Empeñados los matanceros en un buen curso escolar

MATANZAS.—Sin dejar de coordinar esfuerzos para garantizar la cobertura docente, asunto de compleja solución en los últimos años, las autoridades y trabajadores del sector en este territorio se empeñan en hacer un buen curso escolar, en el cual prime la calidad del proceso educativo.

Hay una grata impresión en estos primeros días de clases y es posible calcular, de acuerdo con lo visto hasta ahora en todos los niveles de enseñanza, que vamos a tener un curso superior al de años anteriores, sostuvo aquí Raúl Hernández Galarraga, director provincial de Educación.

El directivo significó que un número superior a los 9 500 maestros y profesores asumen en las aulas, pero que la co­bertura es aún deficitaria. En estos momentos aún faltan 51 docentes, de los cuales 38 conciernen a la especialidad de Edu­cación Física, precisó tras admitir que se buscan opciones, para transformar ese escenario sobre todo en los municipios más afectados: Cárdenas y Matanzas.

Como parte de las alternativas para paliar el panorama mencionó el apoyo que brinda a la provincia un contingente de más de 400 docentes de otros territorios del país, la contribución de jóvenes universitarios de cuarto y quinto año, así como el respaldo de profesores y especialistas que hoy se desempeñan en otros sectores de la producción y los servicios.

Dijo que los principales recursos están en la provincia y que todavía se ponen en orden un grupo de detalles propios de los inicios del curso, como el acondicionamiento de las instalaciones escolares, muchas de las cuales presentan distintos tipos de problemas constructivos.

Precisó que el énfasis del trabajo presente y futuro es la formación de maestros en las dos escuelas pedagógicas con que hoy cuenta el territorio y que deben constituir la garantía pa­ra asumir la demanda de docentes en Matanzas.

Se refirió a la necesidad de enaltecer como es debido a la figura del maestro, con todos los incentivos posibles. Comentó que aunque parece una empresa bien difícil, los matanceros tienen el reto de buscar sus maestros, todos los que sean necesarios; un propósito irrenunciable.