MINAS, Camagüey.—Tras desaparecer sus dos centrales azucareros y con ellos la infraestructura cañera, este norteño municipio quedó sin un sólido sustento económico que respaldara la vida de los más de 37 000 habitantes de la zona, en especial de los residentes en los apartados asentamientos rurales.
Al depender para su funcionamiento de ese sector, en buena parte de las comunidades se acumularon innumerables problemas con el decursar de los años, cuyo reflejo más palpable se podía apreciar en el elevado número de planteamientos populares pendientes de solución o faltos de una respuesta convincente.
Sin embargo, no hizo falta varita mágica alguna para transformar el estado de cosas: solo una manera diferente de actuar y de enfrentar los desafíos ha hecho posible que el complejo panorama social ceda terreno poco a poco y se vislumbre un cambio cualitativo sustancial en la calidad de vida de los mineños.
“Hemos aprendido a ser más racionales, previsores, creativos y audaces”, subraya Élcido Quiñones Luis, primer secretario del Partido en la demarcación, al referirse al cambio en los métodos de trabajo sobre la base de la más activa participación ciudadana en la solución de cualquier inconveniente.
Se abrió entonces, desde finales del 2014, una nueva etapa marcada por una visión estratégica de de-sarrollo integral mucho más terrenal y acorde con sus potencialidades, que asume y materializa acciones concretas en todos los ámbitos de la vida económica y social de la localidad.

MANOS A LA OBRA DE TODOS
Se dice rápido, pero ha habido que sudar bastante y aprovechar cada centavo invertido: durante el primer semestre del año se ejecutó en Minas un número superior a las 300 obras, en su mayoría de fuerte impacto social con presencia en todos los consejos populares del municipio.
Uno de los ejemplos más representativos de la creciente voluntad renovadora se aprecia quizá en el sector de la Salud, con la reparación de los policlínicos de los poblados de Minas y Senado, el hogar de ancianos de Lugareño, dos casas de abuelos, 14 consultorios médicos, seis farmacias y una óptica.
“En los 29 años que tiene esta institución nunca había recibido una rehabilitación de tal magnitud que la deja prácticamente nueva, incluido el servicio de hospitalización con 44 camas”, asegura Patricia Serrano Ricardo, directora del policlínico Arturo Puig Ruiz de Villa, ubicado en la cabecera municipal.
Emociones similares ha vivido en los últimos meses Sonia Crespo del Risco, quien al frente de su “tropa” de maestros y con el decisivo respaldo de los padres, contribuyó a la reapertura de la mayor escuela de la zona: el seminternado de primaria Juan Vitalio Acuña con capacidad para 700 alumnos.
“Hemos vivido jornadas de mucho trabajo, pero con una satisfacción muy grande porque se ven los frutos de tanto esfuerzo. Aquí todos fuimos uno, constructores, maestros y familiares, a la hora de enfrentar cualquier tarea para embellecer la escuela”, comenta la experimentada directora.
Pero ahí no quedó todo: en estos meses de fuerte accionar constructivo se repararon las casas de cultura, los cines, las instalaciones deportivas, la fábrica de violines, varios centros recreativos, mercados y bodegas, y se concluyó el museo municipal que atesorará una colección local de más de 4 600 piezas.
A todo ello se suma, además, el arreglo de calles y caminos, la rehabilitación de edificios multifamiliares, el restablecimiento del alumbrado público, la electrificación de la comunidad El Platanal y de diez fincas del programa de frutales, y la recuperación de 72 unidades agropecuarias, de ellas 48 vaquerías.
ÚNICA MANERA DE AVANZAR
“Todo no puede lograrse de una vez, por lo que tendremos que trabajar duro para hacer muchas más cosas y, sobre todo, producir más para contar con el financiamiento necesario que permita incrementar las inversiones sociales”, sostiene Élcido Quiñones Luis, primer secretario del Partido en Minas.
En ese empeño corresponde un papel protagónico a la Empresa Agropecuaria Noel Fernández, entidad distante aún de los resultados productivos que de ella se esperan, abrumada también por elementos de ineficiencia económica que entorpecen su gestión y hacen lento el proceso de recuperación de la agricultura local.
“Solo tenemos una manera de avanzar: a través de la exigencia, el control, la disciplina, el chequeo sistemático, la estrecha vinculación con el pueblo y los trabajadores, y la búsqueda constante de soluciones o alternativas a sus planteamientos e inquietudes”, reconoce el dirigente partidista.
Parece bastante lo hecho en tan corto periodo de tiempo, pero mayores aún son las necesidades acumuladas. Queda entonces no disminuir la intensidad del trabajo, sobre la base de la motivación y la participación popular, para que la campiña mineña cobre la prosperidad y el bienestar que ansían sus habitantes.



















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Eduardo Pedraza dijo:
1
10 de agosto de 2015
08:46:53
Sonia Mayoz dijo:
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10 de agosto de 2015
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higinio dijo:
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10 de agosto de 2015
11:06:20
pocoloco dijo:
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10 de agosto de 2015
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Hector dijo:
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Jorge L Gomez dijo:
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10 de agosto de 2015
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DALA dijo:
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10 de agosto de 2015
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selba sosa dijo:
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10 de agosto de 2015
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Gualterio Nunez Estrada dijo:
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Mnauel dijo:
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Luis dijo:
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10 de agosto de 2015
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rodolfo almeyda leyva dijo:
12
10 de agosto de 2015
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rodolfo almeyda leyva dijo:
13
10 de agosto de 2015
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Luis dijo:
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rodolfo almeyda leyva dijo:
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10 de agosto de 2015
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rodolfo almeyda leyva dijo:
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10 de agosto de 2015
18:47:03
DrGio dijo:
17
10 de agosto de 2015
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RAUL GONZALEZ dijo:
18
10 de agosto de 2015
22:05:22
Marc Perelló dijo:
19
12 de agosto de 2015
03:57:27
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