidad, ¿en qué se diferencian un conductor y un instructor canino?

—El primero guía al can en la detección de narcóticos y terrorismo en la frontera. El instructor es quien prepara las unidades cinófilas para mantenerlas aptas y operativas en el servicio. Contamos con 40 de esos binomios: 20 para explosivos y 20 para drogas. Brindan servicio al Aeropuerto Internacional José Martí de La Habana y al de Cayo Largo del Sur. Cada persona se ocupa, de forma exclusiva, de un can. Si el conductor no está, el perro no trabaja, solo recibe alimentación y atención higiénico- sanitaria.

—Siendo uno de los pocos técnicos con doble especialidad, ¿crees que hay razas más idóneas que otras para evitar cualquier peligro de droga o explosivo?

—No determina la raza para ser utilizada en una u otra especialidad. Ninguna tiene prioridad por encima de la otra. Trabajamos con tres razas: Cocker Spaniel, Labrador Golden Retriever y Cocker Springer. Buscamos la motivación del can. De las tres, el Springer es el más motivado porque es, a la vez, el más sanguíneo. Posee mucha resistencia y se agota menos que el Labrador. Mientras, la motivación del Spaniel es de media para baja. Son perros flemáticos. Igualmente, se tiene en cuenta el carácter y la actitud del conductor.

—Pero, ¿son esas las mejores razas que podrían usarse?

—Eso depende del área con que trabajemos. No puedo decir tampoco que dentro del reino de los canes esas sean las especies de mejores resultados. El pastor alemán es el de mayor historia en estos asuntos de rastro, sustancias, defensa, etc.

—¿Y por qué no lo usan ustedes?

—La Aduana no utiliza ese tipo de perros por su tamaño. Además, transmiten agresividad, impresionan y nosotros nos desempeñamos en salones cerrados con viajeros de todas las edades, desde niños hasta ancianos. Los perros con los que laboramos son más dóciles, más afectivos, más propensos al intercambio con las personas y, por tanto, nos facilitan a nosotros el detectar algún indicio, creando las menores molestias posibles. Necesitamos la confianza del pasajero y la del can.

—¿Qué cualidades no pueden faltarle a un técnico canino?

—Tanto el conductor como el can tienen dotes caracteriales. Entre las del primero, se encuentran la paciencia, la perseverancia, la confianza motivadora, la fantasía, la recompensa. Al mismo tiempo, esas características son usadas por el instructor. Los canes obedecen a la mímesis (hacen lo que ven que otro hace). El instructor transmite al conductor todas las herramientas que conoce para adiestrar al can. Lo esencial es sembrar habilidades y estrategias, a partir de la motivación y la capacidad de búsqueda con que cuentan los perros. Por lo general, nuestros canes están acostumbrados a jugar. Nuestra especialidad es como un hobby, pues el trabajo que hacemos depende de un juego y de saber recompensar al can. Hay que premiar lo que el perro hace bien en el instante en que lo hace. Asimismo, hay que corregirlo si se comporta incorrectamente.

—Pero, hay otras exigencias…

—Tenemos como límite los 35 años de edad para los técnicos, porque es el tiempo en que hombres y mujeres tienen preocupaciones más ligeras. Yo tengo hoy seis féminas en el equipo, con posibilidades de que sean más porque hay nuevas captaciones. Nuestros métodos de ingreso son muy fáciles. Pedimos que el aspirante establezca un juego con un can, partiendo de las herramientas que tiene sin previo entrenamiento de trabajo. De esa manera, observamos la consanguinidad entre ellos. Lo hacemos en condiciones similares a las reales, en lugares públicos, con mucho ruido. Sobre la multitud y sin perder la visibilidad, el perro debe enfocarse y seguir la voz de mando de su dueño. Nuestro personal aprende incluso a dominar las voces agudas y bajas. Conjuntamente, hay que hacer que el perro no perciba situaciones de estrés, porque adquieren el carácter de los seres humanos y reconocen cuando estamos alegres, molestos o tristes.

—¿Cómo se alimentan los canes que sirven al cuidado de frontera?

—La base de su alimentación es la comida seca (cereales). Las normas establecen 500 gramos de comida para el Spaniel y el Springer, y 600 para el Labrador. Comen 100 de ellos en el desayuno, a las 6 de la mañana, y el resto a las 14 horas. Los que están operativos, comen solo a las 20 horas, al regresar de su jornada de trabajo. La digestión de los perros es muy lenta y tienen un período de vida útil, entre tres meses y ocho años. Se les hacen pruebas para saber si han perdido sus capacidades olfativas.

—¿Qué métodos utilizan para trabajar con este tipo de canes?

—Pocas veces usamos el método mecánico, que puede ser muy efectivo, pero con razas que sean verdaderamente resistentes al trabajo, como es el caso del Pastor Alemán. A veces ese tipo de método termina transmitiendo una experiencia negativa, ya que usa la fuerza del conductor sobre el can. Es rápido y efectivo, mas no con las razas que usamos. Usamos mejor formas asociativas.

—Y ¿cómo funciona eso en el trabajo con el público?

—Empleamos un seguimiento lógico en las voces de mando. Conectamos con ellos, para motivarlo o calmarlo, y le damos la voz de búsqueda. Otra forma de hacerlo es cuando el perro busca y el conductor lo guía, a través de los movimientos del cuerpo. Por último, existe una exploración dirigida hacia un solo objetivo. La recompensa que se da es verbal, porque hay que comprobar si realmente encontró algo.

—¿Dirías que la técnica canina cubana tiene nivel mundial?

—Sí. Los canes y el personal que cuida nuestras fronteras son respetados en muchos lugares del mundo. Tenemos resultados históricos. Países como Rusia, Vietnam, Argentina y Francia intercambian experiencias con Cuba.•