HOLGUÍN.—“Los niños nos identifican como bomberos. Y es porque nos ven de casa en casa transmitiendo consejos para evitar que un descuido o la falta de conocimientos desemboque en un fuego que dañe a las personas o consuma los bienes materiales”, explica Julio Cordovés Medina, pensionado de las FAR con una llamativa hoja de servicios como piloto de aviones de combate, hoy presidente del órgano de base de la Asociación de Bomberos Voluntarios de Cuba (ABVC) en el reparto Villa Nueva de la capital provincial.
Reyna Isabel Sánchez Helena sobresale por su dinamismo entre los 91 integrantes del colectivo. Narra que aprendió a aquilatar la importancia de evitar desgracias provocadas por llamas cuando laboraba en una dependencia del Divep y apadrinaba una brigada contra incendios.
“¿Qué hago ahora? No pasa un mes sin visitar un grupo de casas donde me reciben sin reparos porque ayudo a las familias a encontrar causas de posibles accidentes. A veces las personas no se percatan que un incendio puede ser provocado por un simple desperfecto en las instalaciones eléctricas o por quedarse dormido en la cama mientras fuma. También puede ser por no tomar precauciones al quemar basura cerca de una casa o crear las condiciones para que un menor juegue con una cajita de fósforos”.
Acentúa que hay que estar “sobre la bola”. Cuando comenzó la venta liberada de gas licuado y aumentó el número de personas que emplean ese combustible en las cocinas, empezaron a divulgar el modo de proceder ante salideros u otros percances.
La preparación de Reyna Isabel y sus compañeros no es fortuita. Antonio Verdecia Arjona, responsable técnico de la filial de la ABVC en el municipio de Holguín y reservista del Cuerpo de Bomberos en el que sirvió durante varios años, afirma que es uno de los profesores invitados a impartir clases durante los encuentros trimestrales que el órgano de base realiza.
“En la última reunión tratamos la prevención de incendios en la comunidad y el proceso de evacuación de personas y bienes. El tema es de mucha importancia porque en caso de una situación real facilita el trabajo de los bomberos profesionales”.
En su opinión, un elemento que también mide el alcance de estas personas es haber sumado a la labor preventiva a los administradores y trabajadores de la cafetería, la bodega y la placita del reparto, con lo que ayudan a preservar instalaciones de uso común.
Apenas hace unos días que crearon un círculo de interés en la escuela primaria Hilda María Torres Bacallao, refiere Julio Cordovés Medina. Transmitirán a las niñas y niños conocimientos sobre el surgimiento de los fuegos y los elementos que los propician, las acciones preventivas en hogares, escuelas y bosques, la clasificación de sustancias extintoras y su uso, así como elementos de planes de emergencia para casos de extinción.
A la interrogante sobre la posible presión que experimentan cuando los identifican como bomberos, responde que en realidad es un hecho agradable. “Buscamos acercarnos cada vez al barrio. Prestamos nuestra sede para realizar las reuniones del CDR y del Grupo de Trabajo Comunitario. También lo hemos puesto en interés de las actividades de fines de cursos y de la educación de las niñas y niños pequeños a través de las vías no formales, así como de familias que han celebrado fiestas a las hijas que arriban a sus 15 años”.
Seguro, como en los tiempos en que pilotaba veloces aviones MIG, dice que es la mejor manera de abrir paso a la unidad y cerrar las vías a los dañinos incendios.
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El Bombe dijo:
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28 de octubre de 2015
09:38:25
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