ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Un grupo de 35 jóvenes acompañados del psicólogo Jorge Luis Cruz dialogan sobre los valores en un proyecto de la Casa de Orientación a la Mujer y la Familia. Foto: de la autora

ARTEMISA.—Bajo un almendro, el am­biente se vuelve incluso, hasta más propicio; varios estudiantes se reúnen alrededor de él, mientras escuchan atentos la historia que les cuenta Jorge Luis.

Con la participación de los muchachos se tejen los hilos que conducirán hasta el final de la narración, la cual han construido juntos, en un intercambio ameno que incita al debate. Así, hablan de valores, de aquellos que consideran ostentan cada uno de los personajes que intervienen en el escenario descrito.

Se trata de alrededor de 35 alumnos de onceno grado, del Instituto Preuniversitario Re­pú­blica de Indonesia, de Guanajay, quienes se ha­cen partícipes de una actividad llevada a cabo por la Casa de Orientación a la Mujer y la Familia (COMF) del territorio, bajo la guía del psicólogo Jorge Luis Cruz, que ya acumula 46 años de experiencia en la profesión y ha sido durante casi dos décadas coordinador de la Casa en el municipio.

“Esta es una de las actividades de trabajo preventivo que hacemos en la comunidad, con el propósito de orientar y preparar. La prevención va dirigida a adelantarse a la existencia de determinado problema”, plantea el psicólogo, quien además se desempeña como jefe de sección del Centro de Diagnóstico y Orientación de esta localidad.

“En este caso, trabajé con los jóvenes los va­lores morales, preparándolos para que después irradien en la comunidad, y transmitan lo enseñado con su ejemplo. En esta oportunidad la temática fue dirigida a la orientación sexual para que aprendan a tomar decisiones y puedan enfrentar en determinado mo­mento, si­tuaciones que se les presenten”, explica.

Los estudiantes Lisley Cribeiro y Tirso Que­sada, coinciden en que fue bastante provechoso el intercambio, participan por primera vez en un encuentro con la COMF y afirman que es necesario multiplicar las enseñanzas que se derivan de estos espacios; mientras, Mary Carmen Rodríguez, quien cursa el duodécimo grado, ya ha tenido experiencias previas de encuentros que sostiene la Federación de Mujeres Cubanas (FMC) en diferentes escenarios y manifiesta que son esenciales para el desa­rrollo de la organización, y su inserción en la comunidad.

Sobre otra dirección de trabajo que asume la COMF, conversa Jorge Luis. “Cuando ya está el problema, trabajamos so­bre la base de corregir y compensar, lo hacemos en la propia Casa, con especialistas que necesita el individuo para resolver su situación”.

Cuentan con más de cien colaboradores, pertenecientes a diferentes sectores. El trabajo del centro —el cual ha sido reconocido por su quehacer en varias oportunidades— también va dirigido hacia los programas de adiestramiento, “ya hemos abierto nueve cursos este año, y queremos cerrar con otros de portugués, masaje integral y peluquería. En va­rias ocasiones he­mos ofrecido de inglés, tejido, confección, cocina, talabartería…”, co­menta María Caridad Hortas, funcionaria de la FMC en el municipio.

En estos mismos cursos propician la capacitación, y tratan temas como el embarazo en la adolescencia, la violencia intrafamiliar y la violencia contra la mujer —que son de los que más casos les llegan—, entre otros. Tam­bién para el desarrollo de acciones de este tipo salen a la comunidad, fundamentalmente al hogar materno, confecciones tex­ti­les, bloques y delegaciones de la FMC y cooperativas de producción agropecuaria.

“Algo muy importante es la inclusión que logramos en la comunidad. Nos vinculamos con los centros de trabajo, los barrios, las es­cuelas”, asevera María Caridad.

Señala además, el surgimiento de proyectos como parte del trabajo preventivo de la organización. “Contamos con el proyecto co­mu­nitario Amanecer feliz, que persigue integrar a un gru­po de niños, adolescentes y jóvenes que presentan trastornos en el comportamiento. Mediante es­te, se aproximan a varias manifestaciones del arte; al frente del mismo se encuentra Tania Molina, colaboradora de la COMF”.

Por otra parte, destaca el trabajo de atención individualizada, ya sea de conflictos fa­miliares, mujeres que han sido maltratadas, divorcios mal manejados, abandono paterno de los hijos, los cuales se encuentran entre los más comunes.

Quienes hacen suyo este espacio, lo convierten en “la Casa de todos”, y promueven constantemente escenarios para la reflexión, el aprendizaje, la orientación, siguiendo co­mo premisa las ideas de la heroína Vilma Espín, quien concibió dicho proyecto hace más de dos décadas.

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Mary dijo:

1

14 de octubre de 2015

16:47:19


Es un trabajo maravilloso que realiza la casa de orientación a la mujer y la familia, fundamentalmente con la juventud, profundizando en los valores, algo muy importante en los momentos actuales