Reeditan jornada junto a Fidel y Camilo

CAMAGÜEY. —Los jóvenes agramontinos asumieron una vez más el protagonismo du­rante la jornada patriótica que reeditó la marcha del pueblo de esta ciudad, junto a Fidel, para condenar la conjura traidora promovida por Hubert Matos, en ese entonces jefe del Re­gimiento Agramonte, y ofrecer su respaldo a la Revolución.

A 56 años de aquellos memorables sucesos, ocurridos el 21 de octubre de 1959, miles de estudiantes, trabajadores y combatientes formaron una columna compacta que avanzó por las principales arterias de la urbe hasta el recinto militar, convertido poco después en Ciudad Escolar Ignacio Agramonte.

Ya en el histórico lugar, la multitud ofreció una nueva y contundente demostración de gratitud a la dirección histórica de la Re­volu­ción, que en complejas circunstancias como aquellas y en otras muchas batallas ha guiado a los cubanos en la lucha por la justicia social y la dignidad nacional.

Momento de especial homenaje se tributó al Comandante Camilo Cienfuegos y al capitán Jorge Enrique Mendoza, quienes desempeñaron un papel decisivo, junto a las fuerzas pa­trióticas locales, para desmembrar oportunamente el intento de sedición y consolidar la unidad de los revolucionarios.
Un oportuno y esclarecedor recuento sobre aquellos hechos hizo Ricardo Muñoz Gu­tié­rrez, presidente de la filial camagüeyana de la Unión de

Historiadores de Cuba, quien resaltó la valía de quienes no dudaron un segundo en cumplir el deber sagrado de defender la Patria a cualquier precio.
“Eran muy grandes las esperanzas del pueblo con la Revolución para que una persona las capitalizara. Mísero de espíritu el que crea que, sin servir al pueblo, este lo va a seguir”, expresó Muñoz Gutiérrez al referirse a la trascendencia histórica de los acontecimientos de octubre de 1959.

En el mismo escenario desde donde ese día Fidel y Camilo se dirigieron al pueblo camagüeyano, y a toda Cuba, para denunciar la co­bar­de conspiración, estudiantes destacados de la enseñanza preuniversitaria recibieron los carnés que los acreditan como militantes de la Unión de Jóvenes Comunistas.