
Desde hace unos cuantos meses Gonzaguinha entra tres veces por semana en los hogares cubanos, en la apertura y el cierre de la telenovela Dos caras. Ícono de la cultura popular brasileña, la nación sudamericana lo tiene muy presente por estos días, cuando se organizan homenajes con motivo de cumplirse el próximo 22 de septiembre el aniversario 70 de su nacimiento.
Más que todo, se trata de hacer justicia a un cantautor que se reveló desde un inicio como un artista coherente en su expresión, a partir de la plataforma conceptual del movimiento Música Popular Brasileña (MPB), surgido a finales de los años sesenta del pasado siglo producto de la articulación de la bossa nova con los referentes folclóricos promovidos por los Centros Populares de Cultura de la Unión Nacional de Estudiantes.
En propiedad, Gonzaguinha comenzó a distinguirse por su apego a las variantes rítmicas de la samba y a la vez por un discurso crítico, por momentos sarcásticos, mal visto por la dictadura militar que se instaló en el poder en 1964. Víctima de la censura de los golpistas, 54 canciones ingresaron en la lista negra entre 1968 y 1974, lo cual redujo sus presentaciones televisivas aunque, paradójicamente, varios de aquellos temas, como Piada infeliz, Erva y la más impactante de todas, Comportamento geral, circularon profusamente por canales clandestinos.
No solo en aquellos tiempos, por su filiación política, resultó arduo para Gonzaguinha el camino de la difusión. También solían compararlo con el legado de su padre, Luis Gonzaga do Nascimento, autor de la popular pieza Asa Branca y conocido como el Rey del Baiao, género músico-danzario característico del nordeste brasileño.
En la recta final de la década de los setenta, Gonzaguinha consolidó su carrera como intérprete de sus propias canciones, con al menos dos discos de sólida factura —Comenzaría toda otra vez (1976) y Gonzaguinha da vida (1979)—, y autor de éxitos en las voces de Simone, Elis Regina y María Bethania.
Ya en esa época, y sobre todo en el siguiente decenio, el perfil musical del cantautor se decantó por una más reposada línea melódica, sin abandonar el estilo que siempre cultivó.
Un accidente de tránsito tronchó su carrera en 1991, mas no su huella, potenciada mediante la edición de álbumes con grabaciones inéditas y el lanzamiento de compilaciones.
Su hijo Daniel Gonzaga, músico también, ahora mismo se ha encargado que representantes de las nuevas generaciones de artistas brasileños se interesen por una obra grávida de intensidad poética, como acaba de demostrarlo con el espectáculo Gonzaguinha todo otra vez.
La celebración tuvo lugar en el Centro Cultural Banco do Brasil y contó con la participación de dos compañeros de ruta del compositor, los veteranos Paulinho da Viola y Elza Soares.
La canción que identifica la telenovela Dos caras se titula E vamos á luta (Vamos a luchar) fue compuesta por Gonzaguinha en 1980 y tuvo ese mismo año en Alcione a una de sus mejores intérpretes.



















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TDG dijo:
1
28 de agosto de 2015
16:38:03
Elizabeth de Andrade dijo:
2
28 de agosto de 2015
18:25:18
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