CAYO COCO.—Como la pista de patinaje sobre ¿hielo? que el artista neoyorkino Duke Riley trajo a la XII Bienal de La Habana, la Torre de ¿cristal?, del alemán Heinz Tretter, acapara la atención de quienes leen cintillos o se llegan a este islote, donde está a punto la famosa torre, única de su tipo en Cuba y Latinoamérica.
El primero, artista famoso que gusta jugar con lo absurdo, como él mismo ha dicho; el segundo, un maestro carpintero y técnico economista alemán que se inspiró en la forma de los cristales de hielo y en la arquitectura hexagonal para dar vida a un proyecto sui géneris y así fundar en el 2010 la firma KristallTurm.
Ya se sabe que la pista no era de hielo, como la torre no es de cristal. Solo basta con llegarse al pie de las estructuras, cuyo montaje estuvo a cargo de la compañía alemana CON-IMPEX, representante en la Isla de la KristallTurm, creadora de estos modernos circuitos de escalada.
Tal vez, por esa razón, al surgido en Cayo Coco le llaman Centro de Escalada Rocarena, en definitiva, el nombre más atinado para este amasijo de hierro, madera, ruedas de autos, plataformas y cuerdas, que se empina hacia el cielo, y ofrece hasta 90 atracciones de diferentes grados de dificultad, que bien pudieran inscribirse en la lista de los deportes extremos.
Petter Apel, gerente general de la CON-IMPEX, explicó que posee, además, tres niveles y 18 mástiles de 32 metros, con una capacidad para 160 personas, quienes pueden disfrutar al unísono de las variadas atracciones.
El primer nivel, de solo un metro de altura y con 12 atracciones, pueden escalarlo los niños entre cuatro y ocho años de edad; y en el tercero, una plataforma sirve de mirador.
Dijo Apel que su compañía dispone de un equipo de expertos que verifica cada instalación antes de su funcionamiento, para que se cumplan estrictamente las normas de fortaleza y seguridad y así evitar accidentes, pues estos centros disponen de un máximo nivel de seguridad, sin peligro por caída de ramas o árboles, como sucede en los circuitos de cuerdas naturales.
Gracias a la compacta arquitectura, el modelo solo precisa una superficie de aproximadamente 1 000 metros cuadrados y, como no hay un recorrido fijo, cada una de las personas puede elegir libremente su estación de escalada, sin que se produzcan atascos ni largos tiempos de espera y ello se traduce en mayor diversión para los clientes.
Además de disfrutar del ascenso, quienes se atreven a traspasar el umbral de la Torre, disfrutan de atracciones adicionales como el flying fox (“vuelo” hasta un poste intermedio y desde allí al suelo), columpio gigante, caída libre, y el recódromo (escalada con un sistema de autobloqueo y frenos automáticos) y zonas para el juego infantil.
En la pasada Feria Internacional de Turismo (FITCUBA 2015), celebrada en el polo Jardines del Rey, Manuel Marrero, titular del sector, elogió este centro de escalada, llamado Rocarena, y dijo que forma parte de las estrategias de desarrollo de la industria del ocio en Cuba, encaminadas a buscar nuevas ofertas extrahoteleras para el disfrute de los turistas.



















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HB dijo:
1
6 de junio de 2015
12:33:55
ibalori Lopez dijo:
2
6 de junio de 2015
23:57:40
JOSE A MOLINA dijo:
3
7 de junio de 2015
15:37:18
Ortelio dijo:
4
8 de junio de 2015
13:48:16
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