ÓRGANO OFICIAL DEL COMITÉ CENTRAL DEL PARTIDO COMUNISTA DE CUBA
Las Casas criticó con fervor los crímenes contra los indios.

CIENFUEGOS.—Bartolomé de las Casas (1484-1566), histórica figura encargada de denunciar los crímenes de los conquistadores españoles contra la población indígena del Nuevo Mundo, fue uno de los grandes viajeros de la historia, quien recorrió cerca de 108 000 kilómetros a lo largo de su vida.

En su biografía sobre el dominico, publicada en marzo de este año en España, Bernat Hernández, profesor de Historia Moderna de la Universidad Autónoma de Barcelona, afirma que “sus recorridos por las tierras peninsulares y americanas, además de su viaje a Roma, le convierten en un vencedor de los desafíos de la inmensidad que se abrió ante los europeos a partir de mediados del siglo XV”.

En1502, Las Casas arribó a América, a la manera de tantos otros españoles, como hombre de armas en busca de riquezas. En La Española comenzó a conocer la naturaleza de los “indios”. Fue la base para que, con el paso del tiempo, pasara de constatar a impugnar las tropelías de los europeos contra esta raza, a la cual diezmaron en pocas décadas.

Para 1506 viaja a Europa, donde recibe las órdenes sacerdotales. Retorna a La Española dos años más tarde.

En 1510 llegaron al “nuevo” continente los primeros dominicos, quienes criticaron los abusos a la población nativa y negaron el derecho de confesión a los propietarios de indios.

 Entre ellos a Bartolomé, quien todavía mantenía la condición de encomendero avecindado en la villa de Concepción de la Vega. Lo rechaza nada más y menos que el fray Antón de Montesinos, quien lo había conmovido por sus filípicas al régimen de encomiendas y su defensa primigenia de los habitantes originarios del continente.

Inicia Las Casas en 1510 su misión de capellán durante la conquista de Cuba, bajo las órdenes de Diego Velázquez. Aquí presenció la barbarie consumada contra los habitantes del país por los colonizadores e impugnó la Matanza de Caonao, en 1513.

 
EL SITIO DE LA ENCOMIENDA
Para 1514 le entregan una encomienda, junto a su amigo Pedro de Rentería, en la zona de Jagua (Cienfuegos, la ciudad, recordemos, se funda en 1819).

El arqueólogo Marcos Evelio Rodríguez Matamoros, miembro de la Uneac y de la Cátedra de Arqueología de la Uni­versidad de Cienfuegos, es una de las personas que en nuestro país más estudios ha realizado sobre el periodo lascasiano en Jagua, “extendido desde 1514 hasta mediados de 1515”, afirma.

Tuvo Marcos la fortuna de integrar la expedición conjunta cubano-soviética que, de 1987 a 1989 y bajo la dirección del doctor Vladimir Bashilov, aportara los elementos materiales que contribuyeron a que en una segunda etapa de trabajo, se diese con las evidencias arqueológicas necesarias para legitimar el sitio exacto de la Encomienda, en la Loma del Convento, cerca del Río Arimao.

Se trataba de un sitio —hasta entonces no definido con exactitud—, “perdido entre la multitud de accidentes geográficos que tapizan el bajo curso de dicho río, pocos kilómetros antes de desembocar en el mar Caribe, al este de la playa Rancho Luna”, asevera el también historiador y autor de seis libros publicados.

Agrega Rodríguez Matamoros que las expediciones arqueológicas en las cuales participó aportaron evidencias definitivas del periodo de contacto indoeuropeo y de transculturación temprana, decisivas a los efectos de desentrañar el enigma tratado de descifrar por distintas expediciones durante muchas décadas.

Complementa Marcos que —no obstante los objetos encontrados en el sitio, elocuentes de la estancia del fraile allí—, para contar con toda la seguridad posible exenta de cualquier duda, hubo de tener en cuenta que de la referida Loma a la desembocadura del río Arimao y a Cayo Ocampo hay casi la media legua y la legua entera que, respectivamente, Las Casas expone en su Historia de las Indias como límites de la Encomienda.
 

El investigador Marcos Rodríguez participó en la expedición que dio con el sitio de la Encomienda y ha estudiado con amplitud el tema de la estancia del fraile en esta región. Foto: del autor

EL NUEVO “NACIMIENTO” DE LAS CASAS EN JAGUA
En su ensayo Canarreo o el despertar de una conciencia, Marcos afirma que su “nacimiento” como humanista de nuevo tipo se produjo aquí, en la Encomienda compartida con su amigo Pedro de Rentería, asiento del poblado indígena bajo su protección al que décadas después, al redactar su célebre obra Historia de las Indias, él llamó “Canarreo”, aunque con la manifiesta duda de que tal fuese el nombre original. Entendidos en lengua indígena dudan de esta grafía, pues en el habla originaria no se empleaba la erre, por lo que más bien pudo haber sido Camareo, como aparece en mapas antiguos de los siglos XVII y XVIII.

Sostiene el investigador que: “Allí, en el aún hoy hermoso entorno paisajístico de Camareo, con la complicidad de Pedro, en estrecha comunión con sus indígenas y su fe religiosa, se ocupó más en adoctrinar en la fe religiosa a sus encomendados que en hacer granjerías o explotarlos en la búsqueda de oro en las inquietas aguas del Arimao”.

En entrevista realizada —y parte de ella publicada—, en 1996 por este periodista al ya fallecido investigador cienfueguero José Díaz Roque, vicepresidente de la Uneac a la sazón, el pensador subrayaba: “Aquí leyó en el Eclesiastés la sentencia 'El hombre no debe explotar al hombre', a juicio de sus biógrafos la causa de su renuncia y cambio de postura y destino, aunque pienso que algo más debió influir: quizá la absolución no concedida por los dominicos o algún otro hecho. Como fuera, la mayor relación entre él y Cienfuegos es que es acá donde se consagró a la defensa de los indígenas, donde le acontece una suerte de iluminación”.

En Jagua inició medio siglo de pelea, durante el cual maduró su pensamiento, hasta el grado de exigir, en el Madrid de sus postrimerías, el pleno derecho de los nativos americanos a ser libres. Estos apasionantes temas serán motivo de estudio durante el II Coloquio Nacional por el V Centenario de Las Casas en Jagua, a realizarse en noviembre próximo por la Universidad de Cienfuegos.

El I Coloquio tuvo lugar en octubre del 2014, en razón del inicio del año que marcó el quinto centenario de Las Casas aquí.

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Carlos de New York City dijo:

1

10 de julio de 2015

09:54:13


Aunque no Necesito Leer lo que Ya conosco Por la HISTORIA de mi Querida Cuba cuando de niño asistia a la Escuela PRIMARIA y SECUNDARIA de aquellos años en mi Querida Cuba que supongo que eran MAS de ESTUDIOS aquellas Enseñanzas en las Escuelas de Cuba , Casi Todas , al menos en la Mia, una que estaba en la calle HABANA esquina a MURALLA , despues VALDEZ RODRIGUEZ en el Vedado, sentados nosotros en los Pupitres , los Cuadros ADORNABAN las Paredes de nuestra SEGUNDA CASA ( ejemplo de mis PADRES segun me decian ellos en mi Casa ) Todos Nuestros MARTIRES y Grandes HEROES como este mismo Cuadro de BARTOME de las CASAS. Hoy tantos años Despues , Doy Gracias a este Trabajo Periodistico ( Periodista ) Doy Gracias Siempre a ese BARTOLOME de las CASAS Porque Hoy Puedo Decir lo que yo VENGo Diciendo Hace muchos años Con Toda mi Energia POSITIVA < Mi Dignidad Humana y Muchos Principios... ! Honor al INDIO HATUEY porque lo Conscidero Yo Nuestro Primer MARTIR de la Patria en Recuerdo Siempre aquella USURPACION IMPROPIA Y INJUSTA de los que querian Adueñarse de Nuestra Linda isla Cubana que si Hubieran LLEGADO ellos a GOBERNAR Hoy Cuba fuera una colonia de ! esclavos Asalariados como en la misma España de Hoy ! Lastima que Los Cubanos Emigrantes ECONOMICOS No hablen y Digan la VERDAD de que mal Les FUE cuando se DECIDIAN Cambiar la VACA Por la Chiva " Gracias Bartolome de las CASAS , ! valor Indio Hatuey como Tubiste ese Dia !

ivan de la Paz dijo:

2

10 de julio de 2015

12:40:38


gloria eterna a ese gran hombre que fue Bartolome de las Casas, a pesar de vivir una época en que la esclavitud era algo normal, el supo ver y sentir lo inhumano de ese sistema, y defendió tanto con la pluma como con su actuar el derecho de todo hombre a ser libre, su fe fue infinitamente religiosa y humana, hasta los días de hoy llega la obra de este gran humanista, el fue verdaderamente ético con su modo de pensar.