
CAMAJUANÍ, Villa Clara.—La vida de Merlin Padrón Padrón ha estado vinculada estrechamente a la aromática hoja del tabaco. Desde muy pequeña, ella observaba a su papá Ignacio mientras este torcía las brevas que se fumaría durante el día, y alguna que otra vez, subía a sus piernas para pedirle al viejo que la dejara ayudarle en la faena.
Entonces, lejos estaba de imaginar que aquel oficio sería el sentido de su vida, y además, que con el tiempo se convertiría en una de las mejores tabaqueras de la fábrica de torcido para la exportación Eliope Paz, de Camajuaní, donde desde hace casi 20 años desarrolla su labor.
Mientras sus habilidosas manos elaboran uno de los puros cubanos que luego saldrá a pasear por el mundo con el orgullo de saberse el mejor, Merlin va contando a Granma los pormenores de su actividad.
“En esta faena llevo 26 años. Comencé a los 18, en una fabriquita existente en el poblado de La Quinta. Allí también era torcedora, pero de tabacos destinados al consumo nacional. Luego me trasladé para aquí y hasta el día de hoy”, explica.
“¿Qué si me molesta este olor? No que va, al contrario, ya lo extraño y hasta me gusta, pero para que usted vea, nunca he fumado”, señala, y cuando le pedimos los secretos de una buena tabaquera para que el puro quede con la exquisitez lograda por ella, nos dice: “Esto es mucha práctica. Las mañas se van adquiriendo con el tiempo y uno llega a trabajar casi de manera mecánica. Ahora, si no haces las cosas con amor para que te queden bien, entonces no puedes ser torcedora”. En ese momento levanta la vista y de manera orgullosa muestra el puro que acaba de terminar, y dice ¿cómo lo ves?
Otra vez concentrada en su labor, continúa narrando las peripecias de la profesión. “Todos los buenos tabacos, salvo algunas excepciones, se hacen de la misma forma, a mano, porque esta tarea no puede ser igualada por máquina alguna.
“Como herramientas solo usamos una tabla de madera, dos cortadores, una chaveta y un pequeño casquillo, una guillotina, un pomo de goma vegetal natural y el cepo destinado a verificar la longitud y el diámetro del tabaco, lo otro lo ponen mis manos”, asegura Merlin.
Sobre el futuro de las torcedoras en Cuba, dice que está asegurado, y pone el ejemplo de que en su fábrica el 73 % de los trabajadores son mujeres, lo cual dice a las claras de la preferencia y la destreza del mal llamado sexo débil en esta labor.
LO DICEN LOS HOMBRES...
Francisco Aguilera es el director de la UEB Eliope Paz, entidad dedicada a producir tabacos para la exportación, entre los cuales confeccionan varias vitolas muy famosas como Cohiba, Romeo y Julieta y otras producciones más limitadas para clientes exclusivos.
Acerca de la presencia mayoritaria de mujeres en la fábrica y la añeja discusión de quiénes elaboran mejor los puros, el directivo señala: “Dicen que un habano tiene mejor aroma y sabor cuando ha sido torcido por una mujer. Quizá sea por la delicadeza de sus manos o por el cuidado que ponen estas en las labores manuales, lo cual no quiere decir que los hombres sean malos torcedores o que sus productos tengan menos calidad”.
Y agrega: “Lo cierto es que entre los trabajadores de mayores rendimientos hay muchas mujeres”, y pone el ejemplo de Merlin, capaz de elaborar hasta 150 puros diariamente, sobrecumpliendo la norma en 30 o 40 tabacos, razón por la cual percibe muy buenos salarios que la mayoría de las veces sobrepasa los dos mil o tres mil pesos cuando suma todo lo que recibe.
Ellas, además, son muy disciplinadas y trabajan con mucha alegría y desenfado, dándole a la entidad un toque muy especial que los cientos de turistas que nos visitan mensualmente saben apreciar, señala Aguilera.



















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victor kozaski dijo:
1
28 de julio de 2015
20:52:27
elconde dijo:
2
29 de julio de 2015
06:36:27
Sergio Torres Martinez dijo:
3
29 de julio de 2015
14:22:25
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