Reparar en tiempo motores y otros medios de la maquinaria agrícola, deviene piedra angular en la ejecución de la zafra azucarera y para lo cual la división de talleres Vladimir Ilich Lenin, de Camagüey, es punto emblemático.
Si los compromisos en manos de diferentes centros con iguales objetivos no se alcanzan, será difícil iniciar la molienda en la fecha que establece el calendario y menos mantener un seguro abasto de materia prima.
Calidad y eficiencia en los equipos destinados al corte, alza y tiro, son premisas indispensables para asegurar sistematicidad en los equipos que salen de las unidades ubicadas en el reparto Montejo, en el oeste de la capital agramontina.
Por lo general durante la etapa organizativa de la zafra el interés mayor se coloca en alistar la industria —algo muy importante— y, aunque hay sus excepciones, a veces no se le concede igual prioridad a los equipos destinados a la cosecha.
Colectivos como los legendarios talleres Lenin, de Camagüey, enfrascado en otra campaña de primera, asumen la misión que Azcuba les asignó de ser puntuales.
Marcia Guerrero, especialista principal de la sala de control y análisis de los talleres Lenin, dijo a Granma que, salvo los medios que tienen fecha de entrega para la segunda decena de abril, los restantes parten de las necesidades de cada empresa azucarera en sus respectivas provincias.
Explicó que sus trabajadores y técnicos reparan cerca de 920 equipos y, “en lo fundamental, señaló, ya tenemos en existencia los insumos necesarios para evitar atrasos que comprometan los inicios”.
En el parque en preparación el peso descansa en los motores OM-442 para las combinadas cañeras KTP-2 y el plan es tenerlos reparados el 15 del mes próximo.
También se enfrascan en los motores para tractores y componentes destinados a alzadoras y centros de acopio, los cuales dadas sus características tienen fijada la terminación para el 17 de abril.
Aunque predominan las reparaciones destinadas a casi todas las provincias, algunas tienen como destino solo centrales de Camagüey. En ellos aparecen 16 motores dedicados al tiro de caña y 12 listos.
Un elemento adicional ocupa preferencia en los talleres Lenin: son los 15 módulos que incluyen las llamadas “casitas comedor” y pipas para el trasiego y depósito de agua.
En cada área de esta emblemática división predomina el amor por un centro que, tras casi 55 años de duro bregar, demuestra cuánto puede hacerse mediante la innovación y la disciplina. Otra vez esperan ser fieles a la tradición cumplidora.
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